Disparidades. Revista de Antropología 77 (2)
julio-diciembre 2022, e024
eISSN: 2659-6881
https://doi.org/10.3989/dra.2022.024

ARTICLES/ARTÍCULOS

FILOSOFÍA ZAPOTECA, CIENCIAS SOCIALES Y DIÁLOGO MUNDIAL DE SABERES * El presente artículo es resultado de un proyecto financiado por el CONACyT en el periodo 2019-2020 para mi retención en la UABJO.

ZAPOTEC PHILOSOPHY, SOCIAL SCIENCES AND WORLD DIALOGUE OF KNOWLEDGE

Juan Carlos Sánchez-Antonio

ICE-UABJO/México

https://orcid.org/0000-0002-0532-3293

RESUMEN

En este artículo intentamos reconstruir algunos de los conceptos fundamentales del pensamiento de los zapotecos (o binnigula´sa´) ubicados en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, México, desde una arqueología-filosófica a partir de tres momentos. 1) En la primera parte cuestionamos la definición hegemónica de filosofía occidental para dar lugar a otras definiciones de filosofías no heleno-eurocéntricas que nos permitan hablar de una filosofía zapoteca. 2). Reconstruimos lingüísticamente algunos conceptos fundamentales de la cultura zapoteca y analizaremos un poco la relación interdependiente y de respeto que tiene con los fenómenos naturales de la madre naturaleza. 3) Al final abogamos por la descolonización de las ciencias sociales desde el diálogo mundial de saberes con los aportes de las amplias culturas del sur global que fueron negadas por la razón occidental.

PALABRAS CLAVE: 
Pueblos indígenas; Descolonización epistemológica; Cultura zapoteca; Istmo de Tehuantepec; Oaxaca.
ABSTRACT

In this article we try to reconstruct some of the fundamental concepts of the thought of the Zapotecs (or binnigula´sa´) located on the Isthmus of Tehuantepec, Oaxaca, Mexico, from a philosophical-archeology based on three moments. 1) In the first part we question the hegemonic definition of Western philosophy to give rise to other definitions of non-Hellenic-Eurocentric philosophies that allow us to speak of a Zapotec philosophy. 2). We linguistically reconstruct some fundamental concepts of the Zapotec culture and we will analyze a little the interdependent and respectful relationship it has with the natural phenomena of Mother Nature. 3) In the end we advocate for the decolonization of the social sciences from the world dialogue of knowledge with the contributions of the broad cultures of the global south that were denied by Western reason.

KEYWORDS: 
Indigenous peoples; Epistemological decolonization; Zapotec culture; Isthmus of Tehuantepec; Oaxaca.

Recibido: 31 de diciembre de 2020; Aprobado: 2 de noviembre de 2021

Cómo citar este artículo / Citation: Sánchez-Antonio, Juan Carlos. 2022. «Filosofía zapoteca, ciencias sociales y diálogo mundial de saberes». Disparidades. Revista de Antropología 77(2): e024. doi: < https://doi.org/10.3989/dra.2022.024 >.

CONTENIDO

INTRODUCCION

 

En este artículo pretendemos reconstruir algunos de los conceptos fundamentales que estructuran el pensamiento de nuestra cultura zapoteca, ubicada en el estado de Oaxaca, México. Cabe aclarar que el autor de estas líneas pertenece a dicha cultura y es hablante originario de la lengua (Diidxazá: zapoteco). Para cumplir con el objetivo de este artículo, vamos a plantear, en un primer momento, el problema de la filosofía occidental y el lugar privilegiado que le dio al logos, de ahí cuestionaremos dicha centralidad al expulsar el mito en el pensamiento griego y la sabiduría de los pueblos amerindios ligada a la vida. Una vez aclarado que la filosofía también es amor al mito (filómûthos), procederemos a explicar un poco algunos de los conceptos fundamentales que estructuran el pensamiento de los zapotecos desde una arqueología-filosófica, es decir, aplicaremos una interpretación filosófica a los datos arqueológicos y lingüísticos que nos ofrece el zapoteco antiguo del valle de Oaxaca, México.

Aclaramos que la información sobre la cultura zapoteca es muy escasa y no existen códices pre-colombinos, ni coloniales de nuestra cultura que hayan sobrevivido a la conquista y saqueo colonial. Por ello vamos a basarnos fundamentalmente de la información ofrecida por la arqueología moderna, el vocabulario del idioma zapoteco del Padre Juan de Córdova (1578) De Córdova, Juan. 1578. Vocabulario en Lengua zapoteca. México: Impreso por Pedro Charte y Antonio Ricardo. , algunos datos ofrecidos por el Padre Francisco de Burgoa (1672), el Padre Bernandino de Sahagún (1545) y los aportes realizados por los intelectuales zapotecos como Wilfrido C. Cruz (1898-1948), Gregorio López y López (1920-2008), Macario Matus (1943-2009) y Víctor de la Cruz (1948-2011), los cuales han sido de mucha importancia para nosotros. Lo que pretendemos con todo esto es fortalecer y continuar con el «proceso de recuperación (reapropiación y reelaboración creativa) de los saberes olvidados, descartados como no válidos (irracionales, mágicos, ilógicos, poéticos, salvajes)» ( Prado 2018: 11 Prado, Abdennur. 2018. Genealogía del monoteísmo. La religión como dispositivo colonial. México: Akal. ) por la razón occidental.

De esta forma, argumentamos sobre la importancia que tiene la filosofía zapoteca por la concepción holística, interdependiente y complementaria que tiene de la naturaleza. Es decir, encontramos en esta concepción del mundo, una filosofía vivencial e intuitiva arraigada a la vida, una forma de comprender el mundo y la madre naturaleza con un respeto sobre ella que nos puede servir para configurar una ética y afectividad ambiental a favor de la vida del planeta. Al final, abogamos por reconstruir los núcleos éticos-filosóficos de las culturas del sur global para generar la descolonización 1 Descolonizar lo entendemos como el esfuerzo de descentrar y deconstruir los relatos eurocéntricos y norteamericanos de las ciencias sociales-humanas y su agotada universalidad desde múltiples diálogos creativos entre las culturas del sur global con los aspectos positivos y emancipadores de la razón occidental. Descolonizar es dejar de pensar desde una cultura que no es nuestra y que asumimos como propia para pensar desde nuestras culturas propias y desde ahí establecer los diálogos inter-epistémicos mundiales sur-sur y sur-norte globales. de las ciencias sociales y humanas desde un diálogo mundial de saberes y desde ahí proponer alternativas locales a la crisis civilizatoria actual.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

 

Para poder acercarse el tema de la filosofía zapoteca, es necesario, como lo indica Josef Estermann, «romper con el eurocentrismo y occidentalismo (u occidentalocentrismo) implícitos en la misma definición y delimitación de lo que se considera «pensamiento filosófico» o «filosofía a secas» ( Estermann 2009: 11 Estermann, Josef. 2009. Filosofía andina: sabiduría indígena para un mundo nuevo. La Paz: Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología.). Por lo general, el pensamiento eurocéntrico asume que la filosofía (occidental) nace en Grecia, y sólo hay filosofía cuando ésta empieza a ser racional (logos) y se aleja del mito. Lévi-Strauss nos explica que la «noción de «mito» es una categoría de nuestro pensamiento, la cual utilizamos arbitrariamente para designar con un mismo vocablo intentos de explicación de femémonos naturales, obras de literatura oral, reflexiones filosóficas» (Lévi-Satrauss 1965: 23) o simbólicas en diferentes grados de complejidad interpretativa en la conciencia colectiva; el mito es, en todo caso, una forma racional de ordenar y explicar el mundo, los fenómenos naturales y el cosmos con un sentido filosófico, simbólico y religioso.

La «separación entre filosofía y mito es una invención eurocéntrica del siglo XVIII» ( Dussel 2009 Dussel, Enrique. 2009. «Introducción», en Enrique Dussel, Eduardo Mendieta, Carmen Bohórquez (eds.), El pensamiento filosófico latinoamericano, del Caribe y «latino» [1300-2000]: 15-20. México: Siglo XXI. ). El propio Aristóteles en su Metafísica ( 1994 Aristóteles. 1994. Metafísica. Madrid: Gredos. ) explica que «el amante del mito sea, a su modo, «amante de la sabiduría»: y es que el mito se compone de maravillas» ( Aristóteles 1994: 76-77 Aristóteles. 1994. Metafísica. Madrid: Gredos. ). Incluso «Heidegger nos ampliaba los conceptos, al afirmar que mûthos y lógos «dicen lo mismo», que «no se oponen nunca, como lo había creído la tradición de la historia de la filosofía» ( Nkogo 2001: 38 Nkogo, Eugenio. 2001. Síntesis sistemática de la filosofía africana. Barcelona: Edicionescarena.). Vale la pena recordar que:

De acuerdo con la versión de los primeros filósofos griegos, entre ellos Parménides, lógos significa lo mismo que mûthos y que la síntesis más perfecta de ambos discursos fue realizada por la filosofía de Platón […]. Por eso, reconoció el estagirita que el que ama la sabiduría, el filósofo, es, al mismo tiempo, amigo de los mitos, filómûthos ( Nkogo 2001: 16 Nkogo, Eugenio. 2001. Síntesis sistemática de la filosofía africana. Barcelona: Edicionescarena.).

Es importante recordar que los «griegos habían creído realmente que habían sido colonizados por los egipcios y fenicios, y que […] la mayor parte de su cultura la habían tomado de dichas colonias, perfeccionando posteriormente su aprendizaje en Oriente medio» ( Bernal [1987] 1993: 11 Bernal, Martín. 1993. Atenea negra. Las raíces afroasiáticas de la civilización clásica. Volumen I. La invención de la antigua Grecia, 1785-1985. Barcelona: Crítica.). Sin embargo, la historia helenocéntrica y eurocéntrica de la filosofía olvida la infuencia egipcia en ella y «rapta a la cultura griega» como parte de la Europa moderna y el pensamiento occidental como muestra única de la filosofía sin más» ( Urdaneta y Vásquez 2015: 85 Urdaneta, Gustavo y Belin Vásquez. 2015. «Pensar desde modelos eurocéntricos o pensar-nos en y para la dialogicidad descolonizadora». Revista de Filosofía, 80: 73-99. ). Ahora se tiene conocimiento que «Pitágoras de Samos […] permaneció durante 22 años en los templos del Egipto de la Negritud, para designar la forma especial de explicación de la realidad que él y sus compatriotas aprendieron de aquel país» ( Nkogo 2001: 39 Nkogo, Eugenio. 2001. Síntesis sistemática de la filosofía africana. Barcelona: Edicionescarena.). Otro asunto importante es que olvidamos que la filosofía griega es tan solo una forma regional de filosofía moderna (formalista, abstracta, instrumental) con sus avances notables que son indiscutibles, pero no podemos confundir la filosofía griega o europea, con otras formas de comprender y hacer la filosofía.

