Disparidades. Revista de Antropología 77 (2)
julio-diciembre 2022, e022
eISSN: 2659-6881
https://doi.org/10.3989/dra.2022.022

ARTICLES/ARTÍCULOS

EXPERIENCIAS DEL DOLOR ENTRE LOS MARISCADORES DE LA REGIÓN DEL BAIXO SUL, ESTADO DE BAHÍA, BRASIL

EXPERIENCES OF PAIN AMONG SHELLFISH GATHERERS IN THE REGION OF BAIXO SUL, BAHIA ESTATE, BRAZIL

Cristina Larrea-Killinger

Universitat de Barcelona

https://orcid.org/0000-0002-2782-6748

RESUMEN

El objetivo es analizar las experiencias del dolor que sufren los mariscadores (hombres y mujeres) en la región del Baixo Sul en el Estado de Bahía, Brasil. El artículo se centra en estudiar las dimensiones sociales, políticas y morales del dolor a partir de un trabajo etnográfico en comunidades afrodescendientes entre 2006 y 2018. Teniendo en cuenta que la experiencia del dolor es variada y que el lenguaje, verbal o corporal, encarna el modo de vivir y ser en el mundo, tratamos de dar respuesta a la dimensión intersubjetiva del dolor. Planteamos las siguientes cuestiones: ¿Qué lugar ocupa la subjetividad en la producción de sentido? ¿Cómo circulan estas emociones en el contexto social? ¿Qué respuestas culturales existen para dar sentido a este dolor? ¿Qué resistencias y acciones se derivan para atender las diversas experiencias de dolor? ¿Quiénes están autorizados o sancionados para elaborar un relato del dolor? En un contexto de presión turística en el que ha aumentado el consumo y la comercialización de marisco, estas personas viven en condiciones de mayor riesgo y precariedad para su salud.

PALABRAS CLAVE: 
Experiencia del dolor; Comunidades afrodescendientes; Etnografía; Intersubjetividad.
ABSTRACT

The objective is to analyse the experiences of pain suffered by gatherers of shellfish (men and women) in the region of Baixo Sul region in the State of Bahia, Brazil. The article focuses on studying the social, political and moral dimensions of pain from an ethnographic fieldwork in Afro-descendant communities between 2006 and 2018. Taking into account that the experience of pain is varied and that language, verbal or corporal, embodies the way of living and being in the world, we try to respond to the intersubjective dimension of pain. We propose the following questions: What place does subjectivity occupy in the production of meaning? How do these emotions circulate in the social context? What cultural responses are there to make sense of this pain? What resistances and actions are derived to address the various experiences of pain? Who is authorized or sanctioned to elaborate an account of pain? In a context of tourism pressure where the consumption and marketing of seafood has increased, these people live in conditions of greater risk and precariousness for their health.

KEYWORDS: 
Experience of pain; Afro descendent communities; Ethnography; Intersubjectivity.

Recibido: 17 de noviembre de 2020; Aprobado: 27 de julio de 2021

Cómo citar este artículo / Citation: Larrea-Killinger, Cristina. 2022. «Experiencias del dolor entre los mariscadores de la región del Baixo Sul, estado de Bahía, Brasil». Disparidades. Revista de Antropología 77(2): e022. doi: < https://doi.org/10.3989/dra.2022.022 >.

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

 

«Se é o destino pra gente trabalhar e lutar, tem que lutar, se for ficar parado é pior. Então, Deus dando saúde, a gente ta lutando. É um pouco difícil, mas fazer o quê? Não podemos fazer nada!». Esta respuesta que me dio un mariscador brasileño al preguntarle sobre los dolores que sufría fue la puerta de entrada al mundo del manglar caracterizado por un trabajo físico extenuante y del que fui testigo durante mi trabajo etnográfico 1 El trabajo de campo contó con el apoyo de la fundación CAPES en 2010, en calidad de profesora visitante extranjera, y un permiso sabático de la Universidad de Barcelona durante el curso 2009-2010. A partir del año 2011 este trabajo se integró dentro del proyecto de investigación Saúde, Ambiente e Sustentabilidade de Trabalhadores de Pesca Artesanal de la Universidade Federal da Bahia (UFBA), coordinado por la profesora de epidemiología Rita Rego. La investigación ha contado con apoyo económico del proyecto y fuentes de financiación propias. El estudio etnográfico cuenta con la aprobación del comité de ética de ISC-UFBA (Registro CEP044-10/CEP-ISC).. Aunque referirse oralmente al dolor sea impreciso, puesto que esta experiencia resiste al lenguaje y lo disuelve ( Scarry 1985 Scarry, Elaine. 1985. The Body in Pain: the Making and Unmaking of the World. Oxford, Nueva York: Oxford University Press. ; Good 2003 Good, Byron. 2003. Medicina, racionalidad y experiencia: una perspectiva antropológica. Bellaterra: Barcelona.), sufrirlo implica actuar, hacerle frente. En esta expresión, el mariscador evoca un discurso público, el del sufrimiento de resignación o resistencia ante un trabajo fatigoso, que sitúa al sujeto en un mundo local y moral particular (Kleinman 1992).

Estas experiencias no remiten solamente a una descripción de sensaciones y emociones desagradables y negativas relacionadas con el daño corporal, sino también al reconocimiento cultural de producción de un lenguaje que da orden y sentido a los malestares del cuerpo. La materialización del dolor implica que salgan a la superficie corporal las sensaciones reconocidas como desagradables. Proceso que Sara Ahmed (2004) Ahmed, Sara. 2004. The cultural politics of emotion. Edinburgo: Edimburgo: Edinburgh University Press. califica de «intensificación» y que hace que los cuerpos y los mundos se conecten entre sí. Las primeras sensaciones del dolor pueden ser reconocidas como el efecto de sensaciones pasadas, pero las palabras referidas al dolor remodelan los cuerpos y crean nuevas impresiones. La intensidad del dolor transforma el cuerpo y la relación con los demás. Por ello, sufrir implica conectarse con el otro. Como pude observar en mi trabajo de campo con los mariscadores 2 El término de mariscadores en plural incluye hombres y mujeres Solamente cuando me refiera al género masculino en plural me referiré a los hombres mariscadores y al género femenino como mariscadoras. del Baixo Sul da Bahia, la experiencia del dolor ocupa una dimensión pública, política y moral que nos ayuda a comprender mejor la cultura de las comunidades tradicionales de pesca dedicadas a la extracción de crustáceos y moluscos. Este es el objetivo principal del artículo.

La revisión de varios estudios antropológicos del dolor contribuyó a una mejor comprensión de las experiencias del sufrimiento y de las dolencias humanas. Diversos autores han abordado teórica y etnográficamente este fenómeno desde los ámbitos del cuerpo, el género, las emociones y la salud ( Scarry 1985 Scarry, Elaine. 1985. The Body in Pain: the Making and Unmaking of the World. Oxford, Nueva York: Oxford University Press. ; Ahmed 2004 Ahmed, Sara. 2004. The cultural politics of emotion. Edinburgo: Edimburgo: Edinburgh University Press.; Good et al. 1994; Kleinman 1994 Kleinman, Arthur. 1994. «Pain and resistance: the delegitimation and relegitimation of local worlds», en Marie Jo Delvecchio Good, Paul E. Brodwin, Byron J. Good y Arthur Kleinman (eds.), Pain as Human Experience. An Anthropological Perspective. Berkeley/Los Angeles/Londres: University of California Press: 169-197.; Good 2003 Good, Byron. 2003. Medicina, racionalidad y experiencia: una perspectiva antropológica. Bellaterra: Barcelona.). Reflexionar sobre la experiencia del dolor posibilita continuar profundizando en las relaciones entre las emociones y las prácticas culturales y, en particular, sobre el cuerpo, la subjetividad y la moralidad.

Mi interés consiste en analizar las experiencias del dolor de los mariscadores en Brasil, teniendo en cuenta las dimensiones sociales, políticas y morales que se producen. Aunque el dolor sea una experiencia subjetiva, pretendo indagar cómo circula esta emoción en la dimensión pública a partir del análisis de las estrategias lingüísticas y expresiones corporales presentes en la relación social. El dolor no es solamente una emoción que se experimenta de manera solitaria, sino que sentirla implica expresarla también a través de un lenguaje capaz de comunicar y buscar un efecto en el otro. Además de sensaciones y emociones desagradables experimentadas interiormente, el sujeto necesita del testimonio para que estas emociones emerjan y así dar sentido a su propio dolor. Por eso, estas experiencias son relacionales, en la medida en que los dolores emergen en el cuerpo de uno que se pone en contacto con el otro a través de la comunicación, sea verbal o corporal, y remite a la acción.

Me pregunto qué ocurre en un entorno en que la mayoría de los adultos sufren dolores a causa de las condiciones de vida y de trabajo. Cuando el sufrimiento se convierte en una experiencia colectiva, ¿qué lugar ocupa la subjetividad en la producción de sentido?, ¿cómo circulan estas emociones en el contexto social?, ¿qué respuestas culturales existen para dar sentido a este dolor?, ¿qué resistencias y acciones se derivan para atender las diversas experiencias de dolor?, ¿quiénes están autorizados o sancionados para elaborar un relato del dolor? Estas cuestiones son el punto de partida de este texto.

Este artículo se estructura en cinco apartados: el primero se centra en una breve contextualización epidemiológica sobre las condiciones de salud de los mariscadores en Brasil y Bahía; el segundo describe el proceso etnográfico realizado en dos comunidades afrodescendientes entre 2006 y 2018,; y los otros tres, resultado de la etnografía, tratan sobre las condiciones de vida, la cultura del marisco y los padecimientos. Este último incluye las experiencias intersubjetivas del dolor y las dimensiones sociales, morales y políticas.

LAS CONDICIONES DE SALUD DE LOS MARISCADORES EN BRASIL

 

Como podremos observar, los estudios pioneros sobre el dolor de los mariscadores son epidemiológicos y clínicos. A través del estudio de las dimensiones fisiológicas y ambientales se externaliza y objetiva el dolor para poder establecer diagnósticos más precisos y tratamientos más adecuados.

