La asunción de la intersexualidad como una realidad que trasciende el discurso biomédico es reciente en el caso español. En este artículo nos centraremos en el análisis de un nuevo sujeto político, conformado por el incipiente movimiento asociativo intersex en España. Este trabajo es resultado de una investigación cualitativa basada en entrevistas y en la observación directa realizada en encuentros de personas intersex (jornadas, conferencias, charlas testimoniales…), que nos ha permitido aproximarnos a las diferentes perspectivas existentes en la actualidad con relación a la intersexualidad, y comprobar las dificultades organizativas y de visibilización de las personas intersexuales.
The assumption of intersexuality as a reality that transcends biomedical discourse is recent in the Spanish case. In this article we will focus on the analysis of a new political subject, made up of the incipient intersex associative movement in Spain. This work is the result of qualitative research based on interviews and direct observation carried out in meetings of intersex people (conferences, conferences, testimonial talks...), which has allowed us to approach the different perspectives currently existing in relation to intersexuality, and check the organizational and visibilization difficulties of intersex people.
Los cuerpos que no son considerados ni masculinos ni femeninos, en función de que exista una discordancia entre éstos y el sexo genético o gonadal, son situados en un «estado intersexual» (
Desde la primera década del siglo XXI, las categorizaciones DSD e Intersexualidad han sido objeto de una continua controversia (
Respecto a la terminología, al comienzo de esta investigación, en España apenas se usaba el término intersex. Con timidez y mucha cautela, aquellos que empezaban a cuestionar las directrices médicas utilizaban la palabra intersexual. Actualmente, los más activos en la lucha por los derechos de las personas con variaciones sexuales no normativas se sirven de ambos términos. En los últimos años intersex está tomando auge, al ser considerada una denominación más cercana a la lucha por los derechos y más alejada de conceptos médicos, ya que el vocablo intersexual surge del campo de la medicina. En este artículo hemos optado por utilizar el término intersexual a la hora de referirnos al conjunto de personas con variaciones sexuales no ajustadas a la norma biomédica, tengan o no una vinculación con la lucha por los derechos. Usaremos la palabra intersex para referirnos: (1) a las personas con variaciones sexuales no normativas que mantienen una postura activa de reivindicación de derechos sociales, y (2) a las asociaciones de carácter reivindicativo que cuestionan los discursos patologizantes biomédicos.
Así mismo, el concepto comunidad intersex no refiere a todo el conjunto de personas que presentan características corporales no ajustadas a la norma biomédica. Se usa únicamente para referirnos al conjunto de personas que se auto percibe como intersexual, a familiares de personas intersexuales, así como a las madres y los padres de menores intersexuales que, de una u otra forma, se sienten vinculados con esta colectividad.
La demanda principal de las personas intersex, en el contexto español, se centra en la denuncia de las cirugías cosméticas o que se consideran innecesarias a los bebés con características corporales no normativas. No obstante, también reivindican otras cuestiones como la modificación de la normativa registral vigente, una mayor visibilidad social que facilite la normalización cultural de las características corporales no binarias y mayor facilidad en el acceso a los recursos sanitarios especializados.
En el caso español encontramos una escasa producción científica que aborde la intersexualidad desde el ámbito de las Ciencias Sociales (ver
Pero si son escasos los trabajos que aborden la intersexualidad en España, son prácticamente inexistentes los que se centran en el papel jugado por sus movimientos asociativos. Un aspecto central a la hora de analizar los cambios experimentados en la significación de la intersexualidad y el cada vez mayor peso de los discursos identitarios que se contraponen, a las perspectivas patologizantes. El uso de Internet ha propiciado un nuevo escenario de debate entre las personas con variaciones sexuales y los profesionales médicos. Un debate que, por otro lado, ha pasado a formar parte de las agendas de los organismos públicos y de las políticas de atención de las organizaciones que trabajan la diversidad sexual y de género. Esta visibilización creciente ha supuesto una interpelación directa a las personas intersexuales (especialmente a los padres y madres de los menores intersexuales). Las formas tradicionales de abordar la intersexualidad están siendo cuestionadas por algunos actores y agentes sociales desde diferentes ángulos, fundamentadas desde la perspectiva de los Derechos Humanos. En estos momentos han comenzado a abrirse nuevas posibilidades de carácter identitario, que posibilitan otras formas de visibilización corporal al margen del discurso biomédico dominante.
Este artículo incide en un fenómeno de una gran actualidad, proporcionado algunas claves que pueden permitir profundizar en estas lógicas identitarias, que se ponen de manifiesto en la aparición de un nuevo sujeto político capaz de cuestionar la idea del sujeto intersexual como sujeto pasivo patologizado. Para ello nos aproximaremos al aún incipiente desarrollo del movimiento intersex en España, explorando la comunidad intersex como grupo emergente con una identidad compartida, frente a la lógica patologizante que sigue siendo mayoritaria. Esto implica un análisis de las estrategias y posicionamientos de las personas intersexuales en el ámbito de la lucha por los derechos sociales, sexuales y sanitarios. En este contexto de transición desde las lógicas médicas a las identitarias nos aproximaremos a las influencias externas que han incidido en el movimiento intersexual español, así como a las necesidades e intereses de la comunidad intersex en la actualidad, lo que nos lleva a plantear las siguientes cuestiones ¿En qué medida se está visibilizando la lógica identitaria como realidad alternativa a la patologización?, ¿cuáles son los problemas a los que se enfrentan las personas intersexuales en su proceso de visibilización?, y por último ¿cómo se articulan en el ámbito sociopolítico?