Ahora sabemos que cada «cultura tiene su modo particular, propio e incomunicable de ver el mundo, de verse a sí mismo y de ver lo que trasciende al mundo y a sí mismo […]. Esa sistematización de pensamientos, emociones, enfoques y visiones íntimas será su filosofía» (Garibay 1979: XX). De esta forma, abrimos la definición de la filosofía para verla como un «modo de comprensión y de solución de problemas humanos […], la filosofía no es sino el conato de explicar los sumos problemas de la existencia y la comprensión de ella» (Garibay 1979: XX). Es decir, hay filosofía en cualquier cultura que intente responder y comprender los problemas fundamentales sobre la existencia humana, la naturaleza y la constitución del cosmos, los dioses y las cosas en el mundo. La filosofía es entonces el modo en que cada cultura explica, comprende y resuelve los problemas fundamentales que tiene en un momento determinado.

Cada cultura, ya sea egipcia, griega, indostánica, mesopotámica, china, mesoamericana o andino-amazónica, tuvieron su modo de responder a estos núcleos problemáticos, generando diversas narrativas complejas, con grados de abstracción conceptual para comprender y ordenar el mundo en el que viven. Nosotros consideramos que sí hay filosofía en los sistemas de pensamiento de las seis grandes civilizaciones con desarrollo autonómico: Egipto, Mesopotamia, India, China, Mesoamérica (Anáhuac) e Inca (Tawantisuyo). «Por eso, necesitamos producir otra idea de filosofía con la cual desarrollemos explícitamente una sabiduría para seguir desarrollando la producción y reproducción de la vida humana y de la naturaleza que hasta ahora han producido nuestros pueblos originarios» ( Bautista 2014: 247 Bautista, Juan. 2014. ¿Qué significa pensar desde América Latina? Hacia una racionalidad transmoderna y postoccidental. Madrid: Akal. ).

Asumimos aquí que «la interpretación de un vocablo es mítica, pero también filosófica» ( Núñez-Mata 1946: 7 Núñez-Mata, Efrén. 1946. «Prólogo», en Wilfrido C. Cruz, Oaxaca recóndita. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. ). Es decir, «el símbolo, el mito, el rito, a diferentes niveles y con los medios que le son propios, expresan un sistema de afirmaciones coherentes sobre la realidad última de las cosas, sistema que puede considerarse en sí mismo como una metafísica» ( Eliade 2019 [1951]: 15 Eliade, Mircea. 2019. El mito del eterno retorno. Madrid: Alianza editorial.) o mejor dicho un sistema coherente que podemos llamar filosófico. Esto nos permitirá «recuperar la validez y el sentido de las tradiciones, aún míticas, a las que debe ejercérseles una hermenéutica filosófica adecuada» ( Dussel 2015a: 93 Dussel, Enrique. 2015a. Filosofía de la cultura y transmodernidad. México: UACM. ) para ordernarlas y reinterpretarlas en un sentido filosófico. Es eso lo que intentaremos realizar aquí, es decir, ejercer una hermenéutica filosófica a las concepciones míticas, simbólicas y religiosa de los zapotecos. Todo esto con la finalidad de constituir nuestro punto de partida o lugar de enunciación, para ingresar en el debate sobre la descolonización de las ciencias sociales y humanas desde un diálogo mundial de saberes.

LA FILOSOFÍA DE LOS ZAPOTECAS O BINNIGULA´SA´: FUNDAMENTO Y ESTRUCTURA BÁSICA DE SU PENSAMIENTO.

 

Los binnigula´sa´ son los antepasados de los actuales grupos zapotecos que habitan en gran parte del estado de Oaxaca, México. «Los binnigula´sa´ son los ancestros de los zapotecos que hoy habitan en el sur de México: en varias regiones del estado de Oaxaca: los Valles Centrales, porciones de la Sierra Norte y de la Sierra Sur, y parte del sur del Istmo de Tehuantepec» ( Winter 2001: 47 Winter, Marcus. 2001. «Religión de los binnigula´sa´: la evidencia arqueológica», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coords.). La religión de los Binnigula´sa: 47-88. Oaxaca: México: Fondo editorial IEEPO. ). Para muchos, Binnigula´sa´ está compuesto de dos palabras Binni (gente), gula´sa´ (antigua). Nosotros proponemos aquí dividirlo en tres, binni: (gente), gula´ (antiguo, anciano) sa´ (o za, según el protozapoteco de María Teresa Fernández de Miranda (1995), significa andar, tiempo o día); «literalmente sólo significa «persona antigua» ( De la cruz 2001 De la Cruz, Víctor. 2001. «Introducción a la religión de los binnigula´sa´», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coord.), La religión de los Binnigula´sa: 8-34. Oaxaca-México: Fondo editorial IEEPO. ), o «gente zapoteca anciana o antigua» ( Cruz 1935b Cruz, Wilfrido. 1935b. «Inquisiciones». NESHA. Órgano Mensual de la Sociedad Nueva de Estudiantes Juchitecos. México: Ediciones Toledo.); para nosotros significa persona binni antigua gula sa za del tiempo o del día za. La evidencia arqueológica disponible hoy en día sugiere que en «el Valle de Oaxaca (Monte Albán), en el centro del estado, fue la cuna de los binnigula´sa´ y tiene evidencias de ocupaciones humanas desde hace por lo menos diez mil años» ( Winter 2001 Winter, Marcus. 2001. «Religión de los binnigula´sa´: la evidencia arqueológica», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coords.). La religión de los Binnigula´sa: 47-88. Oaxaca: México: Fondo editorial IEEPO. ; Pipitone 2006 Pipitone, Ugo. 2006. Oaxaca prehispánica. México: CIDE..

Joyce Marcus (2008) Marcus, Joyce. 2008. Monte Albán. México: FCE-COLMEX., nos divide la larga historia arqueológica de los binnigula´sa´ en cuatro grandes Etapas.

En la primera Etapa de los cazadores-recolectores (10,000 a.c.) los binnigula´sa´ se movían constantemente durante el ciclo anual, según los recursos de alimentos disponibles. En la Etapa de las Aldeas (2000 a 1500 a.c.), se establecieron las primeras aldeas permanentes, con grupos de 15 personas, en donde cultivaban maíz, frijol, calabaza, etc., e intercambiaban cerámica, obsidiana, etc. En la Etapa Urbana (500 a.c.) se funda Monte Albán, es decir, en el año 500 a.C. fundaron lo que podría ser la primera ciudad del México antiguo: Monte Albán». ( Marcus 2008: 188 Marcus, Joyce. 2008. Monte Albán. México: FCE-COLMEX.)

Es decir en «Monte Albán se desarrolló el ejemplo más temprano de organización estatal de América» ( Robles-García 2016: 32 Robles-Garcia, Nelly. 2016. Mitla. Su dessarrollo cultural e importancia regional, México, Colegio de México y FCE. ). También «la primera evidencia arqueológica de la escritura y el calendario» ( Caso 1947 Caso, Alfonso. 1947. Calendario y escritura de las antiguas escrituras de Monte Albán. México, Coperativa de Talleres Gráficos de la Nación. ; Aveni 2017 [1980]). En la «Etapa de Ciudades-Estados» (800 d.c. hasta 1521d.c.) hay una expansión y crecimiento de organizaciones más complejas y probablemente en este periodo, los binnigula´sa´ llegan al Istmo de Tehuantepec» ( Winter, 1990 Winter, Marcus. 1990. «Oaxaca prehispánica: una introducción», en Marcus Winter (comp.). Lecturas históricas de Oaxaca, 1: 31-219. México: Época prehispánica, Instituto Nacional de Antropología e Historia y Gobierno de Oaxaca., 2001 Winter, Marcus. 2001. «Religión de los binnigula´sa´: la evidencia arqueológica», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coords.). La religión de los Binnigula´sa: 47-88. Oaxaca: México: Fondo editorial IEEPO. ) Oaxaca, México. Además, es importante señalar que los «zapotecos fueron de los primeros indígenas nativos de América (native Americans) en construir edificios orientados astronómicamente, en usar adobes, construir edificios de piedra cubiertas con estuco, grabar inscripciones jeroglíficas y adquirir el estatus urbano» ( Marcus y Flannery 1996: 12 Marcus, Joyce. y Kent V. Flannery. 1996. Zapotec Civilization. How Urban Society Evolved in Mexico’s Oaxaca Valley. Londres: Thames and Hudson.).

Nosotros aquí, por la cuestión del poco espacio que tenemos, sólo vamos a centrarnos en la Etapa Urbana (500 a.c. hasta el 800 d.c.) para rastrear algunos de los elementos culturales que estructuran los principios básicos del pensamiento de los zapotecos. Uno de los primeros intelectuales zapotecas, quien dedicó un estudio serio y riguroso del pensamiento de los binnigula´sa´, fue Wilfrido C. Cruz (1898-1948), con sus dos obras fundamentales: El tonalamatl zapoteco. Ensayo sobre su interpretación lingüística ( 1935a Cruz, Wilfrido. 1935a. El Tonalamatl zapoteco. Ensayo sobre su interpretación lingüística. México: Imprenta del gobierno del estado de Oaxaca. ) y Oaxaca recóndita ( 1946 Cruz, Wilfrido. 1946. Oaxaca Recóndita. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. ). De ahí, otro filosofo zapoteca, Gregorio López y López (1920-2008), continúo el estudio sistemático del pensamiento de los zapotecos, de hecho, fue el primero en hablar de una «filosofía zapoteca» (López y López 1947, 1955 López y López, Gregorio. (1955), «Filosofía zapoteca». Revista de la Facultad de Filosofía y Letras, 57-58-59: 1-15. México: UNAM.) en su tesis de maestría un año antes que la publicación de la tesis doctoral de Miguel León-Portilla con La filosofía náhuatl (1956). Incluso, nuestro sabio zapoteca, Gregorio López y López, en un texto titulado En pos de una filosofía zapoteca, publicado en 1947, nueve años antes que la publicación de la tesis doctoral de Miguel León-Portilla (1956), nos sugiere algunas bases generales de la estructura de la filosofía de los zapotecas.