En Brasil contamos con estudios recientes sobre el análisis de las condiciones de salud de los mariscadores en las regiones Norte y Nordeste, en distintos municipios y comunidades de los Estados de Bahía, Río Grande do Norte y Paraíba. Destacamos que, en el Estado de Bahía, en los últimos años, se han venido desarrollando diversas investigaciones epidemiológicas, clínicas y etnográficas coordinadas por la Universidade Federal de Bahía (UFBA), entre las cuales se incluye este estudio, para el análisis interdisciplinar de esta problemática ( Pena, Freitas y Cardim 2011 Pena, Paulo Gilvane Lopes, Maria do Carmo Souza Freitas y Adryanna Cardim. 2011. «Trabalho artesanal, cadencias infernais e lesões por esforços repetitivos: estudo de caso em uma comunidade de mariscadeiras na Ilha de Maré, Bahia». Ciência & Saúde Coletiva, 16(8): 3383-3392. ; Rios, Rego y Pena 2011 Rios, Antônio de Oliveira, Rita de Cássia Franco Rêgo, Paulo Gilvane Lopes Pena. 2011. «Doenças em trabalhadores de pesca». Revista Baiana de Saúde Pública. 35(1): 175-188.; Freitas 2012; Pena, Martins y Rego 2013 Pena, Paulo Gilvane Lopes, Vera Martins y Rita de Cássia Franco Rêgo. 2013. «Por uma política para a saúde do trabalhador não assalariado: o caso dos pescadores artesanais e das marisqueiras». Revista Brasileira de Saúde Ocupacional, 38(127): 57-68.; Pena y Minayo 2014, Carvalho et al. 2014 Carvalho, Ingrid, Gil Sales, Franco Rego, Cristina Larrea-Killinger, Julio César de Sá de Rocha, Paulo Gilvane Lopes Pena y Louise Oliveira Ramos Machado. 2014. «Por um diálogo de saberes entre pescadores artesanais, marisqueiras e o direito ambiental do trabalho». Ciência e Saúde Coletiva, 19(10): 4011-4022.; Pena y Martins 2014 Pena, Paulo Gilvane Lopes y Vera Martins (orgs.). 2014. Sofrimento negligenciado. Doenças de trabalho em marisqueiras e pescadores artesanais. Salvador de Bahia: EDUFBA.).

El Registro General de la Actividad Pesquera del Ministerio de Pesca y Acuicultura en Brasil ( MPA MPA. Ministério de Pesca e Aquicultura. 2014. Pesca artesanal. Disponible en http://www.mpa.gov.br/pesca/artesanal . Fecha de acceso: 20/09/2015.) publicó en 2014 que había aproximadamente un millón de «pescadores artesanales» (incluidos los mariscadores) 3 El uso de la categoría de «pescadores artesanales» de modo entrecomillado es para referirme a la categoría oficial que incluye tanto a los pescadores como a los mariscadores. Esta misma categoría se utiliza en estudios epidemiológicos y clínicos. Advierto que la utilizaré sin entrecomillar para referirme exclusivamente al grupo de pescadores.. Se estimaba que el 45% de la producción anual de pescado se obtenía artesanalmente y que la gran mayoría de dichos pescadores se concentraban en los estados de la región Nordeste 4 Con el cierre de este Ministerio y el traslado en 2015, en forma de Secretaría de Acuicultura y Pesca integrada en el Ministerio de Agricultura y, en 2017, en el Ministerio de Industria, las reestructuraciones de esta Secretaría han conllevado dificultades para acceder a datos sobre el volumen actual de la actividad pesquera artesanal. Desde el año 2015 el Registro General de Actividad Pesquera fue suspendido con el fin de regular y fiscalizar dicha actividad ( MICES 2018 ).. A pesar de que durante la existencia del MPA se realizó una campaña de registro de este colectivo profesional para contar con un censo de esta actividad, a través de la dotación de un carnet de pescador artesanal y mediante la afiliación a las cofradías de pescadores, asociaciones, cooperativas y sindicatos de pescadores artesanales, los datos continúan siendo todavía hoy imprecisos.

Diversas razones explicaban, antes de 2015, la dificultad existente para la obtención de estadísticas fiables: la primera era que la mayoría de los pescadores artesanales era reticente a afiliarse a las cofradías de pescadores 5 Razones que se deben a: a) la desconfianza en la obtención de los beneficios prometidos (protección de la salud, seguro de pesca, etc.), al creer que sus aportaciones económicas mensuales serían objeto de corrupción; b) las dificultades de comprensión de los procedimientos burocráticos, al ser la mayoría analfabeta o analfabeta funcional; c) la falta de acceso a la información, por tratarse de comunidades alejadas de centros urbanos; y d) la falta de documentos en regla. Por ejemplo, para el registro se necesitaba del carnet de identidad, el carnet de elector con el sello de participación en la última votación, el carnet de residencia en el que constara el domicilio habitual, el carnet de identificación fiscal (CPF). Para un mariscador era fácil que en el momento en el que tomara la decisión de afiliarse a una cofradías de pescadores faltara alguno de estos carnets, bien porque se hubiera perdido, bien porque hubiese caducado.. La segunda, que existía un número significativo de personas que se afiliaba a las cofradías de pescadores y que no se dedicaba a esta actividad económica. Lo hacía, sobre todo, para garantizar la pensión de jubilación y el cobro del «seguro de defeso» (ayuda económica que se obtiene a través de la cofradías de pescadores para garantizar la prohibición o veda de determinadas especies de peces y mariscos en períodos de reproducción). Las prestaciones que la cofradías de pescadores, asociaciones, cooperativas o sindicatos ofrecen son la atención médica, las ayudas por enfermedad, el «seguro de defeso», la gestión de la pensión de jubilación y/o discapacidad, los cursos de formación y otras campañas a través de los institutos estatales de pesca (Bahía Pesca), ayuntamientos y otras organizaciones. Aunque los mariscadores no disponen de un sistema de protección igual que un trabajador con contrato laboral por ser clasificada su profesión de artesanal, la atención a su salud se lleva a cabo a través del sistema de Vigilancia de Salud del Trabajador (VISAT) del Sistema Único de Salud (SUS) ( Pena, Martins, y Rego 2013 Pena, Paulo Gilvane Lopes, Vera Martins y Rita de Cássia Franco Rêgo. 2013. «Por uma política para a saúde do trabalhador não assalariado: o caso dos pescadores artesanais e das marisqueiras». Revista Brasileira de Saúde Ocupacional, 38(127): 57-68.).

La mayoría de los estudios muestra que en Brasil la actividad de mariscar es predominantemente femenina ( Nóbrega et al. 2014 Nóbrega, Gabriela Silva de, Mary Daiane Fontes Santos, Tereza Cristina Braga Ferreira, Ryzia de Cassia Vieira Cardoso, Dalva Maria da Nóbrega Furtunato, Sissa Maria Garrido Santos, y José Ângelo Wenceslau Góes. 2014. «Formação para marisqueiras em segurança de alimentos e saúde do trabalhador: uma experiência na comunidade de Ilha do Paty, Bahia, Brasil». Ciência & Saúde Coletiva 19(5): 1561-1571. ). En algunas comunidades de esta región se ha observado en estos últimos años un aumento de la actividad masculina en la extracción del marisco relacionada con la valorización de este alimento como producto comercial (Magalhaes, Costa-Neto y Schavietti 2012).

Los «pescadores artesanales» son productores autónomos, la mayoría no afiliados al seguro de la pesca, que trabajan en régimen familiar o individual. El pescado y el marisco que obtienen sirven tanto como alimento para el sustento de sus familias como producto de venta a través de intermediarios que lo comercializan en mercados, restaurantes y posadas. Esta actividad artesanal requiere de pocos instrumentos de pesca, pero de una gran habilidad y conocimiento de los ciclos naturales de los manglares, ríos y costas en los que desempeñan su trabajo. Mientras que los pescadores suelen tener pequeñas embarcaciones y realizan su actividad cerca de la costa, los mariscadores las utilizan cuando el acceso al manglar a pie no es posible. Viven en comunidades constantemente amenazadas por la contaminación industrial, la falta de saneamiento básico, la presencia de pesticidas, la especulación inmobiliaria y la presión turística.

En el ámbito clínico y epidemiológico se observa que los mariscadores presentan una alta prevalencia de enfermedades musculoesqueléticas relacionadas con el tipo de trabajo que desempeñan. A pesar de que estas enfermedades se encuentran registradas en el sistema de Clasificación Brasileña de Ocupaciones (CBO), continúan sin notificarse aquellas que sufren los «pescadores artesanales». Por ejemplo, en el año 2012, el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) registró a través del CBO treinta y dos casos de este tipo de enfermedades entre los clasificados como «pescadores y extrativistas forestales» de los 16.839 notificados ( Pena, Freitas y Cardim 2011 Pena, Paulo Gilvane Lopes, Maria do Carmo Souza Freitas y Adryanna Cardim. 2011. «Trabalho artesanal, cadencias infernais e lesões por esforços repetitivos: estudo de caso em uma comunidade de mariscadeiras na Ilha de Maré, Bahia». Ciência & Saúde Coletiva, 16(8): 3383-3392. ).

La invisibilidad epidemiológica de este colectivo constituye un grave problema de salud pública. El primer inconveniente con el que se enfrentan estos estudios epidemiológicos es la definición de las categorías de trabajo artesanal. 6 En Brasil no existe jurídicamente un sistema de regulación formal de empleo de estos trabajadores y tampoco un registro de la carga de trabajo, riesgos y daños a la salud. Históricamente, los derechos de los trabajadores y de protección a la salud se han concebido solamente para los asalariados. A pesar de que los derechos de los pescadores artesanales en régimen de actividad familiar han sido incluidos en la Constitución Federal de 1988, no existen todavía políticas que garanticen el alcance de estos derechos en el ámbito de protección de la salud ( Pena, Freitas y Cardim 2011 ). El segundo es la ausencia de políticas sanitarias que protejan a los mariscadores de los riesgos de salud (accidentes y carga de trabajo, accidentes por heridas, mordidas, picaduras de insectos y animales venenosos, etc. y que faciliten la atención y prevención de las enfermedades resultantes de las condiciones de trabajo (dolores crónicos y problemas musculoesqueléticos debido a las malas posiciones y movimientos repetitivos) 7 Actualmente, en Brasil el Sistema Único de Salud (SUS) y la Red Nacional de Salud del Trabajador no garantizan el derecho universal de atención a la salud del trabajador no asalariado, entre los que se incluyen los mariscadores ( Pena, Martins y Rego 2013 ).. Por último, el tercer problema es la ausencia de estudios clínicos y epidemiológicos que faciliten evidencia científica suficiente sobre la prevalencia de enfermedades laborales entre los «pescadores artesanales» 8 Estos estudios señalan la necesidad de visualizar esta realidad social para contribuir a la aplicación de programas adecuados de detección de riesgos y atención a los problemas de salud de este colectivo ( Pena, Martins y Rego 2013 ). El equipo de investigación liderado por Paulo Pena y Rita Rego, ambos profesores de medicina de la Facultad de Medicina de la UFBA, aportan resultados relevantes con la finalidad de potenciar que el SUS y la Red Nacional de Salud del Trabajador diseñen acciones de vigilancia de la salud del trabajador artesanal a través de revisiones médicas ocupacionales y el reconocimiento de las enfermedades relacionadas con esta ocupación..