El desarrollo de este trabajo se ha realizado entre noviembre de 2016 y junio de 2019, con participación de informantes intersexuales en las ciudades españolas de Madrid, Barcelona, Valencia y una ciudad más pequeña (cuyo nombre adoptamos el compromiso de omitir con el fin de preservar la privacidad y el anonimato de las personas informantes). Las entrevistas a profesionales sanitarios, y la participación como observadores en charlas testimoniales y eventos divulgativos se ha desarrollado en Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. Un hecho que no es casual ya que los grandes contextos urbanos facilitan la compleja visibilización de la intersexualidad. Las técnicas de investigación utilizadas han sido:
(1) La observación directa: asistencia e encuentros, jornadas y charlas testimoniales de personas intersexuales. De esta forma hemos podido conocer, de primera mano, las diferentes perspectivas en torno a la intersexualidad y percibir las dificultades de visibilización de las personas intersexuales. La observación directa en estos eventos ha sido muy importante para aproximarnos a las dificultades de visibilización de las personas intersexuales.
(2) Entrevistas individuales y grupales.
Esta breve aproximación metodológica nos ayuda a entender la complejidad para la realización de este trabajo y la necesidad de asegurar la privacidad de las personas entrevistadas, que se protegen especialmente ante la mirada externa, con el fin de no ser estigmatizadas. Un estigma que se legitima en una perspectiva binaria, en la que los cuerpos no clasificables encuentran serias dificultades para su visibilización social y para acceder a unos espacios sociopolíticos que también son sexuados. Es por ello que hemos tenido un especial cuidado en los aspectos éticos de la investigación. La recopilación de datos mediante observación directa y las entrevistas personales, se llevó a cabo con la debida información a las personas implicadas. En cada evento en el que participamos se informó sobre nuestro rol investigador y sobre los objetivos del trabajo. Durante estas actividades siempre que se habló con los asistentes, en espacios de recreo o recesos, nos presentamos como investigadoras. La mayoría de nuestros informantes prefirieron no facilitar datos personales e insistieron en mantener el anonimato. Es por ello, que se ha evitado crear documentos escritos para el consentimiento informado. Todas las entrevistas individuales se desarrollaron previo consentimiento. Antes de las entrevistas se instó a los informantes, primero por WhatsApp y posteriormente en persona, a la aclaración de cualquier duda o preguntas que tuvieran respecto a los fines y a la naturaleza de la investigación. Cuando las entrevistas se hicieron en espacios públicos fue siempre por voluntad expresa de los informantes. En este artículo no se han incluido testimonios individuales o colectivos recogidos en ámbitos privados sobre los que no teníamos permiso expreso para su publicación. Los verbatims que aparecen en el texto fueron recogidos a través de escritura manual, no son literales, constituyen una fiel narración de la experiencia contada por la persona entrevistada. Todos ellos se han mostrado (telefónicamente y/o por Whatsapp) a las personas implicadas antes de ser publicados. En las referencias a testimonios personales hemos evitado en todo momento poner algún dato que pueda servir para identificar a las personas que donaron sus testimonios.