Ahora bien, para empezar a reconstruir brevemente los conceptos fundamentales del pensamiento filosófico de los zapotecos, es necesario recordar que la «religión misma está intrínsecamente impregnada de filosofía y la filosofía se encuentra abocada a plantearse problemas religiosos» ( Panikkar 2002 [1997] Panikkar, Ramón. 2002. La experiencia filosófica de la India. Madrid: Trotta. ). Para nosotros, en el pensamiento mesoamericano, la separación entre religión, mito y filosofía no existe; las tres van ligadas e intentan responder, con cierto grado de abstracción y complejidad, los problemas existenciales del hombre y el origen cosmogónico que explica la totalidad de las cosas. De ahí que, con mucha razón, nuestro filósofo zapoteca, Gregorio López y López, nos advierte que en la «religión zapoteca, se manifieste al mismo tiempo y leyendo entre líneas la filosofía dominante de los zapotecas» ( López y López 1955: 3 López y López, Gregorio. (1955), «Filosofía zapoteca». Revista de la Facultad de Filosofía y Letras, 57-58-59: 1-15. México: UNAM.); ambas van de la mano y no pueden leerse aisladamente.

La «religión zapoteca nace en el periodo preclásico» ( de la Cruz 2001 De la Cruz, Víctor. 2001. «Introducción a la religión de los binnigula´sa´», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coord.), La religión de los Binnigula´sa: 8-34. Oaxaca-México: Fondo editorial IEEPO. ), es decir hace unos 2000 a.c., en el Etapa de las Aldeas (2000 a 1500 a.c.) y al igual que «la religión mesoamericana representa a caso la afirmación más vigorosa y energética de la vida que podemos encontrar en las culturas» (de la Cruz 2008: 255) de América. Las preguntas y las repuestas que daba el hombre mesoamericano (del Anáhuac) estaban sobre todo ligadas a las condiciones naturales, al calendario solar y lunar, al ciclo agrícola, al agua, la tierra, el sol, el aire, etc., y al origen de la vida, de la tierra, el cosmos, de los dioses, la muerte, etc. Es decir, el «hombre prehispánico vivía y moría de acuerdo a la voluntad de los dioses y éstos regían todos los ámbitos del universo, desde la creación de otros dioses, hasta los diversos niveles de la estructura universal: tierra, cielo e inframundo; a la vez que eran los señores del tiempo y el espacio» ( Matos-Moctezuma 1995 Matos-Moctezuma, Eduardo. 1995. «Presentación», en Dioses del México Antiguo. México: DGSCA-UNAM.).

Para explicar el principio que organiza y da sentido (vital) a todas las cosas, los binnigula´sa´ ordenaron su cosmovisión y cosmogonía bajo ciertos principios fundamentales que regulan la totalidad de su pensamiento. Según Flannery y Marcus Winter, uno de esos principios originarios que los binnigula´sa´ reconocieron «fue un ser supremo, infinito, incorpóreo que no tenía principio ni fin, quien creo todo, pero el mismo no fue creado» ( Flannery y Marcus 1976 Flannery, Kent V. y Joyce Marcus. 1976. «Formative Oaxaca and the Zapotec Cosmos». American Scientist, 64 (4): 357-455. ). Este principio increado-creador de todo, en la lengua zapoteca de los binnigula´sa´ es el pè-tào; el prefijo pè, escrito pèe en el siglo XVI, «puede traducirse como viento, aliento, espíritu, , es la fuerza vital que hace que todas las cosas se muevan» ( Flannery y Marcus 1976: 376 Flannery, Kent V. y Joyce Marcus. 1976. «Formative Oaxaca and the Zapotec Cosmos». American Scientist, 64 (4): 357-455. ). Hoy en el zapoteco del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, México, la cognada , se dice pi, o bi, que significa viento o aliento. Ahora bien, para hacer este análisis lingüístico se toman en cuenta las «raíces y las cognadas de las palabras y sus posibles modificaciones fonológicas y semánticas en el tiempo» ( Swadesh 1960 Swadesh, Mauricio. 1960. La lingüística como instrumento de la prehistoria. México: INAH.).

En este sentido, etimológicamente, el prefijo pèe, según el vocabulario de Juan de Córdova (1578) De Córdova, Juan. 1578. Vocabulario en Lengua zapoteca. México: Impreso por Pedro Charte y Antonio Ricardo. tiene varias equivalencias, «ayre» (folio 017, columna 2), «aliento» (folio 022, columna 1), «alma o anima» (folio 022, columna 4) o «espíritu o soplo» (folio 186, columna 4). Y tào, lo encontramos como «muy, muy antes, muy deveras. muy grande. muy de mañana» (folio 277, columna 4). Tào es una particular aumentativa para decir grade o supremo. Ahora, pè-tào, aparece con la siguiente equivalencia, «dios viuo verdadero» (folio 140, columna 4). Entonces , que quiere decir, viento, respiración, aliento, alma, denota una cualidad activa y sagrada, en tanto que tào, se traduce como grande, supremo; de ahí que «Pè-tào, se puede traducir como el Gran Aliento» ( Cruz 1935a Cruz, Wilfrido. 1935a. El Tonalamatl zapoteco. Ensayo sobre su interpretación lingüística. México: Imprenta del gobierno del estado de Oaxaca. , 1939 Cruz, Wilfrido. 1939. «Conceptos fundamentales de la civilización zapoteca», en Vigésimoséptimo Congreso Internacional de Americanistas. Actas de la primera sesión, celebrada en la ciudad de México en 1939, Tomo II: 390-484. México: INAH e Historia-Secretaria de Educación Pública. , 1946 Cruz, Wilfrido. 1946. Oaxaca Recóndita. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. ).

El primero en realizar un análisis lingüistico y filológico del vocablo Pè-tào, fue nuestro gran intelectual zapoteca Wilfrido C. Cruz, quien nos explica que «etimológicamente Pi-tào está compuesta de dos ideas, pi (onomatopéyico) quiere decir, aire, aliento, y tao designa grandeza, supremo; Pitao es la exacta traducción zapoteca de Gran Aliento» ( Cruz 1939 Cruz, Wilfrido. 1939. «Conceptos fundamentales de la civilización zapoteca», en Vigésimoséptimo Congreso Internacional de Americanistas. Actas de la primera sesión, celebrada en la ciudad de México en 1939, Tomo II: 390-484. México: INAH e Historia-Secretaria de Educación Pública. ). Es importante señalar que según Joyce Marcus (2008) Marcus, Joyce. 2008. Monte Albán. México: FCE-COLMEX., Pe-tào o Pi-tào, no es un Dios con características cristianas, sino una fuerza vital animada que esta en todas las deidades naturales, por lo que sería un error interpretar las prácticas y los rituales de los zapotecos desde la religión cristiana. Wilfrido C. Cruz fue muy claro al decirnos:

Que el Pitao no era lo que supusieron Córdova y Gay; carecía de los atributos supremos inherentes a la concepción monoteísta de las grandes religiones sintéticas de Dios […], no podía ser considerado, sin embargo, equiparable al Dios único […] del cristianismo. Si los indios reconocían al Pitao atributos de grandeza y excelsitud, no era sino asociando esa voz con alguna realidad específica y objetiva [de ahí] que la suprema concepción mitológica zapoteca esta contenida en la voz Pitao. ( Cruz 1946: 45, 41 Cruz, Wilfrido. 1946. Oaxaca Recóndita. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. ).

Entonces el Pe-tào, Pi-tào o Bi-dòo, como se dice hoy en el zapoteco del Istmo, no es un deidad con características cristianas, sino una fuerza vital o gran aliento que genera todo y da vida a los objetos inanimados. «Entre los objetos que los zapotecos veían como «vivos» estaban el rayo, los temblores, el fuego, el viento, las nubes, el granizo, las colinas, las montañas, las cuevas, la sangre que fluye, los ríos que corren, el Sol, la Luna y la luz» ( Marcus 2008: 129 Marcus, Joyce. 2008. Monte Albán. México: FCE-COLMEX.). Este pe o pi, que significa «aliento, espíritu o fuerza vital o lo que da ánima o vida» ( Marcus 2008 Marcus, Joyce. 2008. Monte Albán. México: FCE-COLMEX.) está dentro de cada cosa (piedra, animal, planta, ser humano, astros, medio ambiente, etc.) y hace posible (anima) el movimiento y la acción de todo. De hecho, la «equiparación de aire a aliento y de éste a vida, establecen una relación que tiene trascendencia moral, filosófica y mítica» ( Cruz 1935a: 112-113 Cruz, Wilfrido. 1935a. El Tonalamatl zapoteco. Ensayo sobre su interpretación lingüística. México: Imprenta del gobierno del estado de Oaxaca. ) en la mentalidad zapoteca. De ahí que uno de los conceptos fundamentales del pensamiento zapoteco sea el Pe-táo, traducido por Wilfrido C. Cruz, como «el Gran Aliento», el cual viene a:

Adquirir contenido concreto, para ellos, solo cuando se le vinculaba con el nombre de una divinidad específica, de un animal, de una cosa o de un fenómeno de la naturaleza […] Pitao-xoo, dios de los terremotos, Pitao-Cozaana, literalmente dios que preside el alumbramiento de todos los seres, Pitao-Beccala o Bancada , dios de los sueños, Pitao-Cosijo , dios de las lluvias […] ( Cruz 1946: 45-46 Cruz, Wilfrido. 1946. Oaxaca Recóndita. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. )

El Petào zapoteca, o gran aliento, tiene mucha relación con el Kama de la filosofía andina, que significa «ánimo vital […]. kama conlleva la significación de ánimo o potencia que despliega y sostiene un orden vital» (Depaz-Toledo 2015: 211, 213) en todas las cosas; es impulso animado y vitalista pleno e inmanente a las fuerzas sagradas del mundo. El Petào es el principio interior que da vida, es decir el tóni-na+pàni, que se traduce como «dar vida o viuificar» (folio 112, columna 1), «animar dar vida olo q[ue] haze el alma al cuerpo» (folio 029, columna 2), «[principio interior] da vida al cuerpo» (folio 328, columna 1) a los entes mundanos y no mundanos; el Pe-tào es condición de vida y potencia de permanecer. El pè-tào es nuestro to+co+nñij_a que se traduce como «principiar dar principio a todas las cosas, cielo, tierra» (folio 328, columna 1); o nuestro penepaa que también se traduce como «vida el principio vital, en el que el animal, o e[n] ho[m]bre que le mueue y da vida» (folio 425, columna 3), «espíritu lo que da vida a lo que biue y le da virtud motiva y ser» (folio 186, columna 4), «pote[n]cia la de nuestro coraço[n]» (folio 323, columna 3), «anima de alguno» (folio 029, columna 2), «alma o anima» (folio 022, columna 4) o simplemente «anima que da vida, mueve y obra» (ver folio 029, columna 2) los entes de este mundo; es decir, el alma o principio que anima la vida. El Petào es condición y despliegue de vida, soporte y fundamento de un orden positivo vital de los entes mundanos.