Una de las experiencias pioneras de atención de la salud para este colectivo comenzó en el año 2004 cuando el Servicio de Salud Ocupacional (SESAO) de la UFBA empezó a investigar las quejas por síntomas dolorosos entre mariscadoras (Pena y Minayo 2014) 9 Los primeros estudios epidemiológicos, clínicos y etnográficos señalan la necesidad de visualizar esta realidad social para contribuir a la aplicación de programas adecuados de detección de riesgos y atención a los problemas de salud de este colectivo ( Pena, Martins y Rego 2013 ). El equipo de investigación liderado por Paulo Pena y Rita Rego, ambos profesores de medicina de la Facultad de Medicina de la UFBA, aportan resultados relevantes con la finalidad de potenciar que el SUS y la Red Nacional de Salud del Trabajador diseñen acciones de vigilancia de la salud del trabajador artesanal a través de revisiones médicas ocupacionales y el reconocimiento de las enfermedades relacionadas con esta ocupación..

Aunque estos estudios arrojaron un cierto avance en las investigaciones clínicas ampliando el diagnóstico, la prevención y la actuación sobre este tipo de enfermedades laborales, y en los estudios epidemiológicos sobre las condiciones de trabajo de los pescadores artesanales y el sistema de clasificación clínica de las enfermedades laborales, poco se había avanzado sobre el estudio de la construcción sociocultural de los padecimientos de los mariscadores y en concreto sobre las experiencias del dolor situadas en el entorno ambiental, social y cultural, objetivo principal de este artículo.

EL PROCESO ETNOGRÁFICO

 

La entrada en campo comenzó en el año 2006 en la comunidad quilombola 10 Comunidades afrodescendientes remanescentes cuyos derechos a la territorialidad y acceso a políticas afirmativas fueron reconocidos por el artículo 68 de la Constitución Federal del Brasil de 1988. La organización responsable por el proceso de reconocimiento jurídico de identificación es la Fundação Cultural Palmares ( Larrea-Killinger y Ruíz-Peinado, 2004 ). (CQ) gracias al contacto de una practicante de candomblé (religión afrobrasileña) que, fascinada por los rituales de candomblé de caboclo desarrollados por la mayoría de los habitantes de la comunidad, decidió apoyarlos en el proceso de identificación. El proyecto fue presentado y aprobado por la comunidad en asamblea. Esta mujer, que guardaba relación de compadrazgo con una de las familias principales, me introdujo en la comunidad y facilitó que fuera recibida en casa de una de estas familias con la que conviví en distintas etapas del trabajo de campo durante quince meses, entre el año 2006 y 2013. La mayoría de los miembros de la comunidad guardaban relaciones de parentesco y lazos estrechos de sociabilidad con parientes de una comunidad pesquera (CP) situada en el continente, en la que estuve viviendo entre 2015 y 2018, sumando un total de nueve meses. En ambas comunidades, situadas en la región del Baixo Sul, tuve la oportunidad de conocer a casi todas las personas que se dedicaban a la actividad del marisqueo, incluidas la recolección, producción y comercialización. Participé en muchas de las actividades cotidianas y lúdicas. Las conversaciones se dieron en las casas, los patios, las calles, los bares, los ríos y los manglares. Pude escuchar muchas historias y relatos de mujeres, hombres y jóvenes sobre sus experiencias y sufrimientos mientras extraíamos la carne del marisco, lavábamos la ropa en el río, comíamos y bebíamos juntos o conversábamos en el patio. Como la mayor parte de las conversaciones fueron informales llevé un diario de campo atento a las observaciones y para dejar constancia de inúmeros relatos. En menor medida pude llevar a cabo entrevistas formales a causa de su resistencia a la formalización y la grabación. Sin embargo, con el tiempo y gracias a las relaciones de confianza realicé entrevistas grabadas en la primera comunidad a treinta mariscadores (trece hombres y diecinueve mujeres) y en la comunidad pesquera a ocho personas (dos agentes de salud comunitaria, dos mariscadoras, dos terapeutas tradicionales (rezadeiras y rezadeiros), y dos afectados por espinhela caída).

Todas las personas que participaron en el estudio vivían en condiciones de subsistencia, con una renta mensual por debajo del salario mínimo 11 Los salarios mínimos mensuales estaban en 510 reales en 2010, 788 reales en 2015, 937 reales en 2017 y 1045 reales en 2020 (consultado en < https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Salario_m%C3%ADnimo_en_Brasil >). En el año 2010, la renta media mensual de los mariscadores de CQ era entre 100 y 250 reales. Transcurridos 10 años, en CP un mariscador gana de sueldo medio entre 800 y 900 reales y una mariscadora entre 600 y 700 reales., guardaban relaciones de parentesco entre sí, y se auto declaraban como negras.

LAS CONDICIONES DE VIDA EN COMUNIDADES AFRODESCENDIENTES

 

Actualmente, la «pesca artesanal» de costa es una de las actividades económicas más representativas en esta zona ( Fischer 2007 Fischer, Fernando (org.). 2007. Baixo Sul da Bahia: uma proposta de desenvolvimento territorial. Salvador: Universidade Federal da Bahia, Centro Interdisciplinar de Desenvolvimento e Gestão Social. ), en la que se utilizan embarcaciones de pequeño porte y técnicas artesanales de captura de peces y mariscos. Aunque el marisqueo no es una actividad exclusiva de la población negra, las condiciones históricas y socioeconómicas caracterizadas por el racismo estructural y la explotación en esta región, influyen a que continúe reproduciéndose este trabajo entre los más desfavorecidos

El archipiélago de Cairú, donde se encuentra la isla en la que se ubica la comunidad quilombola, forma parte de Tinharé y está protegida bajo el estatuto de Área de Protección Ambiental (APA). La zona de manglares que rodea prácticamente toda la isla está siendo amenazada por la actividad turística. Además, los daños observados en el ecosistema que comprometen la conservación de los manglares y la fauna local se derivan de actividades como la recolección de mariscos en temporada de veda (reproducción de las especies), la deforestación ilegal, la caza de animales protegidos, la explotación de arena para la construcción de viviendas, entre otros ( Cunha 2013 Cunha, Gabriel Muricy. 2013. Prevalência da Infecção por Entereoparasitas e sua relação com as condições socioeconômicas e ambientais em comunidades extrativistas do município de Cairu- Bahia. Salvador: UFBA. Dissertação de mestrado do Programa de Saúde, Ambiente e Trabalho.). Esta situación de degradación ambiental compromete mariscar en manglares y arrecifes, la principal actividad de subsistencia de los habitantes de esta comunidad. Además, la proximidad a la plataforma marítima de Gas Natural Campus de Manatí, que también pone en peligro las actividades de «pesca artesanal», se compensa económicamente por el consorcio Petrobras, Queiroz Galvão y Norse Energy a través de la distribución de regalías al municipio de Cairú ( Cunha 2013 Cunha, Gabriel Muricy. 2013. Prevalência da Infecção por Entereoparasitas e sua relação com as condições socioeconômicas e ambientais em comunidades extrativistas do município de Cairu- Bahia. Salvador: UFBA. Dissertação de mestrado do Programa de Saúde, Ambiente e Trabalho.). En 2019 hubo un derramamiento de petróleo en la costa atlántica que contaminó las islas del archipiélago de Cairú y los habitantes, junto a funcionarios del municipio y ejército brasileño, tuvieron que realizar arduas tareas de limpieza durante varios meses hasta poder retirar las manchas de petróleo de las playas.

Esta comunidad, situada en la cima de una colina en el interior de la isla, fue un antiguo santuario fundado por un curandero practicante de la religión de candomblé de caboclo (culto afrobrasileño). Se accede caminando, a caballo, en moto o en tractor, dado que el camino es empinado y de arena de playa. Sus habitantes sobreviven básicamente de la extracción de mariscos como el aratu (Goniopsis cruentata), el siri (Callinectes spp.), el caranguejo (Ucides cordatus), el guiamum (Cardizoma guanhumi) y la lambreta (Lucina pectinata), actividad que combinan con el trabajo en haciendas de recolección de coco y limpieza en los terrenos, caminos y jardines en posadas turísticas. Todas estas actividades son realizadas principalmente por los hombres, mientras que las mujeres, en su mayoría amas de casa, combinan las tareas domésticas con la extracción de la carne de los mariscos (aratú, siri y caranguejo), conocida como cata y, en verano, algunas de ellas trabajan limpiando en posadas turísticas. La mayoría de estas familias reciben beneficios sociales como la bolsa família y el cheque solidário, recursos inferiores a un salario mínimo 12 La Bolsa Família, transferencia de renta del Gobierno Federal,y el Cheque solidário distribuido por el ayuntamiento de Cairu como compensación a causa de la explotación de la planta marítima de gas natural. Este último beneficio se dejó de recibir el año 2015., Pocas personas se benefician de las actividades turísticas, ya que viven en el interior de la isla lejos de la costa, a excepción de las visitas de turistas cuando se celebran las fiestas religiosas de San Juan y el día de Reyes (Terno do Reis). Durante el periodo del trabajo de campo, en la comunidad vivían aproximadamente 120 personas, distribuidas en treinta residencias ( Larrea-Killinger 2015 Larrea-Killinger, Cristina. 2015. «Conflitos familiares e autogestão comunitária da água: uma experiência em uma comunidade quilombola do Baixo Sul da Bahia». Revista Eletrônica de Gestão e Tecnologias Ambientais (GESTA), 3(1): 220-231.; Cunha 2013 Cunha, Gabriel Muricy. 2013. Prevalência da Infecção por Entereoparasitas e sua relação com as condições socioeconômicas e ambientais em comunidades extrativistas do município de Cairu- Bahia. Salvador: UFBA. Dissertação de mestrado do Programa de Saúde, Ambiente e Trabalho.) 13 Existen otros datos publicados. Por ejemplo, el Ministério de Desenvolvimento Agrário (MDA, 2010) publicó a partir de datos de FUNASA (Fundação Nacional de Saúde) que la Vila de Monte Alegre, comunidad quilombola certificada el 12 de mayo de 2006 tenía una población de doscientos cincuenta habitantes distribuidos en veintisiete familias. El Sistema de Atención Básica (SIAB) agrupaba esta y otra comunidad en un censo único y cifraba la totalidad de habitantes en cuatrocientas cuarenta personas distribuidas en ciento veinticuatro familias ( Cunha 2013 ). ubicadas en tres distintos caminos de arena, y la mayoría de las casas eran de barro, con piso de cemento y tejado de uralita (cemento amianto).