Los conceptos Intersexualidad y DSD refieren al mismo conjunto de variaciones sexuales, en las que se incluye una gran diversidad de situaciones corporales
En buena medida es el discurso biomédico el que ha marcado las formas y las posibilidades de visibilización de las variaciones corporales no normativas. Y es que la medicina no está exenta de prejuicios culturales a partir de los que se define la salud y la enfermedad. Como señala
Ahora bien, si la medicina ha jugado un papel fundamental en la reproducción de una simplificada realidad binaria, debemos tener en cuenta otras perspectivas que nos permitan comprender lo que Foucault llamó el triángulo: «poder, derecho, verdad» (Foucault 1979:139). El derecho se ha consagrado como el canal a través del cual se hacen cumplir los mandatos del poder, regulados por la medicina. El carácter no binario de un cuerpo no sólo es un problema médico, es también un problema social y un problema jurídico. Los cuerpos deben ser registrados bajo el control de los especialistas, de aquellos que tienen la capacidad de definir si una identidad de género se corresponde con su correcta corporalidad (
La medicina ha clasificado al conjunto de personas con estas características sexuales en un único término (DSD) de carácter patologizador, con subdivisiones enmarcadas en síndromes, y descripciones clínicas que agrupan en un mismo plano todas aquellas características que no respondan a criterios correlativos dimórficos. Se vinculan así tipologías de cromosomas-gónadas-genitales, que deben hacerse corresponder, con sexo, género, prácticas sexuales y orientación sexual. Es lo que
Como señala
Los discursos sociales plasmados en la medicina tienen efectos directos sobre las personas clasificadas en unas y otras categorías. Por tanto, la contestación a estas visiones dominantes implica una posición activa, basada en premisas biosociales (
La aceptación de los aspectos cromosómicos como elementos definitorios de los seres humanos, que se sustenta en las características corporales descritas por la medicina, contribuye a la conformación de las «ciudadanías biológicas» (
Si el discurso biomédico y jurídico conformaron y legitimaron determinadas representaciones y tratamientos en torno a las variaciones corporales consideradas anormativas, en las últimas décadas asistimos a un contradiscurso que busca la visibilización y la naturalización de las corporalidades que no encajan en los cuerpos que son considerados como masculinos y femeninos. Un proceso en el que los movimientos sociales han jugado un papel importante en la conformación de la identidad intersex en España. Este proceso debe ser entendido como un reconocimiento o una identificación compartida en función de una realidad corporal que no cumple los estándares normativos de la biomedicina. No obstante, se trata de una identificación plural, debido, entre otras cuestiones, a la diversidad existente enmarcada en el término intersexualidad. Algunas personas no estarían dentro de estos estándares normativos desde el punto de vista cromosómico; en otras personas la intersexualidad puede manifestarse en áreas como las gónadas o los genitales. Se trata de un reconocimiento que hace hincapié en los elementos compartidos más allá de las diferencias. Los diferentes «síndromes» definidos desde los DSD (que inciden en la singularidad) se articulan en el movimiento intersex de forma reivindicativa, en función de una situación de discriminación, que imposibilita el reconocimiento de los cuerpos considerados no normativos.
A nivel internacional, el movimiento Intersex tiene uno de los puntos de partida más relevantes en la fundación de la
En el caso de las personas intersexuales los protocolos médicos estuvieron caracterizados por el secretismo. Los médicos recomendaban ocultar la situación a las personas intersexuales. Así se pone de manifiesto en los manuales y revistas académicas de la época,
A las tres muchachas con testículos operadas por nosotros, era lícito castrarlas en vez de declararles su verdadero sexo?, ¿debieron o no ser consultadas? Yo quisiera que los juristas que me lean mediten sobre estos puntos. Mi opinión personal es que no se debe declarar el sexo verdadero, ni se les debe decir a ellas
Este modo de proceder fue acatado por el personal médico y se incorporó al tratamiento de las intersexualidades; progresivamente se transformó en una recomendación a las familias respecto a su entorno social y a las propias personas intersexuales. El peso de los discursos médico-jurídicos siguen marcando los cuerpos de las personas intersexuales, que en muchos casos han tenido serias dificultades para reconocerse en las representaciones dominantes, sobre todo en un contexto en el que ha imperado la ley del silencio, tal como relatan nuestros informantes.
Hasta que no lo dejé de vivir de una manera traumática no lo podía explicar, bueno, lo podía haber explicado desde el trauma, desde «soy un monstruo», que es algo que sientes […]. Y yo no lo expliqué nunca desde ahí porque no tenía fuerzas […]. Cuando recibí el diagnóstico se lo conté a mi amiga del alma, de la escuela, claro, yo tenía 17 años y me habían dicho que no debía explicarlo, la misma médico que me atendió, me dijo «esto es mejor que no salga de aquí» […]. entonces cuando se lo contaba a mi amiga le decía que no le podía contar y me ponía a llorar. Más tarde […], a los diecinueve-veinte me hicieron una gonadectomía, me quitaron las gónadas y yo tenía la necesidad de contárselo a alguien, le decía que «es un tema de ovarios, no te puedo contar más» y me ponía a llorar, fíjate, […] tardé 12 años más […], lo pude explicar después, después de hacer un trabajo personal lo he podido explicar completamente. (Entrevista a una mujer intersexual, 2018)
No obstante, a partir de la segunda década del siglo XXI, se empiezan a evidenciar cambios significativos en la manera de percibir la intersexualidad a nivel internacional, que jugarán un papel importante en posteriores reivindicaciones de los grupos intersex españoles. Entre otros se considera un hito relevante el Informe del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, publicado por La Organización Mundial de Naciones Unidas, redactado por Juan E. Méndez, en