Encontramos que, tòni-xèetòni-cilla-ya: se traduce como «fundar así cualquier cosa o principiar» (ver folio 2020, columna 2) el orden vital de los entes de este mundo. La fuerza vital que anima y da vida a todas las cosas de este mundo, los zapotecos prehispánicos le llamaban Pètào o gran aliento que se puede comprender como una fuerza animada o el cognato del hombre que lo alienta y mantiene vivo. En este sentido, tìpa o xòo que significa «conato del hombre con q[ue] obra o brio» (folio 083, columna 4), ambos vocablos aluden a la fuerza o energía que forma parte de un orden dinámico intrínseco de los vivo, como potencia vital inherente a los seres vivos. En efecto, Pètào es condición de vitalidad, fuerza y potencia de vivir y hacer vivir las cosas de este mundo. Pètào es la potencia de la vida, el principio interior que da vida al cuerpo y las cosas, es decir, tóni-nánnàa_ya, que se traduce como «[principio interior] da vida al cuerpo» (328, columna 1).

Pitào es una fuerza amorfa, invisible e inmanente a la vida que adquiere concreción cuando anima la vida de las plantas, los animales y las cosas de este mundo.

Todo lo que respira y habla tiene vida. La vida es aliento y el aliento es aire. Según los zapotecas este elemento es esencial a la existencia de todos los seres y tan importante que desde un punto de vista trascendental, psíquico y mitológico se identifica con el alma o agente positivo de vitalidad en contraposición con el concepto negativo de materia muerta. ( Cruz 1946: 126 Cruz, Wilfrido. 1946. Oaxaca Recóndita. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. ).

La filosofía vitalista de la naturaleza existente en el complejo simbólico Pi, Bíi o Bee, como aliento, soplo o alma, nos recuerda el aire como el Arjé o fundamento de todo en Anaxímenes, considerado por él como un principio infinito determinado, no absoluto. En la cosmogonía zapoteca, al igual que en la cosmogonía de Anaxímenes, el aire es una fuerza activa y viva en movimiento, sólo que el aire no es la sustancia primaria, absoluta y trascendental de la que está hecha el mundo, sino simplemente el soplo o aliento vital que anima la vida de los entes del mundo. El Pitào es ese impulso, aliento vital o «Alma del mundo» (Burgoa 1989 II [1674]) que anima a toda la vida de los seres de la tierra y los mares. Pitào es condición de vitalidad, fuerza y potencia de vivir, hacer vivir y permanecer las cosas de este mundo.

Ahora en lo que respecta a las cuatro palabras que nos ofrece Juan de Córdova (1578) De Córdova, Juan. 1578. Vocabulario en Lengua zapoteca. México: Impreso por Pedro Charte y Antonio Ricardo. para la traducción de Dios: «Coquixèe, coquicilla, pixèe-tào, pije-tào», Eduard Seller (2001) Seler, Eduard. 2001. «La religión de los zapotecos», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coords.). La religión de los Binnigula´sa: 1-44. Oaxaca: Fondo editorial IEEPO. , nos ayuda aquí a realizar un análisis linüistico de los términos, para despues nosotros aplicarle una hermenéutica filosófica al contenido de estas palabras. En el vocabulario de la lengua zapoteca de Juan de Córdova (1578) De Córdova, Juan. 1578. Vocabulario en Lengua zapoteca. México: Impreso por Pedro Charte y Antonio Ricardo. , encontramos que coquixèe, coquicilla se traduce como «dios infinito y sin principio. llamauanle sin saber aquien» (folio 140, columna 4). En tanto aue xèe-táo pí-xée-táo cílla-táo, Córdova lo traduce como «principio de todas las cosas dios y assi le llaman» (folio 328, columna 1). En tanto que, [coqui-]cilla-tào, aparece así «dios infinito y sin principio. llamauanle sin saber aquien» (folio 140, columna 4). Así también, tàca-xèe taca-cilla-tàoa, significa «dios ser sin principio» (folio 140, columna 4). Los dos últimos vocablos, pixèe-tào, pije-tào, con tiene el mismo prefijo pèe o pi, que ya dijimos que es aire, aliento o alma, y xèe aparece con las siguientes equivalencias «totalme[n]te» (folio 407, columna 2) o «eternal cosa o eterno» (folio 192, columna 3), y tào como ya lo dijimos, significa «muy, muy antes, muy deveras. muy grande. muy de mañana» (folio 277, columna 4).

Pixe o pije tào, tienen las mismas equivalencias lingüísticas, y sumando todas las unidades léxicas se puede traducir como el gran (tào) aliento (pèe), principio de todo (xèe) o gran (tào) principio eterno de todo (xèe). Tambien encontramos que coqui, significa «señor o grande» (folio 377, columna 2), y xèe aparece con las siguientes equivalencias «totalme[n]te» (folio 407, columna 2) o «eternal cosa o eterno» (folio 192, columna 3). La expresión xèe-cilla significa «principio de toda cosa» (folio 327, columna 4). Cílla o xillaa, tiene varias equivalencias, algunas de ellas son «calor generalmente» (folo 068, columna 2) o simplemente «calor de sol el que el tiene en si» (folio 068, columna 2), que tambien se puede traducir como el dios sol, infinito, principio o amanecer; xèe-cilla, juntos pueden traducirse como el gran señor sol del infinito o principio de todas las cosas. Ahora en la primera entrada según Córdova, para Coqui-xèe, coqui-xillà, xèe-tao, pixèe-tào, pije-tào, aparece «Dios *ser sin *principio» (folio 140, columna 4), que también se puede traducir como «dios que dezian que era criador d[e] todo y el increado» (folio 141, columna 2).

Los cinco vocablos (coqui-xèe, coqui-xillà, xèe-tao, pixèe-tào, pije-tào) y sus semantemas, designan de diversos modos la misma raíz: el gran principio increado creador de todo. En este contexto, Xèe y cíllà son sinónimos y:

Se usan regularmente juntos como un compuesto, con el significado de «principio», «origen». El significado fundamental de ambos es sin duda «luminosidad creciente», «mañana» […]. Debemos aceptar quizás «luminoso» como el significado de xee […] se usa a menudo con el significado «puro». Entonces, «El señor del principio (Coqui-Xee, Coqui-Cilla), o <<el gran principio» (Xèe-Tào, Pixee-Tào, Cilla-Tào), es, así, propiamente dicho, «el señor del alba, de la mañana» […] es la deidad creadora que es a la vez el alma, el espíritu, el principio viviente de todas las cosas y el señor del alba. ( Seler 2001: 16-17 Seler, Eduard. 2001. «La religión de los zapotecos», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coords.). La religión de los Binnigula´sa: 1-44. Oaxaca: Fondo editorial IEEPO. ).

Para el pensamiento filosófico de los zapotecos el principio de todo es la luz. Es la luz, su luminosidad y su pureza en el amanecer, la que explica y genera el movimiento de todo. Víctor de la Cruz (2007) De la Cruz, Víctor. 2007. El pensamiento de los binnigula´sa´: cosmovisión, religión y calendario, con especial referencia a los binnizá. México: CIESAS, CONACULTA, INAH, JP Editores, IEEPO. localiza dicha luminosidad o «el principio creador: Lòo Copijcha (rostro-sol)» ( la Cruz 2007: 138 De la Cruz, Víctor. 2007. El pensamiento de los binnigula´sa´: cosmovisión, religión y calendario, con especial referencia a los binnizá. México: CIESAS, CONACULTA, INAH, JP Editores, IEEPO.) en la luz del sol. En el pensamiento de los zapotecos el sol es el principio fundamental que hace posible el amanecer (la luz) y el comienzo originario de todas las cosas en el mundo; «es el fuego de la vida» ( Leff, 2018 Leff, Enrique. 2018. El fuego de la vida. Heidegger ante la cuestión ambiental. México. Siglo XXI.) en los zapotecos. El sol es una deidad que ocupa un lugar fundamental en la filosofía de los binnigula`sa`, de ahí que el principio o fundamento de todo sea la luz. Sin embargo, E. Seler nos recuerda que «Coqui-Xee, Coqui-Cilla, el «señor del alba» y Pije Tao, Pije-Xoo, el «viento poderoso, fuerte», designan […], solamente el principio, la esencia de la deidad creadora, de deidad en general, sin referencia al acto de crear al mundo y los seres humanos» ( Seler 2001: 19 Seler, Eduard. 2001. «La religión de los zapotecos», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coords.). La religión de los Binnigula´sa: 1-44. Oaxaca: Fondo editorial IEEPO. ).

Recordemos por ejemplo que en el núcleo ético-mítico de «la cosmovisión mesoamericana, el principio de todo es la dualidad complementaria» ( López-Austin 2015 López-Austin, A. (2015). «Sobre el concepto de cosmovisión», en Alejandra Gámez Espinosa y Alfredo López-Austin (coords.), Cosmovisión meso-americana. Reflexiones, polémicas y etnografías: 17-50. México: CM-FCE- BUAP. ; 2018 López-Austin, Alfredo. 2018. Las razones del mito. La cosmovisión mesoamericana. México: Ediciones Era. ) que en «la mitología amerindia divergen o convergen, pero no se antagonizan ni se funden; suponen siempre una pequeña diferencia que va aumentando o va disminuyendo, pero nunca acaba, es asintomática» ( Viveiros de Castro 2013: 227 Viveiros de Castro, Eduardo. 2013. La mirada del juagar. Introducción al perspectivismo amerindio. Entrevistas. Buenos Aires: Ediciones tinta y limón. ) y nunca se totaliza en la identidad de los contrarios. Por lo general, en el pensamiento mesoamericano, el hombre esta vinculado al cielo, a la luz, a lo seco, lo luminoso, lo cálido, al sol, y la mujer a la obscuridad, la tierra, la luna, lo húmedo, lo fértil, el agua, es decir la que crea vida. De esta forma encontramos en la filosofía zapoteca:

Una primera dualidad original cuyos elementos están en oposición: Cocijo-Pijetào [o Coqui-Xee] un dios increado, invisible impalpable por inmaterial y una diosa, Pichijllapèóo, visible, palpable que es la materia misma, nuestra madre primigenia: la tierra, cuyo símbolo es el lagarto o cocodrilo, un reptil […]. Digamos que encontramos una primera oposición entre el aliento creador, el pe- o pi- del Pijetào, y la materia prima de la creación -pénne o pànne, cieno o lodo-, que después del caos, a partir de la aparición de la luz solar, se convertirá en la dualidad tiempo-materia. ( la Cruz 2007: 139 De la Cruz, Víctor. 2007. El pensamiento de los binnigula´sa´: cosmovisión, religión y calendario, con especial referencia a los binnizá. México: CIESAS, CONACULTA, INAH, JP Editores, IEEPO.).