A la comunidad pesquera, que forma parte del municipio de Nilo Peçanha, se puede llegar por vía terrestre o fluvial. Está protegida bajo el estatuto de Área de Protección Ambiental (APA) de Pratigi. Con una población aproximada de 1.117 habitantes ( IBGE 2010 IBGE (Instituto Brasileiro de Geografia e Estadística) (2010) Censo 2010. Disponible en < http://www.ibge.gov.br/home/ >. Fecha de acceso: 17/09/2015. ), hoy en día esta se dedica principalmente a la extracción de la piaçava -palma nativa que sirve para confeccionar escobas, construir tejados y fabricar pólvora- así como a la pesca de camarón por arrastre (pistola, sete barbas, rós), diversos tipos de peces (oriocó, dentao, etc) y crustáceos (cangrejos, siris y guaiamus) ( Fischer 2007 Fischer, Fernando (org.). 2007. Baixo Sul da Bahia: uma proposta de desenvolvimento territorial. Salvador: Universidade Federal da Bahia, Centro Interdisciplinar de Desenvolvimento e Gestão Social. ).

Aunque la mayoría de familias recibe el beneficio del Bolsa Família, su exigua economía está más diversificada al poder dedicarse a actividades extractivistas, la pesca y el marisqueo Las actividades agrícolas han ido perdiendo valor, como por ejemplo la producción de mandioca y aceite de palma de dendê. En cambio, para la extracción de piaçava, actividad principal, son los hombres los que se enfrentan a subir a las palmeras para cortar los bultos de lianas y paja (bagazo) en haciendas cuya propiedad es ostentada por familias blancas 14 El régimen de propiedad es herencia de la etapa colonial, Históricamente fue un territorio cuyo régimen de hacienda se basaba principalmente en la producción de azúcar y más tarde de cacao.. Grupos de hombres, en su mayoría negros, vinculados a un intermediario se desplazan todos los días a determinadas haciendas a tirar a piaçava. Las mujeres son las que aguardan sentadas en los catadores (cobertizos) a que lleguen los bultos para separar las lianas de la paja a través de una técnica de limpieza (catado) con ayuda de un peine de madera en cuyo extremo destacan afiladas puntas de hierro. Este trabajo de catado requiere de habilidad y paciencia y las lleva a turnos extenuantes de ocho horas sentadas en la misma posición.

Las mujeres limpian el camarón y los crustáceos en grupo, mientras que los hombres, también en grupo, son los que salen a pescar en pequeñas embarcaciones o van al manglar a pie. A diferencia de los mariscadores de la comunidad quilombola, prefieren utilizar trampas como redes o jaulas. Los hombres y mujeres que realizan los trabajos más duros de extracción de piaçava, limpieza de lianas, recolección de marisco y limpieza de marisco y camarón se autodeclaran, en su mayoría, negros.

MARISCAR: MÁS QUE UNA ACTIVIDAD, UNA CULTURA 15 Conjunto de conocimientos y prácticas relacionadas con la extracción de moluscos y mariscos en manglares que se transmiten generacionalmente a nivel familiar y cultural, así como su preparación, excluyendo la pesca de camarones por arrastre y cualquier actividad de cultivo, como por ejemplo el de ostras y camarones (maricultura).

 

Los saberes populares que configuran la actividad de extracción de mariscos y moluscos en los manglares han sido analizados en otras comunidades próximas, como en São Francisco do Conde (Magalhes, Costa Neto y Schavietti 2012) e Ilha de Maré ( Freitas et al. 2012 Freitas, Maria do Carmo Soares, Maria Cecilia de Souza Minayo, Paulo Gilvane Lopes Pena y Neuza María Miranda dos Santos. 2012. «Un ambiente enfermo: significados de la contaminación industrial en la Isla de Maré, Bahía, Brasil». Desacatos, 39(12): 73-88. ). En el caso que nos ocupa, los quilombolas distinguen entre la actividad de mariscar y ser mariscador. Para ellos mariscadores son los que pisan el manglar, trabajan en el barro y enfrentan duras condiciones de trabajo para recoger mariscos.

Esta «cultura del marisco» requiere de una «ciencia» propia que la vincula a una experiencia y a un modo de vida. Ser mariscador depende de tener un conocimiento específico sobre la naturaleza de los manglares, el medio ambiente, la flora y la fauna. Implica un saber hacer, un habitus, adquirido tradicionalmente, transmitido de padres a hijos, y centrado en el conocimiento sobre los ciclos de las mareas, las fases lunares, la dirección de los vientos, las estaciones, los ciclos reproductivos y el tamaño de las especies de cangrejos y moluscos, y su distribución entre los manglares.

Eu comecei a lutar com negócio de mangue com a idade de oito anos. Eu fui colocado novo pra aprender. Então eu fui tomando alguma prática. Aprendi mesmo assim de cabeça, que eu ia com meus tios, aí fui gostando do trabalho, fui me dedicando e aprendendo cada vez mais de um pra outro e hoje não tem como me preocupar porque eu já sei tudo (N. mariscador, CQ).

Eu achava bom, né, porque eu achava divertido estar dentro do mangue, na lama, pegando aratu...Às vezes eu ia com minha avó. Não era todo dia que ela me levava não, era de vez em quando, mas eu achava bom. (E. mariscadora, CQ)

Algunos conocen la influencia de la luna en los ciclos de la marea y los momentos más adecuados para desplazarse al manglar a recolectar marisco, como en el caso de este experimentado mariscador:

Mas nem todo dia a maré está a mesma coisa porque ela anda de acordo com a lua. Quando ela tiver cheia ela vai quebrar e aí ela vai sempre crescer. Quando ela tiver quase cheia, ela começa a quebrar novamente e ela já vai ficar tarde. Aí é a hora de ir por mangue [...] Mas ela vai começando a ficar maré tarde até chegar novamente a maré de manhã. Mas nunca se trabalha todo dia a mesma coisa. (M. mariscador, CQ)

También este «saber mariscar» depende de una serie de habilidades como saber entrar en los manglares, sortear las raíces de los árboles, evitar los cortes de ostras, huir de las mordeduras de serpientes y picaduras de tábanos y mosquitos, llevar los instrumentos adecuados para cada tipo de especie y también artes específicas adquiridas con gran sabiduría, dedicación, paciencia y costumbre.

En este proceso de transmisión de la sabiduría, los padres regalan primero a los niños pequeños goiós (cangrejos bien pequeños) y cuando crecen los acompañan a los manglares para pescar aratu con vara y anzuelo, silbando para atraerlos y aprendiendo a evitar sus mordidas. Las niñas aprenden con sus madres cómo extraer con sus dedos la carne del crustáceo después de haber partido el caparazón y las patas con ayuda de un palo batiendo contra una piedra.

Entre media hora y una hora de camino a pie hacia los manglares, los hombres de la comunidad quilombola andan a través de la selva acompañados, algunos de ellos con burros, pero en su mayoría cargados con un cesto artesanal (samburá) con en el que suelen regresar con más de 25 kg. a las espaldas si el día fue fructífero. Entre el desplazamiento y la extracción de mariscos, en función de los ciclos de las mareas, gastarán una media de cinco horas de trabajo diario. En la comunidad pesquera el manglar está más cerca y el acceso se puede optar por hacerlo a pie o en canoa. Prefieren depositar redes para atrapar los cangrejos y jaulas o trampas (gaiolas para los cangrejos, jererés para los siris y aratús y ratoeras para los guaiamus) que hacerlo con el brazo o con horquilla. Es mariscador quien sabe extraer el marisco del manglar y quien realiza esta actividad habitualmente 16 En otros trabajos etnográficos ubicados en la Ilha de Maré, cerca de la ciudad de Salvador, se ha observado que es la mariscadora la que lleva a cabo todo el trabajo productivo, desde ir al manglar hasta transportar los mariscos, limpiarlos, precocinarlos, desmenuzar su carne y venderlos ( Freitas et al 2012 ). En la comunidad pesquera es mariscador o mariscadora quien se involucra en esta actividad. Tanto quien va al manglar como quien extrae la carne se identifican del mismo modo..

En otras comunidades que he visitado en la región, esta actividad suele ser desempeñada por las mujeres como un trabajo complementario que ayuda al exiguo presupuesto familiar. No es un trabajo regular ni constante, pues depende de las estaciones, las necesidades familiares y las demandas del mercado. Sin embargo, en las comunidades de este estudio los hombres han ido adquiriendo un papel preponderante en las actividades de captura y comercialización gracias a la creciente demanda del turismo, mientras que las mujeres se han concentrado exclusivamente en el catado (limpieza, precocinado y extracción de la carne).

En la comunidad quilombola los moluscos (lambretas) se venden casi exclusivamente a un intermediario que los comercializa fuera de la isla y los crustáceos, en cambio, directamente a los bares, posadas y restaurantes. En la comunidad pesquera los mariscos se suelen vender a intermediarios y sobre todo a un nativo que emigró hace más de treinta años a la ciudad de Salvador, propietario de un restaurante. Aunque todavía algunas mujeres van al manglar a recoger lambretas y sururus, la práctica ha ido disminuyendo debido a las dificultades para encontrar moluscos y el reemplazo de esta actividad por parte de los hombres.

Los hombres de la comunidad quilombola desarrollan una de las principales actividades de sustento económico de la comunidad, la recolección de moluscos (lambreta) y crustáceos (caranguejo, siri y aratu) en los manglares. El que proporciona más rendimiento económico y requiere de trabajo colaborativo es la lambreta. Luego, en orden de importancia, el caranguejo, el siri y el aratu son los más preciados. Con menor frecuencia se atrapa el crustáceo llamado guaiamum cerca de las playas, el cual se cría en jaulas para aumentar su tamaño y luego venderlo. En la comunidad pesquera los hombres se centran en todos esos crustáceos, los camarones y diversos pescados (tainha, vermelho, capiranga, etc.). Hay grandes dificultades para encontrar lambretas.

En ambas comunidades los hombres y mujeres colaboran en la recogida de crustáceos durante el mes de enero, conocida como época de andada, cuando estos salen a reproducirse. A pesar de estar prohibida esta práctica por la secretaría de pesca, es muy popular que en los pueblos salgan a celebrar festivamente esta actividad en familia. La recolección del molusco suele hacerse flexionando el tronco y retirando constantemente barro con ayuda de un machete para poder localizarlo. La práctica intensiva de retirada de barro acaba con los escondrijos de los crustáceos expulsándolos a otras zonas del manglar. Esta habilidad repetitiva en una misma posición produce agotamiento y grandes dolores de espalda al final de la jornada.