Ese mismo año, como nos recuerda García López, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa emitió la resolución 1952,
El día 22 de enero de 2018 se celebró en Ginebra el
Como podemos observar, la reivindicación pionera que iniciara Cheryl Chase sigue vigente y ha trascendido a instancias políticas globales y locales. El mecanismo expansivo de las demandas de la comunidad intersexual internacional se explica, en buena medida, por el papel jugado por los activistas como «líderes de opinión» (
El cambio de perspectiva a nivel internacional tendría su incidencia en la comunidad intersexual española. Comienzan a aparecer públicamente las primeras personas intersexuales en charlas, jornadas, actos de sensibilización, y especialmente a través de las redes sociales. En este periodo inicial se empiezan a agrupar algunas personas intersexuales y familiares, apoyadas por entidades LGTB
El 23 y 24 de noviembre de 2019 se celebró en Valencia, organizado por Kaleidos, Organización Intersex por la Diversidad, el primer encuentro de personas intersexuales: «La I sale del armario». I encuentro estatal en torno a las intersexualidades/DSD. Era el pistoletazo de salida de la primera entidad constituida desde la agrupación de personas con variaciones sexuales que asume el término intersexual. No obstante, en estas primeras jornadas se usaron los dos términos: intersexualidad y DSD, dejando claro que coexisten diversas formas de autopercibirse. Hasta que surge esta asociación, las personas intersexuales se agrupaban en diferentes organizaciones de carácter médico, algunas de ellas integradas en la Federación Española de Enfermedades Raras, en función de los «síndromes» médicos diagnosticados, englobados en las siglas DSD. El surgimiento de asociaciones como Kaleidos pone de manifiesto una progresiva apertura a las perspectivas identitarias, más allá de las visiones puramente patologizantes. Un hecho que también se empezaba a asumir, aunque de forma minoritaria, por una parte del sector médico. Las doctoras Laura Audí y Mónica Fernández Cancio señalan al respecto:
La constatación progresiva de rechazo hacia la terminología médica por parte de las personas con DSD ha provocado un replanteamiento progresivo de los términos médicos, de forma que actualmente se han comenzado a abandonar los términos que pudieran indicar la presencia de «anomalías» para identificarlas […] la semántica actual aboga por «
Esta diversidad en las formas de autoreconocimiento se ha plasmado, incluso, en los textos jurídicos, como en la LEY 23/2018, de 29 de noviembre, de la Generalitat Valenciana, de igualdad de las personas LGTBI, que establece en su preámbulo que:
Además, se toman en consideración las implicaciones de esa diversidad de situaciones dentro del colectivo, pues no existe una misma comunidad integrada bajo el término «intersexualidad», ya que la mayoría de personas a las que identificamos como tales no se reconocen bajo la categoría intersexual sino bajo el nombre médico de cada una de las diferencias del desarrollo sexual
Este texto pone en evidencia la fragmentación de las personas que vivencian una misma realidad de forma diferente. Los discursos tradicionales siguen teniendo un influjo social importante, pero debido a la influencia del activismo sexual «se presentan menos monolíticos y más variados» (
En la actualidad el movimiento social en torno a la intersexualidad es débil y está dividido, por lo que las dificultades de articulación interna son muchas, como también lo son las dificultades de articulación con otros movimientos que contestan el orden corporal dominante. Si el movimiento feminista ha desempeñado un papel fundamental, al cuestionar la naturalización del sexo, para el desarrollo de planteamientos identitarios en torno a la intersexualidad, también ha sido importante el papel jugado por los grupos LGTB, al que se han ido sumando siglas, entre otras la «I» de intersexual. Sin embargo, este reconocimiento ha sido puramente nominal ya que en la práctica las personas intersexuales son invisibles en la gran mayoría de estos grupos, tal como queda patente en los testimonios de nuestros informantes:
Yo he estado mucho tiempo en el X (nombre ficticio de una entidad LGTB) y una vez alguien comentó «Oye, ¿y por qué no ponemos la I? Que ponemos solo LGTB» y dijo una persona de los que estaban, digamos, mandando de alguna manera: «¿acaso conoces alguna persona intersexual?» O sea que... eso fue lo que dijo. Me conocía a mí, pero claro, yo tampoco voy a ir contando ¿sabes? pero seguro que habría más. Pero es que no sé, tampoco hicieron nada para saber si alguien era intersexual, o para poner en la web: oye si eres intersexual bienvenido a X, Nada, no hay nada, para que te atraiga. Entonces pusieron la I no sé si un mes porque una amiga estaba peleando mucho para que la pusiera, y luego la quitaron y pusieron un + pues como aquí cabe cualquiera, como... ¡vale!... pero eso es invisibilizar. (Persona Intersexual. Actividad cine-coloquio, 2.017)
Una de las razones que explican la escasa presencia de personas intersexuales en las asociaciones españolas LGTBI, ha sido el rechazo, de una parte importante de las personas intersexuales en España, a participar en estos movimientos. La I constituye un añadido conceptual y paradigmático a las categorías LGTB, en tanto que inserta un criterio nuevo, la corporalidad. Si gay, lesbiana y bisexual aluden a la orientación sexual, y la realidad trans hace referencia a la identidad de género, en el caso de la intersexualidad la vinculación se realiza a partir del sexo. Dicho de otra forma, un intersexual puede considerarse hombre, mujer, no binario, heterosexual, homosexual… Esto supone que una parte de las personas intersexuales se pregunten ¿en función de qué se participa en este movimiento? y cuestionen por tanto su inclusión.