La combinación originaria, complementaria y diferencial entre el sol-fuego (lo masculino) y el agua-tierra (lo femenino) representa en el pensamiento de los binnigula`sa` el contacto entre el sol, el viento, el agua y la tierra, de ahí que el símbolo mítico del cocodrilo y la ceiba (pochote: el árbol de la vida) combina perfectamente la tierra y el agua, es decir, el elemento femenino que armoniza el agua-tierra (el inframundo) y la superficie, el sol, el elemento masculino; en la cultura zapoteca el cocodrilo representa la relación cielo-inframundo- y la tierra-agua. Por ejemplo, en la escena de la lápida esculpida de Izapa, en ella «se ve a la madre cocodrilo convertida en árbol. Su cabeza se enraíza en la tierra y eleva su cuerpo como tronco para terminar en fronda. Las placas dorsales de la bestia se transforman en espinas de ceiba, el árbol por excelencia» (López-Austin 2018b: 50).

El valor simbólico asignado al cocodrilo y la ceiba, representan el centro del mundo en el pensamiento de los binnigula`sa`. Nuestro intelectual juchiteco, Víctor de la Cruz, nos dice que debemos:

Recordar que en esta estela [lápida de Izapa] el cocodrilo tiene la trompa en un caracol que está metido en el rectángulo que representa la Tierra; a su vez, el caracol es un símbolo marítimo, es decir acuático […]. Los nombres de cocodrilo y el lodo, un producto de la mezcla de la tierra y el agua, están emparentado fonéticamente en el diidxazá [lengua zapoteca]; actualmente en esta misma lengua en el sur del Istmo los nombres son: beñe, lodo, y be’ñe’, largo. ( de la Cruz 2007: 68 De la Cruz, Víctor. 2007. El pensamiento de los binnigula´sa´: cosmovisión, religión y calendario, con especial referencia a los binnizá. México: CIESAS, CONACULTA, INAH, JP Editores, IEEPO.).

El cocodrilo representa la unión del agua y el lodo, y sobre su dorsal, que se asemeja al tronco espinoso de la ceiba o pochote (árbol de la vida), hunde sus raíces en el suelo, en el inframundo y de ahí emerge, con su gran tallo espinoso, hacia el cielo, con sus grandes ramas, significando la triada, inframundo, superficie y el cielo. Entonces la combinación mítica entre agua y tierra (lodo), simbolizada por el cocodrilo y éste combinado con el árbol del mundo o de la vida (Ceiba, Pochote), representan el agua y la tierra en forma de lodo que viene a ser la materia prima de la creación. Así, encontramos una primera oposición complementaria entre «la materia prima de la creación -pénne o pànne, cieno o lodo-, [y] la aparición de la luz solar [que más tarde] se convertirá en la dualidad tiempo-materia» ( de la Cruz 2007: 139 De la Cruz, Víctor. 2007. El pensamiento de los binnigula´sa´: cosmovisión, religión y calendario, con especial referencia a los binnizá. México: CIESAS, CONACULTA, INAH, JP Editores, IEEPO.) que conforma todo en el devenir originario del fuego (seco-masculino) y el agua (húmedo-femenino).

El sol y el agua representan las dos fuerzas principales desde el cual se engendra (sol-luz) y se genera todo (el agua-obscuridad). Esto es «la deidad creadora o el dios andrógino que se desdobla en la dualidad creadora» ( de la Cruz 2007: 143 De la Cruz, Víctor. 2007. El pensamiento de los binnigula´sa´: cosmovisión, religión y calendario, con especial referencia a los binnizá. México: CIESAS, CONACULTA, INAH, JP Editores, IEEPO.) para engendrar y generar la vida, pero también la muerte un mismo movimiento siempre renovador de las cosas. Ahora bien, el sol también se le conoce como «Pitào Coozàana o Coozàana tào, que se puede traducir como el «engendrador» o «padre supremo» y Pitào huicaana como «diosa de la generación», pareja suprema del sol» ( Seler, 2001 Seler, Eduard. 2001. «La religión de los zapotecos», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coords.). La religión de los Binnigula´sa: 1-44. Oaxaca: Fondo editorial IEEPO. ). El sol es considerado como Cozaana, es decir, como el «gran procreador de todas las cosas» ( Seler, 2001 Seler, Eduard. 2001. «La religión de los zapotecos», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coords.). La religión de los Binnigula´sa: 1-44. Oaxaca: Fondo editorial IEEPO. ) y como «autor de la vida de todos los seres que emanan de la tierra» ( Cruz 1946: 49 Cruz, Wilfrido. 1946. Oaxaca Recóndita. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. ). Más tarde, Eduard Seler (2001) Seler, Eduard. 2001. «La religión de los zapotecos», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coords.). La religión de los Binnigula´sa: 1-44. Oaxaca: Fondo editorial IEEPO. , nos precisa que el «Sol conforme al engendrar las cosas las engendra»; es decir, es el principio que conforme al principio de engendrar todo, en el acto dual, con su pareja suprema, Pitào huicaana, las genera (produce vida, pare, dar a [la] luz) en la dualidad complementaria, pero que por ser complementarias, no se identifican totalmente, sino que mantienen sus diferencias en el proceso conjunto de engendrar y generar la vida juntos.

Pitào Coozàana, es el principio que abre la posibilidad de procrear todo, como potencia que apertura las posibilidades infinitas de vida, que al combinar, gracias a su pareja suprema, Pitào huicaana, los cuatro elementos sustanciales para generar y conservar (guardar dentro de un si siempre dual) la vida: fuego, agua, tierra y aire, actualiza, concretiza la creación y procreación de la vida en la tierra y la naturaleza que la resguarda. Entonces, Pitào Coozàana y Pitào huicaana son la pareja primigenia del cual todo se engendra (Pitào Coozàana) y se genera (Pitào huicaana), pues combina perfectamente los cuatro elementos fundamentales que hacen la vida: fuego, agua, aire y tierra. Subyace en el fondo, entonces una filosofía vitalista, una filosofía de la naturaleza, que toma como principio supremo las fuerzas naturales (sol, rayo, viento, lluvia, cerros, arboles, animales, plantas, rocas, etc.,) para engendrar (Sol-masculino) y generar (Agua-femenino) la vida, pero también la muerte que se actualiza cíclicamente dentro de ella permanentemente para renovarse en nuevas plantas, animales, seres humanos, rocas, etc. Por eso los «muertos son parte de la misma tierra que nutre y devora a la vez; esta compleja cadena de fuerzas y causas [que] renuevan la vida» ( Good-Eshelman 2015: 150 Good-Eshelman, Catherine. 2015. «Las cosmovisiones, la historia y la tradición intelectual en Mesoamérica», en Alejandra Gámez Espinosa y Alfredo López Austin (coords.), Cosmovisión mesoamericana. Reflexiones, polémicas y etnografías: 139-156. México: CM-FCE-BUAP. ) toda en el planeta.

Descifrar todo esto requiere de una actitud compleja, comprender a profundidad estos principios interconectados con los elementos sagrados de la naturaleza, el sol, la superficie y el inframundo estaba reservado para los sabios zapotecos. Este principio quèela o «ser el ser de todas las cosas» (folio 377, columna 3) según el diccionario de Juan De Córdova, es el guenda como se dice en el zapoteco del Istmo que representa, según nuestro filósofo zapoteca Gregorio López y López (1956), la «noción absoluta y total, la más profunda y universal, la más abstracta y general que encontramos dentro del pensamiento zapoteca» ( López y López 1955: 4 López y López, Gregorio. (1955), «Filosofía zapoteca». Revista de la Facultad de Filosofía y Letras, 57-58-59: 1-15. México: UNAM.). Para Wilfrido C. Cruz, el guenda para Valles Centrales y guela en el Istmo de Tehuantepec, es «una voz que agregada a las formas verbales hace el infinitivo, y los adjetivos y a los sustantivos de la idea de la generalidad, de abstracción» ( Cruz 1946: 48 Cruz, Wilfrido. 1946. Oaxaca Recóndita. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. ).

En cualquiera de sus formas, guenda o guela, representa «el principio metafísico de la acción» (López y López 1956) y al «ser el ser de todas las cosas» ( De Córdova 1578 De Córdova, Juan. 1578. Vocabulario en Lengua zapoteca. México: Impreso por Pedro Charte y Antonio Ricardo. ) guarda una compleja relación con el movimiento de la luz y la noche (su ocultamiento) generado por el Sol. Actualmente en el zapoteco del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca (México), guéela, significa noche, pero también profundidad, hondo y por ello obscuro, incomprensible, lo que la luz (del sol, como sabiduría) al no llegar a ella, no comprende toda vía. Existe una dualidad en la comprensión zapoteca del día y la noche; guéela significa la noche, lo obscuro, mientras que el amanecer en el zapoteco del Valle de Oaxaca se dice Cilla o Xillà. Wilfrido C. Cruz encuentra que «estas dos expresiones [Cilla y Guéela] trasponen decididamente la etapa animista e idolátrica de la mentalidad zapoteca e invaden el terreno de una extraña metafísica, rudimentaria, si se quiere» ( Cruz 1946: 58 Cruz, Wilfrido. 1946. Oaxaca Recóndita. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. ) que trasciende para convertirse una abstracción metafísica y filosófica que estructura todo el campo de las acciones y el pensamiento de los zapotecos.

En efecto, las «palabras cilla y guéela constituyen los soportes de un dualismo trascendental en la mitología zapoteca» ( Cruz 1946: 58 Cruz, Wilfrido. 1946. Oaxaca Recóndita. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. ) que comprende tanto su obrar como su ser. Guenda o guéela representa, entonces, la noche (ser el ser) la parte más obscura, profunda y pre-metafísica del Cilla, la luz (el ser de todas las cosas) que acompaña el movimiento de todas las formas, cuerpos y sucesos. De ahí la palabra diidxa guela (palabra profunda), signifique la parte honda, subterránea y por ello muchas veces incomprendida por la palabra, por la luz. Ahora bien, las personas o sabios encargados de conocer e interpretar la parte más profunda, honda y misteriosa del cosmos, la naturaleza y el hombre, fueron llamados por Bernandino de Sahagún, en su obra Historia general de las cosas de la Nueva España, como «filósofos naturales» ( De Sahagún [1545] 1938: 366 De Sahagún, Bernandino. 1938. Historia general de las cosas en la Nueva España. Tomo I. México: Editorial Pedro Robredo. ). Estos «sabios de la naturaleza» como lo denomina acertadamente nuestro intelectual juchiteco Macario Matus (1994: 27) Matus, Macario. 1994. «CAA BIZAANA», en Dáani Béedxe, Cerro del tigre. Identidad cultural del Istmo, 13: 26-27., cumplían un papel fundamental en la organización social de los zapotecos. Es decir:

Nuestros sabios de la naturaleza […]. Eran importantes […] por que sin ellos el mundo sería un caos físico, mental y espiritual. Interpretaban los aciagos y los vientos fastos, la alegría y las enfermedades, el dolor y la tranquilidad del cielo y el alma de los hombres. La palabra de ellos era la sabiduría plena: eran los portadores de la antigua palabra de los ancianos zapotecas: las lenguas y sapiencia eternas: Díidxa Góola, palabra sabia y antigua […] entendedores de la medicina […] poseedores de la intuición para acercarse a la verdad del cosmos y el alma del hombre, la naturaleza, las cosas. ( Matus 1994: 27 Matus, Macario. 1994. «CAA BIZAANA», en Dáani Béedxe, Cerro del tigre. Identidad cultural del Istmo, 13: 26-27.)