La actividad de recolección de crustáceos requiere de mayor conocimiento, habilidad y destreza. Al igual que los moluscos, el mariscador debe saber cuáles son los lugares más apropiados del manglar para encontrarlos, teniendo en cuenta las especificidades de cada especie. Hay dos períodos distintos para atrapar los crustáceos, una prohibida en verano y otra permitida, el resto del año, cuando los crustáceos viven refugiados en grutas situadas en el interior del lodo del manglar: «Antigamente o caranguejo ficava menos baixo, mas hoje em dia parece que eles estão mais sabido que nós. Eles estão cada vez mais no fundo». (Ma. mariscador, CQ).

El mariscador debe ser lo suficientemente rápido para atraparlos cuando los ve salir a la superficie para alimentarse y desplazarse velozmente por las raíces de los árboles del manglar (quiçambas). También debe ser habilidoso cuando introduce el brazo hasta la altura del hombro y sumerge parcialmente la pierna alcanzando una posición casi horizontal para poder, de ese modo, atraparlo en su madriguera. En el caso específico del siri, cuando se encuentra en la superficie o nadando en los riachuelos salobres, el mariscador utiliza una horquilla. Dicen que el siri es el marisco más astuto y desconfiado. Por eso, el mariscador debe tener una gran destreza mientras lo persigue corriendo con habilidad por encima de las quiçambas, o una gran experiencia para evitar que el siri reconozca su sombra cuando huye nadando por el río.

Los moluscos se venden enteros, sin precocinar ni retirar la concha y, en cambio, los crustáceos, con excepción del guaiamum, se precocinan y se desmenuza su carne que se vende por kilo. Hoy en día en la comunidad pesquera ha experimentado con la cata de guaiamum por ser un crustáceo cada vez de menor tamaño. Debido al peligro de extinción de la especie, en el año 2015 la secretaría de pesca prohibió la extracción de guaiamum, caranguejo y lambreta.

El trabajo de extracción de carne es predominantemente una actividad femenina realizada por mujeres y niñas, extenuante y mal remunerada 17 En el año 2010 una docena de cangrejos enteros se vendía por 15 reales en la estación de verano y entre 10 y 12 reales en invierno. Un kilo de cangrejo catado se vendía por 20 reales (se necesitan una docena de cangrejos para conseguir un kilo de catado). En 2015, en la comunidad pesquera el producto final variaba entre 27 y 30 reales. En el año 2017 ya se pagaban 30 reales por un kilo de catado. Pasados tres años, el precio de venta de un kg. de marisco oscilaba entre los 30 y 35 reales, mientras que para el de siri era de 30 reales y el de aratú 28. Cuando la mariscadora realiza este trabajo para otra persona que no es su marido recibe el crustáceo lavado y precocinado, siendo peor el precio que recibe como los 7 reales por kg. catado, En noviembre de 2020 el cambio euro-real brasileño-euro está en 6,3 reales 1 euro; en noviembre de 2017 estaba a 3,8 reales: en noviembre de 2015 a 4,08 reales; y en 2010 a 2,22 reales (evolución histórica de la conversión consultada en < https://br.investing.com/currencies/eur-brl-historical-data >).. Aunque el catado está mal pagado porque una mujer experimentada necesita al menos entre dos o tres horas para extraer un kilo, lo consideran una buena opción porque es más fácil de vender y obtienen dinero al haber una mayor demanda por parte de los intermediarios. Las mujeres suelen utilizar este dinero en cosas que consideran importantes para la casa, como la compra de material para construir o reformar la casa, ropa, comida y pañales. El verbo mariscar también significa alimentar. Por lo tanto, cobijo y nacimiento - cuidado de la familia- salen del trabajo del manglar. «Criei meus filos com negócio do mangue, mesmo». (Dorivalda, mariscadora, CP)

En el pasado las mujeres de la comunidad quilombola iban al manglar a coger lambreta y aratú: Caranguejo é mais difícil de tirar, porque só metendo o braço no buraco quando não é de andada. Aí a gente só pegava mais em tempo de andada, quando eles andam, aí a gente pegava(Q. mariscadora, CQ). Hoy en día solamente cuatro continúan con esta actividad. La mayoría la ha ido abandonando cuando la familia ha obtenido recursos complementarios para subsistir, como la Bolsa Famiíia y el Cheque solidário. Otras opinan que dejaron de ir con la llegada del turismo, al tener miedo de ir solas por los caminos. Sin embargo, se observa una mayor intensificación en la recolección y demanda del producto catado, que requiere de una organización del trabajo que deslinda la actividad del manglar de la que se desarrolla en casa.

La transmisión de este saber se ha fragmentado de madres a hijas. Solamente se ha enseñado la segunda parte del proceso como limpiar, precocinar y extraer la carne. Las más jóvenes rechazan el trabajo del manglar por razones estéticas, pues el barro ensucia el cuerpo con una tinta negruzca y la actividad de caminar y recogerlos rompe las uñas de las manos y los pies. Dicen que no sueñan con los mariscadores como futuros maridos, aunque luego terminen casándose con ellos. En la comunidad pesquera las mujeres mayores recuerdan haber ido al manglar a ayudar a sus maridos a recoger aratu, lambreta y sururú. Al igual que las jóvenes de la comunidad quilombola, hoy en día las muchachas de la comunidad pesquera se quedan en sus casas catando mariscos. Las razones que aducen son las mismas.

El manglar más próximo a la comunidad quilombola viene sufriendo un proceso de intensificación de recolección de mariscos por parte de personas que vienen de otros municipios del Baixo Sul y que se instalan durante meses en la región, afectando la supervivencia económica de los nativos. Las quejas más frecuentes de la comunidad se refieren a la falta de respeto que las personas de fuera tienen con el manglar por atrapar mariscos pequeños, no soltar las hembras cuando están repletas de huevos y no respetar los períodos de reproducción. Entre los mariscadores más experimentados existe una mayor conciencia de preservación del manglar como sistema natural y, por eso, recogen menos mariscos de lo que podrían obtener para mantener la reproducción de las especies: «Não pode tirar tudo de vez pensando que não vai acabar mais não, porque senão acaba o mangue» (Ma. mariscador, CQ).

Otra preocupación es la contaminación de basuras generada por las barracas improvisadas dentro de los manglares en las que residen estas personas, sumadas a las basuras que llegan a las playas debido a las corrientes. Consideran que la instalación de la planta de gas natural influyó en la disminución de la cantidad de mariscos debido a las detonaciones y la presencia de petróleo en los manglares.

Una situación parecida ocurre en los manglares próximos a la comunidad pesquera. Una mayor demanda de marisco ha influido en que procedan como los foráneos por la mayor dificultad de encontrar marisco que antes. La presencia de camaroneras en manglares situados a 5 km. de distancia y la construcción de dos nuevas en la comunidad agrava la contaminación de los manglares. Aunque saben que con el tiempo las camaroneras comprometerán la reproducción de los mariscos, la cofradía de pescadores no se ha organizado todavía para buscar una solución.

Los cambios que se están produciendo con la intensificación y técnicas de captura de mariscos están afectando el ecosistema y la salud de los mariscadores. Por un lado, esta intensificación se produce debido a una mayor demanda de este producto. Los mariscadores necesitan realizar jornadas más largas para encontrar mayor cantidad de marisco y deben desplazarse más lejos. Por otro lado, las artes de captura se han ido modificando para aumentar la pesca, priorizando la colocación de redes y jaulas. La captura en redes y jaulas impide soltar la hembra con antelación, lo cual pone en peligro la reproducción de las especies. Aunque la Secretaría de Pesca haya realizado una campaña de control y veda de las variedades de cangrejos, guaiamuns y lambretas la presión del consumo de marisco es alta y los mariscadores se ven presionados a cumplir con la demanda.

LOS PADECIMIENTOS DE LOS MARISCADORES

 

La salud de los mariscadores que capturan a mano y con horquilla se resiente más que la de los que depositan redes y jaulas. Los primeros tienen mayores dificultades para encontrar crustáceos y se quejan de que los segundos acaban con las moradas y los ahuyentan del manglar. Los hombres que se dedican a la extracción de moluscos sufren mayores problemas de salud debido a la presión de la demanda del mercado. Las mujeres también se resienten al intensificar el precocimiento y la extracción de carne o catado para su comercialización. Largas jornadas de trabajo en el quintal de las casas condenan a mujeres y niñas a adoptar malas posturas y esforzar sus manos de modo repetitivo.

A pesar de que sufren dolor quienes se dedican intensivamente a la recolección de crustáceos y moluscos en los manglares y a la extracción de su carne para el consumo humano, la contingencia de que surjan otros dolores físicos a lo largo de la vida se relaciona con diversas actividades como cortar y acarrear leña, cargar agua, subir a palmeras, transportar objetos y productos que también exigen gran esfuerzo, habilidades y resistencia corporal.

Também foi muito peso que eu pegava no trabalho de roça. Saco de mandioca (...). Eu ia trabalhar e a gente arrancava 20, 25 sacos de mandioca e nós dois carregar sozinho e fazer mais lenha. Chegar lá e descarregar tudo pra dentro da casa de farinha, era muito trabalho! Muito trabalho! E aí não tem coluna que aguente. O que mais prejudica a gente é pegar peso. Principalmente a gente pegar peso sozinho. Abaixado. (M. mariscador, CQ)

Este conjunto de sensaciones suele cristalizar en síntomas dolorosos de distinta intensidad y localización que acaban desembocando en lesiones musculoesqueléticas que se cronifican con el paso de la edad. Los dolores se relacionan con el cansancio, el agotamiento, la frieza no corpo, el esfuerzo repetitivo, los problemas cutáneos (alergias, manchas, hongos, picaduras de insectos), los accidentes (cortes por ostra, mordeduras de serpientes y peces) y los problemas oftalmológicos (irritaciones y alergias). Estos se localizan con preferencia en la espalda, el cuello, los hombros, las rodillas, los codos, las manos, los dedos, los tobillos y los pies, pero acaban afectando a todo el cuerpo. Existen padecimientos específicos como la espinhela caída, el peito aberto 18 Padecimiento tratado por medicina caseira (autoatención que consiste en reposo, rezos y manipulación del cuerpo), como la espinhela caída. y el dor de coluna 19 Padecimientos que se relacionan con los problemas de lumbago., tratados con remédio caseiro, y enfermedades clasificadas biomédicamente como la osteoporosis, la artrosis, el reuma y las hernias.