Las personas intersexuales se enfrentan a un escenario social en el que abundan los prejuicios sociales. Dado que el binarismo implica una asociación directa entre género y sexo biológico, las personas que no poseen un patrón corporal adecuado a la normatividad sexogenérica, son cuestionadas en base a sus características físicas. En el imaginario popular, la intersexualidad es una situación corporal que se asocia a una posible inconcreción de género o a un género ambiguo. Ante la posibilidad de que se reconociera un «tercer sexo», las personas intersexuales y las madres y padres de menores intersexuales entrevistados, se han mostrado contrarios, arguyendo, al igual que una parte de la comunidad intersex internacional
Ante esta amalgama de ideas confusas de la triada Cuerpo no binario-Orientación Sexual-Identidad de género ha sido necesaria la construcción de un discurso identitario que ayude a salir del silencio, rompiendo prejuicios, a partir de la siguiente premisa: «La intersexualidad no es una orientación sexual, no es una identidad de género y no es una patología», que es usado con frecuencia en charlas, espacios virtuales y grupos de apoyo por quienes van construyendo un discurso fuera del contexto médico. Este slogan comienza a ser un referente en España a partir de la conmemoración del día de la invisibilidad Intersexual, celebrado en. La Laguna (Tenerife) el día 26 de octubre de 2018. En dicha celebración se realizaron varios actos impulsados por personas intersexuales, familiares y aliados (como la asociación Transboy), en los que tomó un fuerte protagonismo una pancarta de vinilo en la que se leía: «La intersexualidad no es una orientación sexual, no es una identidad de género, no es una patología».
La intersexualidad se visualiza así como una cuestión corporal, sin atribuciones de identidad de género u orientación sexual. Esta idea genera un elemento de identificación que aglutina a gran parte de la comunidad intersexual en España, construyendo la base necesaria para que este colectivo constituya una comunidad de intereses latentes (
La existencia como colectivo que se autopercibe desde una definición clara, en este caso corporal, invita a que muchas personas busquen formas de apoyo para rehuir la visión estigmatizante con la que son percibidas por la sociedad, lo que contribuye a mantener su estado de aislamiento (
Veo el LGTBI como un movimiento muy potente y el integrar la i facilita el hecho de poder tener un poco de visibilidad y tener la posibilidad de informar, por desgracia somos muy pocas, una, dos, tres […], el LGTBI facilita el poder exponer tu vivencia, pero como siempre digo lo expongo a título informativo siempre, nunca a nivel reivindicativo. […] La intersexualidad es un término, que dentro de la LGTBI es una sigla, que preguntas a la población en general y el 99% no saben contestar lo que es, intentan deducir lo que es a partir del término, plantear a ver si tienes dos sexos o no tienes un sexo, o no tienes un género identificado pero hay un desconocimiento absoluto. (Mujer intersexual. Entrevista personal. 2018)
El desconocimiento sobre la realidad intersexual ha sido una constante a nivel internacional, y el caso español no es una excepción. Hasta hace no mucho tiempo se presentaba la intersexualidad como hermafroditismo, una anomalía corporal y social, que generaba a nivel popular curiosidad, miedo, desconfianza… El desconocimiento se tradujo en prejuicios y estereotipos que identificaban los cuerpos intersexuales como cuerpos monstruosos. Los medios de comunicación han reproducido y retroalimentado (y en cierta medida lo continúan haciendo) una visión amenazante de las personas intersexuales. Todavía, en medios españoles es frecuente que aparezcan estas imágenes de la intersexualidad:
Contertulio 1: a mí el que me parece más del libro, de propia película criminal, es el arropiero […], un hombre que era alcohólico, y que además tenía un rasgo importantísimo, que es la famosa anomalía genética de la trisomía.
Presentador: Es algo en lo que los psicólogos creen mucho.
(Emiten un video).
Contertulio 2: En los estudios se comprueba un detalle que es poco frecuente. Una anomalía genética, yo no creo que sea el motivo, pero aquí está el dato.
Contertulio 1: Se llama cromosoma asesino.