Los «filósofos naturales [o de la naturaleza]» ( De Sahagún [1545] 1938: 366 De Sahagún, Bernandino. 1938. Historia general de las cosas en la Nueva España. Tomo I. México: Editorial Pedro Robredo. ) o los «sabios de la naturaleza» ( Matus 1994: 27 Matus, Macario. 1994. «CAA BIZAANA», en Dáani Béedxe, Cerro del tigre. Identidad cultural del Istmo, 13: 26-27.) conocedores del calendario, la astronomía, la medicina, el principio de las cosas (las cosmogonías), los misterios del alma del hombre, la naturaleza y el cosmos eran los encargados de interpretar el calendario solar (iza: año: 360 días) y el ritual (piye: registro del tiempo: 260 días) para adivinar el tiempo correcto para la siembra, los ciclos de la lluvia, la sequía, los casamientos, las guerras, los astros, etc., eran los portadores de la sabiduría. A estos sabios o «sumos sacerdotes» como los ubica Edward Seler (2001) Seler, Eduard. 2001. «La religión de los zapotecos», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coords.). La religión de los Binnigula´sa: 1-44. Oaxaca: Fondo editorial IEEPO. , «se llamaban Uija-tao, «gran vidente». ( Seler 2001: 3 Seler, Eduard. 2001. «La religión de los zapotecos», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coords.). La religión de los Binnigula´sa: 1-44. Oaxaca: Fondo editorial IEEPO. ). Su función principal era «consultar a los dioses en materias importantes acerca de la nación entera o individuos y transmitir las respuestas a los creyentes» ( Seler 2001: 3 Seler, Eduard. 2001. «La religión de los zapotecos», en Víctor de la Cruz y Marcus Winter (coords.). La religión de los Binnigula´sa: 1-44. Oaxaca: Fondo editorial IEEPO. ). Evidentemente la noción que E. Seler nos ofrece de Uija-tao es religiosa. Sin embargo, nuestro pensador zapoteco Wilfrido C. Cruz, hace un análisis lingüístico y filológico del término Uija-tao y ubica su análisis en el contexto del culto a los astros. De esta forma, Wilfrido C. Cruz, vincula al Huijatóo (o Uija-tao: «gran vidente») con el sol.

Encontramos el significado original de la dicción gobicha, gobiche en relación con el concepto primitico que tenían del sol. El astro del día es el gocqui (jefe), el gola, señor que con su movimiento aparente en torno de la tierra crea el día y la noche […], es la entidad luminosa que al recorrer los espacios va haciendo sentir su presencia, momento a momento, y por todos los siglos, derramando su luz que es mirada y su calor que es fuerza en el alma y en el cuerpo de todos los hombres, en la composicón y estructura de todo lo que existe en el orbe. El Huijatòo o sumo sacerdote de Mitla, el Gran Atalaya, «el que lo ve todo» y del que nos habla Burgoa en sus crónicas, no es sino la representación humana del sol. Huija (j. franc.) es la misma voz gubicha, gubija, que hemos venido analizando, significativa del sol; tao o too es expresión de grandeza […]. De todo lo anterior se desprende que, además de significar huijatao «el gran sol», «el Santo o Sagrado Sol» antenta la ya conocida connotación de la desinencia «tao», puede tambien traducirse por «el gran hechicero», «el sorteador supremo». ( Cruz 1946: 48, 48, 50 Cruz, Wilfrido. 1946. Oaxaca Recóndita. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. ).

El Huijatào o Huijatòo, alejado de toda cualidad despreciativa -como lo conceptualizaban Juan de Córdova y Francisco Burgoa-, para nosotros, al igual que Wilfrido C. Cruz, simboliza una cualidad de una persona sabia, distinguida, honorable y sagrada; además personaliza la figura humana del sol, de la luz, como el «gran vidente», el «gran hechicero» el «sorteador supremo», filosófo sabio, vidente. Buscamos en el Vocabulario de Córdova y encontramos que, Pèni$na+ciña na+còo-pèa-làchi quela$na+ciña, se traduce como «Filosopho sabio» (folio 196, columna 1). Pèni: persona, gente (folio 202, columna 1); na+ciña: «dispuesto o hábil para hacer alguna cosa», (folio 142, columna 1); na+còo-pèa, «medidor que pone medida» (folio 262, columna 1); làchi: «voluntad, absoluta» (folio 428, columna 2); quela$na+ciña o huaciña, se puede traducir como «abilmente» (folio 002, columna 2). Entonces, Pèni$na+ciña na+còo-pèa-làchi quela$na+ciña, podria traducirse como persona hábil o diestra con voluntad absoluta en la medida correcta para hacer (o decir) las cosas; también, [quela-]na+cíña, se traduce como «ciencia o arte» (folio 108, columna 2) de alguna cosa.

Así, se puede traducir como persona con voluntad absoluta en la ciencia y el arte de la medida o principios que rigen todas las cosas. Dicho de otra forma, quela hue+cète tìchana+ciña, es «filosophia amor del saber» (folio 194, columna 4); es decir, enseñar los principios de las cosas (quela hue+cète) con la palabra (tìcha) sabia, perspicaz, aguda (na+ciña). En suma, filosophar, es el sabio que agudamente habla sobre los principios que miden o gobiernan las cosas; [péniti+nñij]-na+cíña: «sabio al habla» (ver folio 365, columna 4); pèni: persona, ti+nñij: que habla, na+cíña: agudamente, sabiamente; es el sabio que habla sobre la medida y los principios de las cosas; es decir, de los fundamentos o principios de cualquier cosa; así, To+çòba-lào a: se traduce como, «fundar así cualquier cosa o principiar» (folio 202, columna 2).

Los filósofos o «sabios de la naturaleza», como los denomina Macario Matus (1994) Matus, Macario. 1994. «CAA BIZAANA», en Dáani Béedxe, Cerro del tigre. Identidad cultural del Istmo, 13: 26-27., son los que poseen una sabiduría penetrante sobre el cosmos, el hombre, la religión, el calendario y la naturaleza de la realidad cósmica. Encontramos entonces una conexión profunda entre el conocimiento y la estructura de la naturaleza como una entidad sagrada con la fuerza vital (Pe-tào) o la sustancia incorpórea que anima y moviliza todo. Con todo esto, sin duda, reconocemos que en «las sociedades pre-colombinas tenían individuos quienes reflexionaban sistemáticamente sobre la naturaleza de la realidad, la existencia humana, el conocimiento, la conducta correcta y la bondad» ( Maffie 2014: 1 Maffie, James. 2014. Aztec Philosophy: Understanding a World in Motion. Louisville (Co.): University Press of Colorado. ). Actualmente en varias comunidades de Oaxaca, se sigue adorando profunda y respetuosamente a los dioses del agua, de la tierra, del sol, del aire, de los alimentos, del maíz, etc., como entidades que hacen posible la vida interdependiente. Por ejemplo, Alicia Barabas, en sus estudios etnográficos en algunos pueblos de Oaxaca, nos dice que en estas culturas:

La reciprocidad sustenta la relación entre los humanos y los entes sagrados, espacializados en diversos lugares del entorno natural; relación basada en la concepción de que si se cumple con las exigencias del don se obtiene bienestar y el equilibrio de la vida, si no, tal como muestran los mitos de privación, se pierde la protección de lo sagrado y también la «suerte» y los dones, ya que el territorio se vuelve árido, carente de vegetación, animales y agua. ( Barabas 2008: 122 Barabas, Alicia. 2008. «Cosmovisiones y etnoterritorialidad en las culturas indígenas de Oaxaca». Antipod. Rev. Antropol. Arqueol, 7: 119-139. Disponible en: < http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1900-54072008000200007 >.).

De igual manera, existe actualmente en algunos pueblos de la sierra sur y norte de Oaxaca, un profundo respeto por las fuerzas sagradas de la madre tierra. De esta manera, las fuerzas de la naturaleza:

Están estrechamente vinculadas con los campos de los fenómenos meteorológicos, el agua, el monte y los animales, de ahí́ que también se le conciba como el dueño del monte y los animales, del mar, así como quien controla y envía el agua en sus distintos tipos y formas, y fenómenos como las sequías, los movimientos de la tierra, los derrumbes, los huracanes, etc. De igual manera, es una entidad que incide en la salud y en la vida de las personas, por tanto, frecuentemente los rituales en los que se pide el bienestar y la salud son dirigidos al Rayo; así también, las presentaciones de niños recién nacidos se hacen en los lugares conocidos como «casas de Rayo», ya sean ciénegas, manantiales, piedras, cuevas, etc., y es allí, mediante la invocación a esta entidad, donde se solicita la salud de las criaturas, pero también su poder, es decir, su tonal o nagual. ( Gonzáles-Pérez 2016: 190-191 Gonzales-Pérez, Damián. 2016, «De cocijo al rayo. Acercamiento etnohistórico a la ritualudad agrícola de los zapotecos del sur de Oaxaca». Intinerarios, 24: 187-214.).