Tem muita gente prejudicado de coluna por trabalhar no mangue. Pra tirar lambreta mesmo é a vida toda vergado (...). Aí nisso a coluna começou a apertar. Eu deixei a lambreta e comecei a só tirar caranguejo porque o caranguejo a gente se ajoelha pra poder tirar ele. Então não é aquela coisa de ficar ali envergado o tempo todo. A gente só trabalha assim, ó, a vida toda. Passa uma, duas horas trabalhando no mangue assim, aí a coluna não aguenta. (M. mariscador, CQ)

Espinhela caída é sobrepeso. A gente pega peso demais e se o nosso corpo não suporta aquele peso, então nós temos uma paletazinha na boca do estômago, em cima do fígado, que a gente tem e todas as caças têm também. Então arreia aquela ponta ali em cima do fígado e aquilo só vai ferindo. Chega num momento de virar até gastrite, já que vai abrindo a ferida, vai prejudicando. (N. mariscador, CQ)

Maria (curandeira) já rezou [de espinhela caída] umas duas vezes. Eu tava me sentindo ruim, aí aquela dor nas pernas, aquela dor aqui, aí quando eu fazia assim, se eu pegasse esse caldeirão aqui com água era capaz de eu não agüentar sair daqui pra aí com aquela dor. Um dia cheguei até a cair. (E. mariscadora, CQ)

Los mariscadores sufren otros problemas de salud que afectan a su estado físico, mental y emocional, como son la hipertensión y la diabetes, entre otros 20 Las enfermedades infectocontagiosas han tendido a disminuir, según datos del año 2001 recogidos en Sistema de Informações de Agravos de Notificação (SINAN/SESAB-DICS), en la región del Baixo Sul. Las enfermedades prevalentes, por orden de importancia, son las enfermedades del aparato circulatorio y la diabetes mellitus tipo II ( Fischer 2007 ). Según me confirmaron ambos equipos sanitarios de los centros de salud que atienden las comunidades analizadas, los problemas de hipertensión y diabetes son los más prevalentes..

A pressão alta eu também evitava o sal, pescaria, que de vez em quando eu ia no mangue eu evitei de ir porque o médico disse que eu não posso. Quem é hipertenso não pode ir pra dentro da água salgada porque ela contém muito salitre. A gente vive dentro da água salgada com o salitre, a pressão só sobre. Aí eu tive que evitar de ir pro salgado. Tomo uma vez assim, boto limão na água e tomo, porque me ensinaram que é bom. Eu tenho me dado bastante bem, porque tenho nove meses não tomo remédio de pressão, somente tomando chá. (J. mariscadora, CQ)

En las comunidades analizadas observé una preocupación por otros padecimientos como el nervoso 21 Emocionalmente, uno de los problemas que más preocupa en las comunidades en las que se realizó el estudio es el nervoso. Contamos con diversos estudios antropológicos sobre este padecimiento en Brasil, entre los que destacan los trabajos de Rabelo y Souza (2003) , Scheper-Hughes (1997) . y la doença de fora 22 Esta dolencia, conocida también como derrame, y vinculada a los problemas de hipertensión, está extendiéndose cada vez más como una experiencia nueva en estas comunidades. La narrativa que da sentido a esta enfermedad es ambivalente y poco específica. Reconocida como un problema procedente del exterior, afecta a personas seniles que las devuelve al mundo de la infancia con la pérdida del habla e incluso el sentido. Al no poderse comunicar con el enfermo, sus familiares lo cuidan como a un bebé. El cuidado, y no la cura, es el principal foco de autoatención. Es una enfermedad que se reza, para poder devolver el habla, y se atiende a base de remedios tradicionales como la infusión de la planta llamada cravo de difunto y la infusión elaborada con el nido abandonado del pájaro garriça. (derrame cerebral), enfermedades que se caracterizan por un sufrimiento emocional intenso:

O princípio de derrame foi porque eu tomava muita raiva, aconteceram muitos problemas aqui e eu tomei muita raiva [...]. O nervoso altera, a pressão também sobe e aí é aonde vem o derrame também [...]. o nervoso quando a gente se enraiva, tomar susto, não tem como controlar ele. (J. mariscadora, CQ)

Debido a que las personas que padecen dolor no siempre disponen de recursos verbales para expresarlo, pueden surgir voces de testigos que le den nombre y lo refieran en el ámbito público. Una de las vías que señala Scarry (1985) Scarry, Elaine. 1985. The Body in Pain: the Making and Unmaking of the World. Oxford, Nueva York: Oxford University Press. es el lenguaje de la medicina, el cual busca traducir la inexpresividad del dolor físico en signos observados y reconocidos a través de cuestionarios médicos que reduzcan la incertidumbre diagnóstica. La investigación médica acerca del dolor físico trata de medir su intensidad para establecer un diagnóstico más sensible. Los hombres y mujeres de este estudio tratan el dolor como un sistema complejo que vincula el cuerpo al manglar en una relación de interdependencia desde el cual se reproducen las actividades de supervivencia. En un sentido relacional es el dolor la expresión del sufrimiento por vivir en condiciones extenuantes de trabajo y por sobrevivir en una naturaleza cada vez más degradada.

LA EXPERIENCIA INTERSUBJETIVA DEL DOLOR

 

La memoria sobre el cuerpo doliente de un mariscador remite a las actividades diarias y ocupaciones que se acumulan en el tiempo y no a acontecimientos específicos que irrumpen en un momento determinado de su vida. El dolor no aparece como un disturbio, sea fortuito, como un accidente, o esperado como un parto, sino como una condición determinada, que en el caso que nos ocupa analizar, se refiere al sufrimiento relacionado con actividades físicas extremas sostenidas a lo largo de la vida. No es lo mismo un dolor que se puede extirpar, como el de una muela, que el de la columna: Se uma pessoa tem uma dor de dente vai, tira ele e a pessoa fica boa, porque já tirou ele. Da coluna ninguém fica bom. (N. mariscador, CQ)

A pesar de que los dolores se sufran individualmente, estos remiten a una construcción colectiva, a un modo social de sentirlos y de ser compartidos a través del lenguaje de las quejas o de los silencios. A ningún adulto que se ha dedicado a la actividad de mariscar toda su vida le coge por sorpresa sufrir dolores, pues estos configuran la semiología central del discurso de su experiencia. No todos los dolores pueden ser libremente expresados del mismo modo por todos aquellos que los sufren, pues dependen de factores como la edad, la posición social y el género. Por ejemplo, fruto de mis observaciones, mientras que para los hombres adultos los dolores del cuerpo suelen sobrellevarse en silencio, para las mujeres adultas las quejas constituyen símbolos centrales de comunicación.

Aunque el mayor sufrimiento esté relacionado con la etapa adulta y propiamente con la vejez, la sociedad convive con la experiencia del dolor en todas las etapas de la vida. Son sus predecesores -madres, padres, abuelos y abuelas- quienes les avisan de los futuros cambios que experimentarán sus cuerpos ( Schutz 2000 Schutz, Alfred. 2000. La construcción significativa del mundo social. Introducción a la sociología comprensiva. Barcelona: Paidós.). Los mariscadores tienen la certeza de que es imposible escapar de esta experiencia. El trabajo es compartido, al igual que la experiencia de los dolores, que los conectan a un modo de sobrevivir. De todos modos, que la experiencia sea compartida intersubjetivamente, no significa que cada individuo la sienta del mismo modo. La experiencia subjetiva del dolor es reconocida y legitimada por la sociedad. Las variaciones de dolor, las «intensidades» son distintas, y no solo dependen de la edad, sino de la posición social y del género.

No a todas las personas se las autoriza moralmente para quejarse del mismo modo ( Kleinman y Benson 2004 Kleinman, Arthur y Peter Benson. 2004. «La vida moral de los que sufren de la enfermedad y el fracaso existencial de la medicina». Humanitas. Humanidades médicas, 2: 17-26. ). En este contexto social es más fácil aceptar que lo hagan los ancianos y las mujeres adultas que los hombres adultos. Difícilmente las personas adultas con dolores crónicos se entregan a los designios de su cuerpo. Se quejan, pero tratan de no depender del cuidado de los demás. Quejarse excesivamente conduce al aislamiento social. No obstante, no hacerlo conlleva a la pérdida de juicio o a los problemas de nervios e inicio de locura. El cuidado está reservado para los bebés, los niños, las parturientas y los ancianos. Los adultos que sufren dolores se consuelan compartiendo sus penas, y cuentan con la ayuda de parientes para la realización de algunas tareas, pero moralmente no está bien visto entregarse al dolor, a la cama o a los medicamentos. Al igual que uno lucha para sobrevivir en el manglar, alguien que sufre dolores intensos debe esforzarse en dominarlos.

La experiencia de sentir dolor no se expresa siempre verbalmente en forma de queja, sino también con el silencio, la contención y la resignación. El dolor de la persona que sufre produce señales e impresiones corporales visibles como la posición curvada de la espalda, el agarrotamiento de las manos, el caminar pausado. El cuerpo sufre una transformación que a veces la queja es incapaz de reflejar en su totalidad anunciando un futuro incierto. El dolor expresa un modo de estar en el mundo ( Csordas 2001 Csordas, Thomas J. 2001. «Introduction: the body as representation and being-in-the world», en Thomas J. Csordas (ed.), Embodiment and Experience. The existential ground of culture and self: 1-23. Cambridge: Cambridge University Press.).