Presentador: Cada vez más psicólogos y psiquiatras creen en esto
En este extracto de una conversación que tuvo lugar en el programa Hora Punta de TVE1 (Cadena Estatal)
La agrupación, el contacto de los grupos de iguales y aliades
No es extraño que en este contexto de prejuicios y rechazos nos encontremos con diferentes respuestas, no necesariamente unitarias, por parte de las personas intersexuales; desde el silencio y el ocultamiento para no ser estigmatizados, pasando por la resistencia y la contestación a los discursos dominantes o, incluso, la negación de una categoría que para determinados sectores se considera denigrante. Y es que, todavía, la oposición a la asunción de la intersexualidad sigue siendo importante. De hecho, la resistencia a seguir los protocolos médicos tradicionales es infrecuente aún. Son todavía pocos los progenitores que han luchado por una asignación civil de sexo, lo que se conoce como sexo de crianza
La madre relataba como tuvieron que «moverse» para no intervenir a su bebé, incluso buscando el apoyo de expertos en ciencias sociales que enfrentaran y documentaran razones contrarias al criterio médico, porque le habían dicho que no atenderían a su hija si no quería seguir las recomendaciones y protocolos de tratamiento y asignación de sexo. La madre argumentaba que no quería hacer nada sobre el cuerpo de su hija si no era una cuestión de salud, pero que su hija tenía derecho a revisiones. Esto irritó muchísimo al personal que la atendía produciéndose un fuerte enfrentamiento. (Madre de un bebé intersexual. Extracto del diario de campo. 2017)
Ahora bien, la visibilización de una postura que cuestiona el carácter patológico de la intersexualidad, de una u otra forma, interpela a aquellos que se siguen rigiendo por los discursos médicos dominantes. De forma progresiva algunos grupos de personas intersexuales y sus ámbitos familiares comienzan a sentir la necesidad de agruparse, reivindicar sus derechos y denunciar determinado tipo de prácticas. Cabría preguntarse ¿quiénes son las personas intersexuales que se oponen al discurso dominante y juegan un papel protagonista en esta contestación a las DSD? Básicamente se pueden caracterizar tres grupos:
(1) Padres y madres con hijos intersexuales que recelan de las cirugías y sistemas tradicionales de asignación sexual. Consideran que ellos también tienen responsabilidad y derecho a decidir sobre los tratamientos de sus hijos, incluidos los progenitores cuyos hijos fueron sometidos a cirugía:
La parte de la medicina tradicional fue un poco decepcionante, porque te lo… lo trató un poco de escondidas y como un caso…un bicho raro, cuando realmente no es así. Nos dijeron que habría que hacerle una pequeña intervención, una a los tres meses, otra a los tres años y otra cuando fuese mayor. En nuestro caso había, existían los testes que no trabajaban bien, se decidió sacarlos, y en aquel momento yo me fie cien por cien de la medicina, y ahora, con los años pues seguramente no lo hubiésemos hecho. Nos dijeron que había posibilidad de malignizarse y hacer un cáncer, cuando te dicen cáncer ¿qué haces? Te cierras y dices bueno pues… pero yo si ahora pudiese los denunciaría. (Padre de adolescente intersexual. Entrevista personal. 2018)
(3) Padres y madres conscientes de las experiencias sociales de discriminación que sufren sus hijos en una sociedad con rígidos conceptos binarios:
A veces lloró (el padre rompe a llorar) normal porque era un choque para ella […] pero después ya… no sé si lo asumió o lo dio por buena… pero dijo que… que lo entendía y que, y que ya está, y a ver, ésto, cuando te lo dicen pues es lo que es […] cuanto antes lo asumas mejor que mejor. Pero yo tengo mis dudas si ella está poniendo una barrera muy fuerte. Yo también sé que ella lo contó, que se lo ha dicho a algunas amigas y algún chasco se ha llevado porque alguna amiga pues ha dicho pues tal tal «pues está tomando pastillas para que le crezcan los pechos», «está tomando pastillas para ser mujer», cosas así que (el padre rompe a llorar). (Padre de una adolescente intersexual. Entrevista personal. 2018)
(3) Un tercer grupo estaría conformado por personas adultas, que se confrontan con experiencias, pasadas y presentes, más o menos traumáticas:
Y bueno, empecé a tener relaciones sexuales, pocas, porque también no salía de mí, porque a su vez era como un rechazo de mí misma, me rechazaba a mí misma, entonces llegué a la conclusión ¿no? después de tener algunas relaciones sexuales, vi que algunas me rechazaban, pero no sabía qué era, bien esto fue a partir de la quinta o la sexta. […]. La segunda era una mujer muy activa sexualmente, con mucha experiencia, me enseñó mucho (ríe), y sí que me abrió los ojos, y me dijo: «María (nombre ficticio), ¿sabes esto?» y digo «no» […]. Mis genitales, en reposo, aparentemente son como los de una mujer convencional […]. En mi caso lo que me hicieron fue, eehh…, se llama, a nivel vulgar, pero también lo denominan los médicos, «hacer un enterramiento del clítoris» (…) entonces ¿qué sucede?, pues en excitación en mi caso, eso que queda escondido así (hace gestos con las manos) florece, sobresale, entonces […]. Me han llegado a llamar… si era una mujer transexual, si era un hombre […] entonces, bueno, me encuentro con rechazos, y ahí viene un problema mayor. (Mujer intersexual. Entrevista personal, 2018)
De esta forma se ha ido generando un discurso comunitario, que posibilita contestar al discurso biomédico y reapropiarse de unos cuerpos inmersos en lógicas pasivas, secuestrados por el saber «experto». Por primera vez las personas intersexuales y sus familiares consideran que ellos tienen también algo que decir en relación a su propia corporalidad, reivindicando protocolos sanitarios basados en criterios éticos. Será precisamente la noción de intersexualidad, la que permita articular las diferentes variaciones corporales no normativas, reforzando la noción de colectividad (