Consideramos que en estos complejos núcleos simbólicos encontramos sistemas de pensamiento profundamente ecológicos en la medida que la comprensión del mundo zapoteca es una filosofía vitalista arraigada y dependiente de las fuerzas sagradas de la madre naturaleza. Esta filosofía vitalista del presente se sabe agradecida con el don o el regalo de la vida otorgada por los ecosistemas. Del mismo modo, Alicia Barabas encuentra que en algunas comunidades existentes en la sierra norte del estado de Oaxaca toda vía «conciben al universo, a la naturaleza y a la sociedad como semejantes, y las relaciones entre los sujetos que viven en los diferentes espacios o niveles del cosmos (espacio celeste, tierra, inframundo) se desenvuelven a partir de la reciprocidad equilibrada» ( Barabas 2008: 124 Barabas, Alicia. 2008. «Cosmovisiones y etnoterritorialidad en las culturas indígenas de Oaxaca». Antipod. Rev. Antropol. Arqueol, 7: 119-139. Disponible en: < http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1900-54072008000200007 >.). En este caso, el «culto al sol estaba relacionado con la vida, como dios creador y dios del fuego» ( de la Cruz 2007: 259 De la Cruz, Víctor. 2007. El pensamiento de los binnigula´sa´: cosmovisión, religión y calendario, con especial referencia a los binnizá. México: CIESAS, CONACULTA, INAH, JP Editores, IEEPO.) que hace posible las condiciones vitales en el planeta tierra. En este caso, los «pueblos mesoamericanos dan prioridad al conocimiento adquirido por experiencia directa, corporalmente asimilada» ( Good-Eshelman, 2015: 154 Good-Eshelman, Catherine. 2015. «Las cosmovisiones, la historia y la tradición intelectual en Mesoamérica», en Alejandra Gámez Espinosa y Alfredo López Austin (coords.), Cosmovisión mesoamericana. Reflexiones, polémicas y etnografías: 139-156. México: CM-FCE-BUAP. ) al interior de la madre naturaleza como un todo inmanente, como «el dios Tloque-nahuaque que todo lo contiene dentro de sí» (Clavijero, citado por Cruz, 1946 Cruz, Wilfrido. 1946. Oaxaca Recóndita. México: Gobierno del Estado de Oaxaca. ).

En resumen, podemos decir que, en la cultura zapoteca, subyace una filosofía vitalista, una filosofía de la naturaleza, que une la sabiduría y la vida práctica, intuitiva, sensitiva, pero también el conocimiento y la naturaleza tomando como principio supremo las fuerzas naturales (fuego, agua, viento, tierra) para engendrar (Sol-masculino) y generar (Agua-femenino) la vida en la naturaleza. La filosofía de vida de los zapotecos existente aún en varios pueblos de Oaxaca, es una forma de saber respetar y pedir permiso a las fuerzas sagradas de la naturaleza invocando siempre el pasado aquí y ahora. O como nos dice nuestro filósofo zapoteca sobre nuestra cultura al decirnos que el «pasado y el futuro, éste particularmente, constituían puntos menos que secundarios que tan solo adquirían sentido cuando de algún modo tocaban el presente. Su filosofía es así́ una filosofía del momento» (López y López 1947: 10-11), del presente, del ahora, en donde todas las personas se saben dependientes de la madre tierra.

HACIA LOS DIÁLOGOS PLURIVERSALES SUR-SUR GLOBAL Y SUR-NORTE GLOBAL PARA DESCOLONIZAR LAS CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS.

 

Immanuel Wallerstein, en su informe de la Comisión Gulbenkian en 1993, realizado con otros grandes representantes de las ciencias sociales y las ciencias naturales, publicado en el libro Abrir las ciencias sociales (2016), nos explican a grandes rasgos, que las actuales ciencias sociales son insuficientes para comprender la complejidad del mundo social, por lo que es importante «impensar y abrir las ciencias sociales» ( Wallerstein 1998 Wallerstein, Immanuel. 1998. Impensar las ciencias sociales. México: Siglo XXI. , 2016 Wallerstein, Immanuel (coord.). 2016. Abrir las ciencias sociales. México: Siglo XXI. ) para «ser co-fertilizadas con la amplia experiencia del mundo que fueron desperdiciadas por la razón occidental» ( Santos 2015 Santos, Boaventura de Sousa. 2015. Una epistemología del sur. México: Siglo XXI. , 2019 Santos, Boaventura de Sousa. 2019. El fin del imperio cognitivo. La afirmación de las epistemologías del sur. Madrid: Trotta. ). En este informe, se expone que «que la tarea de restructuración de las ciencias sociales debe ser el resultado de la interacción de estudiosos procedentes de todos los climas y de todas las perspectivas (tomando en cuenta género, raza, clase y culturas lingüísticas)» ( Wallerstein 2016: 83 Wallerstein, Immanuel (coord.). 2016. Abrir las ciencias sociales. México: Siglo XXI. ) del mundo. Es decir, las «ciencias sociales deberán emprender un proceso de apertura muy amplio hacia la investigación y la enseñanza de todas las culturas» ( Wallerstein, 2016: 97 Wallerstein, Immanuel (coord.). 2016. Abrir las ciencias sociales. México: Siglo XXI. ) del planeta si es que queremos superar «la actual crisis civilizatoria y del medio ambiental que es también reflejo de una crisis en el conocimiento de la ciencia moderna» ( Leff 2004 Leff, Enrique. 2004. Racionalidad ambiental. La reapropiación social de la naturaleza. México: Siglo XXI., 2013 Leff, Enrique. 2013. Aventuras de la epistemología ambiental. México: Siglo XXI. , 2018 Leff, Enrique. 2018. El fuego de la vida. Heidegger ante la cuestión ambiental. México. Siglo XXI.) occidental.

Las actuales ciencias sociales y las humanas (incluida la filosofía y la teología), si no aportan soluciones reales a la crisis civilizatoria y al colapso ambiental global, estarán condenadas al fracaso. Además, uno de «los grandes problemas fundamentales de la ciencia social y la filosofía latinoamericana es que razonan y piensan América Latina desde la cosmovisión que Europa tiene de nosotros y del mundo, esto es, lo hacen como si fuesen europeos» ( Bautista 2014: 47 Bautista, Juan. 2014. ¿Qué significa pensar desde América Latina? Hacia una racionalidad transmoderna y postoccidental. Madrid: Akal. ). Hoy sabemos que las ciencias sociales y humanas están colapsadas y necesitan generar una profunda transformación de sus bases ontológicas y epistémicas desde un diálogo mundial de saberes para superar su carácter eurocéntrico y colonial; solas no podrán transformarse y se requiere impensarlas desde las amplias experiencias del mundo que fueron desperdiciadas. Esto requerirá de múltiples diálogos pluriversales sur-sur y sur-norte globales para deconstruir las bases de las actuales ciencias y generar un nuevo saber ligado a la producción y conservación de la vida de todos y del planeta.

Las nuevas ciencias sociales implican deconstruir el cuerpo de la ciencia que se ha armado sobre la base del método cartesiano (heredero y puntal de la historia de la metafísica), en desconocimiento de la naturaleza y de la cultura en su diversidad ontológica. Las nuevas ciencias sociales deben nacer de la matriz de una ontología de la vida ( Leff 2016: 17 Leff, Enrique. 2016. «Debate sobre el colonialismo intelectual y los dilemas de la teoría social latinoamericana». Cuestiones de Sociología, 14 Disponible en: < http://www.cuestionessociologia.fahce.unlp.edu.ar/article/view/CSn14a09 >.).

Las nuevas ciencias sociales y humanas serán el resultado de los múltiples diálogos mundiales inter-civilizatorios (Egipto, Mesopotamia, India, China, Mesoamérica e Inca) que dialogan para crear «justicia cognitiva» ( Santos, 2015 Santos, Boaventura de Sousa. 2015. Una epistemología del sur. México: Siglo XXI. ; 2019 Santos, Boaventura de Sousa. 2019. El fin del imperio cognitivo. La afirmación de las epistemologías del sur. Madrid: Trotta. ), «justicia social» ( Marx, 2010 [1873] Marx, Carlos. 2010. El capital. Tomo I. México: Siglo XXI.) y «justicia ecológica» ( Boff, 2001 Boff, Leonardo. 2001. Ecología: grito de la tierra, grito de los pobres. Madrid: Trotta. ) planetaria dentro de una matriz ontológica de la vida. En este caso, el pensamiento mesoamericano nos muestra una profunda filosofía sensitiva, vivencial, intuitiva, arraigada a la vida, una forma de comprender el mundo y la madre naturaleza con un respeto total sobre ella. El ser humano no ocupa un lugar central en ella, sino que es representado como una entidad dependiente de la madre naturaleza. Comprendemos que existe, en el «núcleo ético-ontológico» ( Dussel, 2020 Dussel, Enrique. 2020. Siete ensayos de filosofía de la liberación. Hacia una fundamentación del giro decolonial. Madrid: Trotta. ) mesoamericano y amerindio, un sistema de relaciones en donde un «principio clave es que todas las cosas del mundo están «hechas de entidades que no pre-existen a las relaciones que las constituyen […] En estas ontologías, los territorios son espacios-tiempos vitales de interrelación con el mundo natural. Aquí radica la importancia de una perspectiva ontológica sobre los conflictos ambientales» ( Escobar 2014: 58-59 Escobar, Arturo. 2014. Sentipensar con la tierra. Nuevas lecturas sobre desarrollo, territorio y diferencia. Colombia: Ediciones UNAULA. ).

La perspectiva que nos ofrecen estas «ontologías relacionales» ( Escobar, 2014 Escobar, Arturo. 2014. Sentipensar con la tierra. Nuevas lecturas sobre desarrollo, territorio y diferencia. Colombia: Ediciones UNAULA. ) e interdependientes con la naturaleza, nos permiten partir de un nuevo lugar de enunciación, una nueva mirada de ver el mundo no desde los ojos de las ciencias sociales y «la razón occidental contra natura que sones cómplices de la degradación del medio ambiente» ( Leff 2004 Leff, Enrique. 2004. Racionalidad ambiental. La reapropiación social de la naturaleza. México: Siglo XXI., 2013 Leff, Enrique. 2013. Aventuras de la epistemología ambiental. México: Siglo XXI. ), ( Boff 2001 Boff, Leonardo. 2001. Ecología: grito de la tierra, grito de los pobres. Madrid: Trotta. ), ( Toledo 2018 Toledo, Víctor y Narciso Barrera-Bossols. 2008. La memoria biocultural. La importancia ecológica de las sabidurías tradicionales. Barcelona: Icaria editorial. ) sino desde una perspectiva ecológica nunca antes pensada por la modernidad-posmodernidad. En la filosofía zapoteca, no existe una separación antagónica entre sujeto y objeto, pensamiento y naturaleza, sino una dualidad primigenia interdependiente, fuego-agua, motor originario del movimiento y de la vida toda.