A espinhela caída ela dá muito desânimo no corpo, dá esmorecimento nas pernas, ela dá dor no estômago e responde a dor nas costas. Se a pessoa sente doer no estômago e responder a dor cá nas costas, é espinhela. Porque logo que ela desce, ela faz força em cima do fígado e aí quando a gente respira e faz movimento, a gente sente a dor nas costas. Ela dá sonolência, ela faz a gente ficar tremendo, a vista fica escura, a gente não pode suspender o braço, a gente sente o braço pesado, tudo isso ela faz. A boca amarga bastante, tudo isso ela faz, a espinhela caída. Eu já tive uma vez. (J. mariscadora, CQ)

Existe una mayor coherencia en el discurso sobre el dolor cuando el afectado encuentra la mediación de su experiencia entre los miembros de la familia ( Becker 1997 Becker, Gay. 1997. Disrupted lives. How People Create Meaning in a Chaotic World. Berkeley: University of California Press.). Cuando se comparte en el universo familiar, la aflicción se sobrelleva con más entereza y resignación. Primero, se comparten síntomas y se elaboran interpretaciones durante la evolución de los dolores; segundo, conocimientos sobre remedios, medicamentos y cuidados; y tercero, consejos sobre el modo de aliviar su desarrollo. Como en el siguiente caso de esta mariscadora, aliviada la espinhela caída con ayuda de su comadre María, curandera:

Aí ela rezou e no outro dia eu já amanheci melhor. Ficou tudo no lugar direitinho, ela verificou, não vomitei mais, aí pronto, melhorei. É quarenta dias de resguardo também... Enquanto ta rezando não pode pegar peso. Graças a Deus, depois desse dia eu não senti mais nada! [...] Quando eu botava o pé no chão é como se tivesse assim um negócio que me tivesse furando assim por dentro. Eu sentia uma dor aqui e nas costas! Foi uma cunhada minha e (meu filho) pra arrumar um transporte pra poder eu viajar. Quando eu cheguei lá eu andei tão devagar que eu não podia nem botar o pé no chão com a dor. Se não rezar a pessoa morre, porque encosta no fígado [...]. Quem disse que eu podia andar! Ela rezou, comadre Maria (curandeira) começou a rezar e, graças a Deus, até o dia de hoje! (E. mariscadora, CQ)

A pesar de que exista un modo de reconocer individualmente un dolor y de expresarlo como único, nadie es inmune al dolor ajeno. El dolor es mucho más que un conjunto de síntomas que se reflejan en distintas partes del cuerpo. Los dolores remiten a una cultura y a un modo de estar y relacionarse con los demás en el mundo ( Kleinman1994 Kleinman, Arthur. 1994. «Pain and resistance: the delegitimation and relegitimation of local worlds», en Marie Jo Delvecchio Good, Paul E. Brodwin, Byron J. Good y Arthur Kleinman (eds.), Pain as Human Experience. An Anthropological Perspective. Berkeley/Los Angeles/Londres: University of California Press: 169-197.). En la experiencia de los dolores sufridos por los mariscadores, todos comparten un universo cultural y social en el que los dolores evocan una historia - la de sus familias - y una posición jerárquica en la sociedad. Esta historia que el cuerpo recuerda en el contexto social de las comunidades remanescentes quilombolas y pesqueras del Baixo Sul remite al pasado como esclavo y a las experiencias de la marginación, la explotación y la desigualdad social. Los dolores son símbolos de su sufrimiento social y al mismo tiempo virtud de su resistencia ( Kleinman 1994 Kleinman, Arthur. 1994. «Pain and resistance: the delegitimation and relegitimation of local worlds», en Marie Jo Delvecchio Good, Paul E. Brodwin, Byron J. Good y Arthur Kleinman (eds.), Pain as Human Experience. An Anthropological Perspective. Berkeley/Los Angeles/Londres: University of California Press: 169-197.).

Los síntomas pueden aliviarse durante un tiempo, pero los dolores difícilmente se curan. Todos ellos saben que es una condición con la que hay que aprender a convivir y si, es posible, tratar. Una convivencia que no es desconocida porque han escuchado describir las causas y los efectos por parte de sus padres, parientes y vecinos. Son los dolores quienes les alertan de su frágil vitalidad, de la falta de una energía que el trabajo les arrancó y que las vitaminas que tomaron a lo largo de su vida son incapaces de reponer cuando alcanzan una edad avanzada.

Al mismo tiempo, el sufrimiento les recuerda moralmente lo que vencieron, resistieron y todavía les queda por luchar. A diferencia de la muerte y la finitud, los dolores hacen del cuerpo protesta y honor al trabajo. Los dolores dignifican a la persona que consiguió sobrevivir a las actividades del manglar, de las que se sienten orgullosos. Los sufrimientos de los mariscadores, a diferencia de los de agricultores y otras ocupaciones, los dignifican, por tratarse de un trabajo duro, pero al mismo tiempo autónomo, sin estar controlado por el propietario: Sou meu próprio patrão (Mq. mariscador, CQ). Los manglares no tienen patrones, al igual que la selva, pero sí dueña. Janaína, la diosa de las aguas en el candomblé de caboclo, a quien los antiguos pedían permiso para entrar en sus dominios, es la dueña del manglar.

É uma obrigação nossa pedir licença, porque a gente não faz nada, a gente já encontra. A gente quando nasce já encontra tudo nesse mundo. Então tem que ter muito respeito. A mesma coisa é o manguezal aí também. (N. mariscador, CQ)

Los mariscadores no se quejan del tipo de actividad sino de algunas de las condiciones de riesgo a las que se enfrentan. Alardean de sentirse bien y libres en el manglar, donde toman sus propias decisiones a la hora de gestionar su tiempo de trabajo. Comparan su actividad con la de los jornaleros que venden sus servicios a los propietarios de las haciendas y la rechazan quejándose del poco dinero que ganan, del tiempo que dedican y del control excesivo del patrón.

El discurso modernizador estigmatiza el trabajo del mariscador por ser una actividad vinculada con el mundo del barro y la humedad. Muchas personas han relatado las dificultades para encontrar pareja y suelen sentirse rechazados por mujeres y hombres que dicen que sus cuerpos hieden a barro. A pesar de que los que realizan esta actividad se lavan al salir del manglar y se bañan con el objetivo de eliminar cualquier rastro de barro, aquellos que no se dedican a esta actividad los marginan simbólicamente a partir del uso de metáforas olfativas. Estas metáforas, mucho más fuertes cuando se refieren al cuerpo que al ambiente de sus casas, ejercen una presión social significativa y una discriminación social y racial (fedor de mangue, fedor de nego de senzala).

Los dolores son primero sociales que físicos. Desde pequeño a un niño se le enseña que en su vida como mariscador va a afrontar períodos de carencia económica y rechazo social. Al mismo tiempo, el padre y la madre refuerzan el orgullo de ser una persona que sabe sobrevivir al manglar, un espacio que, al igual que la selva, da todo lo necesario para vivir. El manglar es un mundo al que hay que respetar y del que hay que aprender.

Hay dolores que producen perturbaciones e interrumpen temporalmente la actividad del trabajo en el manglar (espinhela caída 23 Este padecimiento popular es conocido como espinhela caída y solamente puede ser curado por un tipo de curandero conocido en esta región como reizador o reizadora ( Neiva 2011 ). En la comunidad quilombola y pesquera todavía hay personas que rezan este padecimiento. Existe el consenso de que si no es tratado a tiempo por el reizador o reizadora (rezas), y a base de medicina caseira (influsiones de amesca, reposo, emplastos) el trastorno podría agravarse y la xifoides desplazarse (arreia) hacia el hígado. Una vez apoyada en el hígado podría llegar a inflamarlo y, con el tiempo, rasgarlo con fuerza llegando a provocar heridas que producirían su perforación. Algunos curanderos consideran que la gastritis, la hepatitis y la tuberculosis son enfermedades ocasionadas por la presencia de sangre producida por ese tipo de perforación En ese último caso el afectado sería capaz de perder la vida. Relatos sobre muertes de espinhela caída se han contado en diversas ocasiones, destacando la incredulidad del afectado o la incompetencia médica por no saber reconocer este padecimiento., accidente, dor de coluna) originando padecimientos cuya narrativa sigue un orden semiológico y un proceso asistencial reconocido culturalmente. Por ejemplo, en una jornada de trabajo este mariscador se queja de los dolores lumbares:

Não tem como não sentir. Trabalha três horas seguidas, três horas e meia, quatro horas no mangue, envergado o tempo todo ali. Não tem como não sentir. Eu mesmo só agüento trabalhar hoje em dia três horas no mangue, porque se passar daí eu não agüento mais a dor na coluna. (Ma. mariscador, CQ)

Estos dolores se agudizan con la edad, como se reconoce el siguiente fragmento:

Eu quando chegar numa certa idade vou sofrer muito com esse negócio de coluna, pelo jeito... Devido a esse trabalho mesmo, porque esse trabalho só trabalha envergado. Mais de três horas eu não agüento mais. Só três horas de trabalho no mangue. Antigamente eu agüentava mais, mas também estava mais moderno. Mas hoje em dia devido a tantos anos de trabalho, eu já sinto alguma coisa. (Ma. mariscador, CQ)

Los dolores se intensifican en ciertas fases lunares, sobre todo en la conjunción lunar. En su fase llena o nueva los dolores son más intensos (lua forte) que cuando está menguando o creciendo (lua fraca). No pueden hacer nada para evitarlos, aunque sí algo para aliviarlos y paliar sus efectos a través de las prácticas de autoatención y automedicación. Tal y como nos cuenta esta curandera y mariscadora, en el modelo explicativo del proceso de enfermedad-salud-atención, la luna se invoca como parte de la curación de la espinhela caída: Reza três dias seguidos. «A lua cheia nasce do lado do mar, vem espinhela caída pra seu lugar». (Mr. curandera y mariscadora, CQ)

Las personas hablan poco de los dolores que padecen, con excepción del dor de coluna por tratarse de una queja constante relacionada con el exceso de la carga de peso. Suelen hablar más de lo que hacen para cuidarlos, pues tener dolor es actuar contra él. Otras enfermedades pueden suponer la interrupción definitiva de la actividad, como la presión alta, por ejemplo. En estos casos la normalización de un discurso de aceptación dependerá de la edad de la persona o de la historia familiar.

Cuando algunos adultos sufren incapacidades antes de tiempo deben esforzarse más en la individualización de su experiencia, por lo que buscan acontecimientos excepcionales que expliquen que la incapacidad haya llegado de manera prematura. Al no ser experiencias anticipadas culturalmente, el que sufre necesita elaborar un discurso lógico que adquiera sentido para continuar su vida en familia, en sociedad. No es posible continuar viviendo sin construir un futuro en el que sea el cuerpo y no el trabajo el que ocupe el locus de su discurso. Solo la evocación de un trabajo pasado que derrotó su cuerpo puede adquirir algún sentido que continúe dignificando su situación.

Eu não posso mais trabalhar em negócio de mangue, não posso me abaixar. Tem dias que a dor me ataca e eu não posso estar em pé lavando prato. Se eu lavar uma bacia de prato tenho que me sentar duas, três vezes pra descansar, pra relaxar e poder me levantar. Tem dias que eu não posso nem ficar em pé. (ME. mariscadora, CQ)

Las personas no se sienten responsables de estos dolores. No experimentan ninguna culpa porque consideran que no son evitables. Su condición social impide que puedan elegir otra cosa. Es lo que pueden y saben hacer. Es imposible evitar completamente los riesgos, aunque sí mitigarlos en función de las posibilidades e ideas de cada uno. De lo que sí se sienten responsables es de abandonar la atención a los dolores después de haber disminuido la intensidad del sufrimiento. Muchas veces he escuchado comentar que hay que aprender a convivir con ellos, soportando períodos de mayor intensidad con otros de menor fuerza. Sin embargo, no se puede escuchar demasiado al cuerpo porque se corre el riesgo de desatender el trabajo y, por tanto, comprometer su supervivencia y la de los que dependen de él.