En esta incipiente conformación identitaria que cuestiona el carácter patológico de la intersexualidad han jugado un papel muy importante las reuniones de intersexuales y las charlas testimoniales. Unas charlas que habitualmente se producen de forma semianónima
Como os he dicho, voy a contar mi experiencia, que es mi experiencia, eso hay que decirlo, que yo aquí lo que voy a contar no es lo de todos… una visión genérica de todos… no, es mi experiencia. Lo que a mí me ha pasado, lo que yo soy, lo que yo creo, lo que yo pienso, no hablo de la situación de nadie, aunque yo sea […] hablo de la situación mía, y de mi experiencia. (Mujer intersexual. Charla testimonial. 2017)
Estas formas de enfrentarse a los prejuicios sociales responden a lo que
Una de las prácticas más «radicales» de esta cultura de resistencia ha sido la negativa de los padres y madres a intervenir quirúrgicamente a sus hijos. Un hecho que se produce incluso antes de las recomendaciones sobre derechos intersexuales de la Organización de Naciones Unidas, enfrentando todas las estructuras establecidas a partir de las que se sexuan los cuerpos. La oposición al protocolo y recomendaciones médicas imperantes, responde a diferentes consideraciones, entre otras, la posibilidad de vivenciar el placer sexual:
Teníamos fecha también para normalizar sus genitales externos y me di cuenta de que si yo normalizaba esos genitales no había marcha atrás, entonces anulé la cita, me apoyaron además los cirujanos». En otro momento de la entrevista, la mamá retoma las intervenciones genitales y dice: «Yo podría vivir sin tener hijos pero, ¿sin sentir placer? […] bastante duro va a ser acostarse con alguien y decir: «mira como soy» como para encima no disfrutarlo, venga ya, no. (Madre de menor intersexual. Entrevista personal, 2018)
La búsqueda de una solución a la situación individual, que a su vez es compartida por otras individualidades, es la materia prima de esta resistencia. Con este enfrentamiento a las normas de control corporal se pretende confrontar con la carga patologizadora que suponen las estructuras sociales, políticas, civiles y médicas, que oprimen a las personas intersexuales.
Investigadora: Tú tienes una hija que tiene una variación sexual o… a ver, tú ¿cómo le llamas? R: A ver, el caso de mi hija, que se llama Claudia (nombre ficticio) es un caso de intersexualidad, ¿vale?, ella nació con genitales ambiguos y tardaron un tiempo en determinar lo que ocurría […] entonces, el diagnóstico es mosaicismo, el caso de Claudia (nombre ficticio) está dentro de lo que es la I de intersexualidad. (Madre de menor intersexual. Entrevista personal. 2018)
Las personas agrupadas en asociaciones designadas desde síndromes específicos, muchas de ellas ajenas al concepto intersexual y/o completamente desvinculadas del mismo a nivel identitario, comienzan a ser interpeladas y a interpelarse con relación a las intervenciones realizadas sobre sus cuerpos. Las cirugías irreversibles, los protocolos médicos, las dependencias farmacológicas derivadas de las intervenciones, las exigencias sobre los cuerpos para la asignación de un sexo etc., son puestos en cuestión y hasta reprobados por una parte de la sociedad. La creciente denuncia de padres y madres que se niegan a intervenir a sus bebés, ha implicado un enfoque de espejo inverso para las personas que ya eran adultas y habían vivido una realidad del todo diferente.
El naciente movimiento intersex español ha surgido, en buena medida, influenciado por el movimiento intersex internacional que, a través de internet, ha conseguido romper el silencio de unos cuerpos estigmatizados. Estos medios, por un lado, han contribuido a la divulgación de nuevas perspectivas sobre la intersexualidad; por otro, y este aspecto es clave, han facilitado entre los propios intersexuales y sus familiares un contacto más directo, que escapa de los sistemas de control más inmediatos. Un hecho de especial relevancia, por ejemplo, en el caso de padres y madres que parten de un diagnóstico médico de sus bebés, y que a través de estos medios han tenido la posibilidad de compartir una realidad, para la que no estaban preparados, con otros padres y madres que abordan el tema desde perspectivas no patologizantes.
El contacto entre iguales ha permitido vivenciar, de forma conjunta: experiencias, emociones y sentimientos, desafiar el control corporal monopolizado por el discurso médico y romper el pacto social de silencio
La realidad de la intersexualidad en España es diversa. De hecho, nos encontramos con perspectivas que rechazan la categorización de intersexualidad, y que se siguen articulando en torno a síndromes específicos. Por tanto, desde esta perspectiva no podríamos hablar ni de comunidad ni de identidad intersexual. Una segunda visión hace hincapié en los elementos compartidos más allá de las categorizaciones médicas. El cuerpo estigmatizado, desde otras perspectivas, se convierte, en este caso, en un elemento central a reivindicar. Se pretende así normalizar la corporalidad «no normativa» más allá de los protocolos médicos impuestos.
Son precisamente aquellos que buscan la naturalización de la corporalidad intersexual los que formarían parte de esta incipiente comunidad de intereses. Esto no implica que hablemos de una comunidad homogénea (ninguna lo es) o que no nos encontremos con estrategias diferentes. De hecho, más allá del elemento articulador que se sustenta en el reconocimiento de la corporalidad intersexual, hay referentes identitarios que son compartidos y otros que no lo son. Así, en algunos casos, el reconocimiento de la intersexualidad significa quebrar la visión binaria entre hombres y mujeres, pero no necesariamente. Una buena parte de las personas entrevistadas que se identifican como intersexuales reivindican precisamente la posibilidad de ser hombres y mujeres desde unos cuerpos que no son categorizados como tales.