En la filosofía zapoteca, mesoamericana y la andino-amazónica «la naturaleza es la fuente primaria de la vida que nutre, sostiene y enseña. La naturaleza es, por lo tanto, no solo una fuente productiva sino el centro del universo, el núcleo de la cultura y el origen de la identidad étnica» ( Toledo y Barrera-Bassols 2008: 54 Toledo, Víctor y Narciso Barrera-Bossols. 2008. La memoria biocultural. La importancia ecológica de las sabidurías tradicionales. Barcelona: Icaria editorial. ). Es por eso que hoy en día existen creencias en muchas comunidades mesoamericanas y andino-amazónicas que los ríos, las cuevas, montañas, arboles, etc., son «seres vivos que tienen corazón y deben ser tratados como personas, con cuidado y respeto» ( Gámez-Espinosa 2015: 286 Gámez-Espinosa, Alejandra. 2015. «El maíz en la cosmovisión de los popolacas. Las configuraciones de una tradición cultural», en Alejandra Gámez Espinosa y Alfredo López Austin (coords.), Cosmovisión mesoamericana. Reflexiones, polémicas y etnografías: 273-301. México: CM.FCE. BUAP. ). Es decir, este «principio afirma que todo está de una u otra manera relacionada (vinculado, conectado) con todo. Como ya dije, la entidad básica no es el ‘ente’ sustancial, sino la relación» ( Esterman 2009: 126 Estermann, Josef. 2009. Filosofía andina: sabiduría indígena para un mundo nuevo. La Paz: Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología.) interdependiente entre las fuerzas sagradas de los ecosistemas y los seres humanos. Este principio relacional lo encontramos en la filosofía natural de los zapotecas cuya «geo-cosmos-vivencia» ( Sánchez-Antonio 2021a Sánchez-Antonio, Juan Carlos. 2021a. «Genealogía de la comunalidad indígena: Descolonialidad, transmodernidad y diálogos inter-civilizatorios». Latin American Research Review, 56(3): 696-710. doi: < http://doi.org/10.25222/larr.839 >.) ) ante la naturaleza no es instrumental ni dominadora, sino mística, sagrada, relacional y de profundo respeto con la madre naturaleza.

En varias comunidades milenarias existentes en el estado de Oaxaca, existe una concepción del hombre interdependiente de la red de relaciones que ese establece con las fuerzas sagradas de la madre naturaleza. Es decir, los seres humanos, antes de ser individuos aislados y antropocéntricos, son seres vitales, vivenciales, intuitivos, sensitivos, inter-conectados con la tierra, con el agua, el sol y el viento en todo momento. Esta concepción vitalista o conciencia que se sabe dependiente de los ecosistemas, genera un sistema de valores y comportamiento ecológico de armonía y profundo respeto ante la madre tierra. Todo esto tiene implicaciones éticas y políticas profundas que es necesario desarrollar en futuros trabajos para descolonizar las ciencias sociales y humanas que han devenido cómplices de la degradación del medio ambiente.

Necesitamos no sólo reinventar nuevas ciencias, sino descolonizarlas desde las amplias experiencias ecológicas que tiene los pueblos milenarios del sur global que han sabido convivir armónicamente con los ecosistemas. Sus «sistemas de pensamiento, enseñanzas y formas de vida no instrumentales de la naturalezas despreciadas por la ciencia moderna las nos pueden servir para des-fundamentar a las actuales ciencias sociales y humanas eurocéntricas y androcéntricas para descolonizarlas desde un diálogo mundial de saberes» ( Sánchez-Antonio 2019 Sánchez-Antonio, Juan Carlos. 2019. «Abrir las ciencias sociales: Transmodernidad, pluralismo epistémico y diálogo mundial de saberes». Utopía y praxis latinoamericana, 24(86): 32-46. doi: < https://doi.org/10.5281/zenodo.3370626 >., 2020a Sánchez-Antonio, Juan Carlos. 2020a. «Insubordinación de los saberes sometidos y emergencia de las epistemologías otras». Tabula Rasa, 34: 197-223. doi: < https://doi.org/10.25058/20112742.n34.10 >., 2020b Sánchez-Antonio, Juan Carlos. 2020b. «Tanato-política, esclavitud, capitalismo colonial y racismo epistémico en la invasión genocida de América». Tabula Rasa, 35: 157-180. doi: < https://doi.org/10.25058/20112742.n35.07 >., 2020c Sánchez-Antonio, 2020c. «Cosmovisión mesoamericana, descolonización de las ciencias sociales y diálogo mundial de saberes». Revista Eidos, 34: 351-388. doi: < https://doi.org/10.14482/eidos.34.325.3 >., 2021b Sánchez-Antonio, Juan Carlos. 2021. «Más allá de la visión heleno- eurocéntrica de la historia: el lugar de América (Latina) en la historia mundial transmoderna». Memorias: Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe colombiano: 8-36. doi: < https://doi.org/10.14482/memor.44.980 >.). Para ello es importante «incluir todas las formas de vida en una concepción pluriversa, que aborde integralmente a los pueblos, los ecosistemas y el conjunto de seres con quienes cohabitamos» ( Rozzi 2009: 436 Rozzi, Ricardo. 2009. «La filosofía ambiental», en E. Dussel, E. Mendieta, C. Bohórquez (eds.), El pensamiento filosófico latinoamericano, del Caribe y «latino» (1300-2000): historia, corrientes, temas y filósofos: 434-445. México: Siglo XXI-CREFAL.). Esto requiere establecer profundos diálogos inter-civilizatorios con los aspectos más positivos de las seis culturas con desarrollo autonómico (Mesopotamia, Egipto, India, China, Mesoamérica e Inca) en múltiples diálogos sur-sur globales y los diálogos sur-norte globales para proponer soluciones reales al actual colapso civilizatorio.

Las nuevas ciencias sociales y humanas «del futuro deben basarse en una ecología del conocimiento, en el sentido en que están llamados a articular el conocimiento del sur y el conocimiento del norte en una perspectiva planetocéntrica» (Damus 2021). No se trata aquí de que la filosofía y la forma de vida amerindia, mesoamericana o la zapoteca sea el modelo a seguir o tenga la solución local o global de la actual crisis civilizatoria. La solución al colapso civilizatorio es mundial y la descolonización de las ciencia sociales y humanas también es mundial. Van de la mano, descolonizar las ciencias implica superar las grandes causas que han provocado la actual crisis civilizatoria. Necesitamos de una «nueva ética de la afectividad ambiental construida de manera pluriversal que nos permita atender la anestesia ante la destrucción, la insensibilidad del cuerpo ante la muerte y el desafecto ante la devastación ecológica mundial provocado por nuestra actual civilización industrial de la muerte» ( Giraldo y Toro 2020 Giraldo, Omar e Ingrid Toro. 2020. Afectividad ambiental. Sensibilidad, empatía, estéticas del habitar. México: ECOSUR-Universidad Veracruzana. ).

REFLEXIONES FINALES

 

Encontramos y sostenemos que hay en la filosofía de los zapotecas elementos ecológicos importantes que nos pueden ayudar a establecer nuestro lugar de enunciación al pertenecer y hablar la lengua zapoteca, la cual nos permite constituir el esbozo de nuestro punto de partida para establecer los futuros diálogos inter-civilizatorios sur-sur y sur-norte globales con los aspectos más positivos y emancipadores de pensamiento occidental. Las actuales ciencias sociales están colapsadas y necesitamos descolonizarlas desde un horizonte mundial de diálogo de saberes. Esto requiere de una nueva agenda mundial de diálogos inter-civilizatorios que nos permita «abrir las ciencias sociales a la amplia pluralidad de experiencias del mundo que fueron desperdiciadas por la razón occidental» ( Wallerstein 2016 Wallerstein, Immanuel (coord.). 2016. Abrir las ciencias sociales. México: Siglo XXI. ; Santos 2015 Santos, Boaventura de Sousa. 2015. Una epistemología del sur. México: Siglo XXI. , 2019 Santos, Boaventura de Sousa. 2019. El fin del imperio cognitivo. La afirmación de las epistemologías del sur. Madrid: Trotta. ) para construir alternativas viables y ecológicas que nos permitan superar la actual crisis civilizatoria. En el caso concreto de la filosofía zapoteca, encontramos una filosofía vitalista, una filosofía de la naturaleza, que toma como principio supremo las fuerzas naturales dentro de una filosofía del presente profundamente ecológico que merece ser tomado en cuenta para co-fertilizar mutuamente las ciencias sociales y humanas (incluyeno las artes, la religión y la filosofía) desde el conocimiento mundial (Mesopotamia, Egipto, India, China, Mesoamérica e Inca) y proponer alternativas a la actual crisis civilizatoria.

Es necesario, por tanto, «una reconexión material y mística con la naturaleza y la tierra, en donde la diversidad de la naturaleza habita no solo en el mundo, sino también en cada uno de nosotros» (Boff, 1996). En esta lógica, encontramos «un gran aporte y una gran esperanza, para la cultura de toda la humanidad que hoy presenta una gran crisis ambiental y humana, derivada del homocentrismo y el utilitarismo que caracterizan en gran manera la civilización occidental contemporánea» ( Quintero-Montilla, 2009: 122 Quintero-Montilla, María. 2009. «Una contribución para el diálogo intercultural: algunas interpretaciones en torno a la cosmovisión amerindia». Utopía y praxis latinoamericana. Revista internacional de filosofía iberoamericana y teoría social, 14(45): 117-125. ). Esto permite plantear «una ética ecológica latinoamericana, desde el decir mítico simbólico, en virtud de estar allí radicalizada una concepción filosófica de la vida, configurada en el respeto y la armonía con la naturaleza» ( Sánchez-Pirela 2009: 83 Sánchez-Pirela, Beatriz. 2009. «Ética ecológica y pensamiento amerindio desde la interculturalidad». Utopía y praxis latinoamericana. Revista internacional de filosofía iberoamericana y teoría social, 14(45): 81-96. Disponible en: < https://produccioncientificaluz.org/index.php/utopia/article/view/2852 >.). Esta es una de las largas tareas de la humanidad que aún hace falta para «originar desde otros horizontes ontológicos, históricos, antropológicos, ético-políticos, desde las más auténticas tradiciones de cada cultura, un mundo mejor, más justo, más adecuado a las exigencias ecológicas de la naturaleza» ( Dussel 2020: 24 Dussel, Enrique. 2020. Siete ensayos de filosofía de la liberación. Hacia una fundamentación del giro decolonial. Madrid: Trotta. ) y la vida de todos en el planeta.

NOTAS

 
*

El presente artículo es resultado de un proyecto financiado por el CONACyT en el periodo 2019-2020 para mi retención en la UABJO.

1

Descolonizar lo entendemos como el esfuerzo de descentrar y deconstruir los relatos eurocéntricos y norteamericanos de las ciencias sociales-humanas y su agotada universalidad desde múltiples diálogos creativos entre las culturas del sur global con los aspectos positivos y emancipadores de la razón occidental. Descolonizar es dejar de pensar desde una cultura que no es nuestra y que asumimos como propia para pensar desde nuestras culturas propias y desde ahí establecer los diálogos inter-epistémicos mundiales sur-sur y sur-norte globales.

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