Como vemos más allá de los discursos simplificadores que plantean la intersexualidad como una realidad homogénea nos encontramos con una cierta pluralidad, tanto entre las personas que no se reconocen como intersexuales y apuestan por las catalogaciones médicas, como entre las que se identifican como tales y perciben que los elementos articuladores son mayores que las diferencias. Es en este segundo caso en el que comienza a percibirse una identidad compartida y a conformarse, aun de forma muy inicial, una vinculación comunitaria, en cuanto que luchan de forma conjunta por superar un estigma impuesto e interiorizado, buscando nuevas posibilidades por explorar. Un camino nada sencillo que implica un proceso de exploración en un contexto que se percibe como hostil, y en el que, de forma lenta, pero progresiva, se comienzan a articular prácticas, discursos, intereses y estrategias.
El uso de las siglas DSD emanan del acuerdo alcanzado en 2005, y publicado en un documento más extenso conocido como »
La primera ley que expresamente abordaba las cirugías de asignación sexual a bebés intersexuales en los hospitales públicos fue la Ley 12/2015, de 8 de abril, de igualdad social de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales y de políticas públicas contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género en la Comunidad Autónoma de Extremadura. En los años siguientes la intersexualidad comienza a ser reconocida en otras comunidades autónomas.
De forma previa al uso de intersexual se utilizó el término hermafrodita, cargado de fuertes connotaciones negativas. Actualmente es un término rechazado por la comunidad intersex, en cuanto que no define la realidad intersex y refiere fundamentalmente a animales y plantas que tienen dos órganos sexuales diferenciados.
En español: desorden del desarrollo sexual. En España estas siglas han sido utilizadas en los textos médicos y las siglas DSD se han traducido también como Trastornos del desarrollo sexual, Anomalías de la diferenciación sexual o Anomalías del desarrollo sexual, y en los últimos años, también como Desarrollo Sexual Diferente.
En ese mismo texto, más adelante, el profesor Botella Llusía explica los motivos por los que creía necesaria esta ocultación, ya que al descubrir testículos en el vientre de una mujer, tendría que declararla varón: en su nuevo rol de varón, sus anteriores »instintos femeninos« no habrían cambiado, lo que lo convertiría en homosexual con todos los conflictos y «perversiones» que ello implica, además tener aspecto de mujer le haría objeto de mofas y le sería imposible casarse, convirtiéndose en
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Las primeras leyes que se referían expresamente a la intersexualidad salieron a la luz incluidas en las normativas de protección al colectivo de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, de manera muy anecdótica, hasta 2015 no hubo una pronunciación expresa de prohibición de las cirugías innecesarias en bebés instersexuales en los hospitales públicos, textos legales pioneros que sin embargo dejaban abierta la puerta a estas cirugías en centros hospitalarios privados.
Resolución del Parlamento Europeo, de 14 de febrero de 2019, sobre los derechos de las personas intersexuales (2018/2878 (RSP))
El establecimiento inverso de la agenda (
Un ejemplo de ello es el Grupo de Apoyo y Trabajo sobre Intersexualidad, dentro de la asociación Adriano Antinoo, actualmente llamado Krisol, Pro Derechos Humanos Intersex.
Actualmente muchas personas intersexuales prefieren utilizar DSD para no excluir a quienes no se sienten identificadas con el término intersexual, y señalan que esta D ya no es de Disorders sino de differences; Gregori Flor señala que encaja perfectamente en las siglas tradicionales DSD, que además de reducir el potencial patologizador puede ser una estrategia tanto para comprender el diálogo científico-médico como para negociar «desde dentro» (Gregori, 2016).
Este argumento se recoge en distintos medios, uno de los más populares lo podemos encontrar en la página web de La Brújula Intersexual: <
En este artículo, por ejemplo, se emplean expresiones como
En este punto es interesante reflexionar sobre la relación existente entre la orientación sexual y la identidad de género. Ambas categorías aparecen unidas en los acrónimos LGTB, sin embargo, esta unión es producto de la oportunidad política, apoyándose mutuamente como minorías frente a la opresión y discriminación ejercida por el grupo mayoritario, que es heterosexual, cisgénero y ha nacido con un cuerpo normativo.
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Aliades es el nombre utilizado para referirse a las personas que no son intersexuales pero que ayudan y apoyan las acciones promovidas por intersexuales.
Comunicado disponible en: <
La precursora de esta revolucionaria propuesta fue la activista Cheryl Chase, en las publicaciones Hermaphrodites with Attitude. Posteriormente publicadas (
Este modo de presentarse deja ver la experiencia de exposición social que experimenta una persona cuando habla en primera persona sobre intersexualidad, una barrera en el camino hacia la visibilidad que se hace más notoria cuando se trata de padres y madres de bebés, que refuerzan las medidas para proteger a sus hijos del estigma.
El efecto que produce en las personas intersexuales el contacto con otras personas en situaciones similares, ha sido resaltado por todas las personas entrevistadas y también comentado en los encuentros a lo que hemos tenido acceso.