La fuerza moral de las ideologías normalizadoras ( Becker 1997 Becker, Gay. 1997. Disrupted lives. How People Create Meaning in a Chaotic World. Berkeley: University of California Press.) que da sentido al universo de los dolores entre los mariscadores reside en el valor al trabajo. Extraer crustáceos es un trabajo digno, confiere libertad y autonomía al que lo practica, implica una gestión propia, es un trabajo autónomo en el que no hay propietario ni capataz que controle la jornada laboral. El valor que se le da al hecho de ser un trabajo duro, que requiere de gran esfuerzo poniendo en riesgo las habilidades y el conocimiento del mariscador, le confiere dignidad y le llena de orgullo. Un trabajo bien hecho dignifica y honra su persona, aunque al mismo tiempo lo condena a un futuro de dolor, inevitable y al mismo tiempo dignificante, no equiparable a otros dolores que no procedan de esta ocupación.

Más que un trabajo, mariscar representa sobrevivir al manglar con el coraje que supone afrontar todos los peligros, además del hecho que representa conseguir el alimento con el sudor de todo su cuerpo. Aunque esta configuración de dolores está relacionada principalmente con la actividad de mariscar, existen otros dolores corporales que expresan el mundo en el que viven y forman parte de sus padecimientos.

La persona que sufre sabe que poco puede hacer por su salud personal. El dolor corporal refleja el esfuerzo del trabajo y el agotamiento. Algunas personas comparan su experiencia a la sufrida por Jesucristo. Dicen estar resignadas a sufrir dolor y encuentran alivio rezando. Además de los rezos suelen buscar analgésicos para ayudarles a reducir la intensidad del dolor, aunque creen que los analgésicos, a diferencia de las oraciones, devuelven el dolor con mayor intensidad una vez dejan de tomarse y piensan que un consumo elevado de medicamentos llegaría a provocar otros problemas de salud como la gastritis. Por eso prefieren las inyecciones, cuyo efecto es inmediato y menos dañino para el estómago.

No existe un discurso que reconstruya una propuesta futura de normalidad, de regreso a una etapa anterior sin dolor. Una vez el dolor se ha instalado en el cuerpo, la tendencia es empeorar. Estas son algunas de las situaciones cuyos riesgos acaban transformándose en dolores crónicos: la humedad del lodo del manglar que entumece los huesos; el exceso de peso debido al transporte de crustáceos en sacos colocados en la cabeza y en los hombros que debilitan la espalda y cuello; el esfuerzo repetitivo de los dedos en pinza extrayendo carne del crustáceo para poder vender su carne que bloquea el movimiento de las manos; los cortes de ostras en los pies, las torceduras y caídas de las raíces de los árboles del manglar, las picaduras de insectos y mordidas de peces y serpientes que conllevan fracturas y heridas, a veces, con secuelas futuras; el uso de petróleo para embadurnar el cuerpo y evitar las picaduras de insectos que mata la raíz del vello, reseca la piel y puede producir cáncer de piel; la salinidad y el reflejo del sol en el agua de los ríos del manglar que provocan escozor en los ojos y perjudican la visión llegando a provocar cataratas; las uñas de los pies que se destrozan por el efecto del barro, los hongos y los golpes en las raíces. Como señala este mariscador: «Qual é a mulher que vai querer chegar no mangue - dessas meninas mais novas - chegar no mangue e estragar as unhas? Não vai, não tem como! Olhe que eu sou homem, minhas unhas, olhe pra aí! Destroi mesmo». (Mq. mariscador, CQ)

CONCLUSIONES

 

El sufrimiento intenso centrado en la región lumbar encarna la explotación de una vida cargando peso. Los mariscadores se refieren tanto al resultado de los productos que cargan -mariscos, leña, agua- como a los problemas que soportan durante su vida- explotación, carencia, pobreza y racismo. Resisten el dolor corporal excesivo, material y moralmente hablando, y configuran un lenguaje que bien sea como queja, contención o resignación, simboliza la carga de sobrevivir. Por un lado, tratan de aliviar esa carga activando procesos de autoatención y de cuidado que faciliten una mejor atención del dolor. Por el otro lado, elaboran un lenguaje que confiere sentido a la encarnación del dolor físico para situar al cuerpo en equilibrio con el mundo social. El manglar es el centro de este mundo, donde mariscar significa criar, cuidar, sustentar y alimentar a los hijos y la familia.

Debido a la degradación ambiental y la presión turística, los manglares están en riesgo y el mundo de los mariscadores también. Ante una situación de mayor vulnerabilidad, la manera que tienen de tratar, cuidar y resignificar los dolores está cambiando. Todavía padecimientos como la espinhela caída o el peito aberto son atendidos por rezadeiras y por ellos mismos, a través de rémedios caseiros. Sin embargo, la mayoría de las malestares y padecimientos que encarnan dolor físico son atendidos a través de la atención biomédica y la automedicación. A pesar de encontrar antiinflamatorios y analgésicos en la mayoría de las casas, existen pocos diagnósticos médicos que tomen en cuenta la dimensión social y cultural de esta experiencia, con alguna excepción, como en el caso del diagnóstico de artrosis en las rodillas, en la que los médicos atribuyen este problema a la frieza do mangue.

En conclusión, la experiencia de los dolores de hombres y mujeres dedicados a la actividad marisqueo nos ha permitido obtener una comprensión más rica y compleja de su mundo y del sufrimiento humano en comunidades afrodescendientes que sobreviven del manglar.

AGRADECIMIENTOS

 

Gracias a todas las personas que han compartido sus experiencias de dolor y su relación con el mundo del manglar y los mariscos.

NOTAS

 
1

El trabajo de campo contó con el apoyo de la fundación CAPES en 2010, en calidad de profesora visitante extranjera, y un permiso sabático de la Universidad de Barcelona durante el curso 2009-2010. A partir del año 2011 este trabajo se integró dentro del proyecto de investigación Saúde, Ambiente e Sustentabilidade de Trabalhadores de Pesca Artesanal de la Universidade Federal da Bahia (UFBA), coordinado por la profesora de epidemiología Rita Rego. La investigación ha contado con apoyo económico del proyecto y fuentes de financiación propias. El estudio etnográfico cuenta con la aprobación del comité de ética de ISC-UFBA (Registro CEP044-10/CEP-ISC).

2

El término de mariscadores en plural incluye hombres y mujeres Solamente cuando me refiera al género masculino en plural me referiré a los hombres mariscadores y al género femenino como mariscadoras.

3

El uso de la categoría de «pescadores artesanales» de modo entrecomillado es para referirme a la categoría oficial que incluye tanto a los pescadores como a los mariscadores. Esta misma categoría se utiliza en estudios epidemiológicos y clínicos. Advierto que la utilizaré sin entrecomillar para referirme exclusivamente al grupo de pescadores.

4

Con el cierre de este Ministerio y el traslado en 2015, en forma de Secretaría de Acuicultura y Pesca integrada en el Ministerio de Agricultura y, en 2017, en el Ministerio de Industria, las reestructuraciones de esta Secretaría han conllevado dificultades para acceder a datos sobre el volumen actual de la actividad pesquera artesanal. Desde el año 2015 el Registro General de Actividad Pesquera fue suspendido con el fin de regular y fiscalizar dicha actividad ( MICES 2018 MICES. Ministério da Indústria, Comércio Exterior e Serviços. 2018. Secretaria de Aquicultura e pesca regulariza autorizaçao temporária para pescador profissional artesanal. Disponible en: http://www.mdic.gov.br/index.php/noticias/3013-secretaria-de-aquicultura-e-pesca-regula-autorizacao-temporaria-para-pescador-profissional-artesanal . Fecha de acceso: 8/03/2018.).

5

Razones que se deben a: a) la desconfianza en la obtención de los beneficios prometidos (protección de la salud, seguro de pesca, etc.), al creer que sus aportaciones económicas mensuales serían objeto de corrupción; b) las dificultades de comprensión de los procedimientos burocráticos, al ser la mayoría analfabeta o analfabeta funcional; c) la falta de acceso a la información, por tratarse de comunidades alejadas de centros urbanos; y d) la falta de documentos en regla. Por ejemplo, para el registro se necesitaba del carnet de identidad, el carnet de elector con el sello de participación en la última votación, el carnet de residencia en el que constara el domicilio habitual, el carnet de identificación fiscal (CPF). Para un mariscador era fácil que en el momento en el que tomara la decisión de afiliarse a una cofradías de pescadores faltara alguno de estos carnets, bien porque se hubiera perdido, bien porque hubiese caducado.

6

En Brasil no existe jurídicamente un sistema de regulación formal de empleo de estos trabajadores y tampoco un registro de la carga de trabajo, riesgos y daños a la salud. Históricamente, los derechos de los trabajadores y de protección a la salud se han concebido solamente para los asalariados. A pesar de que los derechos de los pescadores artesanales en régimen de actividad familiar han sido incluidos en la Constitución Federal de 1988, no existen todavía políticas que garanticen el alcance de estos derechos en el ámbito de protección de la salud ( Pena, Freitas y Cardim 2011 Pena, Paulo Gilvane Lopes, Maria do Carmo Souza Freitas y Adryanna Cardim. 2011. «Trabalho artesanal, cadencias infernais e lesões por esforços repetitivos: estudo de caso em uma comunidade de mariscadeiras na Ilha de Maré, Bahia». Ciência & Saúde Coletiva, 16(8): 3383-3392. ).

7

Actualmente, en Brasil el Sistema Único de Salud (SUS) y la Red Nacional de Salud del Trabajador no garantizan el derecho universal de atención a la salud del trabajador no asalariado, entre los que se incluyen los mariscadores ( Pena, Martins y Rego 2013 Pena, Paulo Gilvane Lopes, Vera Martins y Rita de Cássia Franco Rêgo. 2013. «Por uma política para a saúde do trabalhador não assalariado: o caso dos pescadores artesanais e das marisqueiras». Revista Brasileira de Saúde Ocupacional, 38(127): 57-68.).

8

Estos estudios señalan la necesidad de visualizar esta realidad social para contribuir a la aplicación de programas adecuados de detección de riesgos y atención a los problemas de salud de este colectivo ( Pena, Martins y Rego 2013 Pena, Paulo Gilvane Lopes, Vera Martins y Rita de Cássia Franco Rêgo. 2013. «Por uma política para a saúde do trabalhador não assalariado: o caso dos pescadores artesanais e das marisqueiras». Revista Brasileira de Saúde Ocupacional, 38(127): 57-68.). El equipo de investigación liderado por Paulo Pena y Rita Rego, ambos profesores de medicina de la Facultad de Medicina de la UFBA, aportan resultados relevantes con la finalidad de potenciar que el SUS y la Red Nacional de Salud del Trabajador diseñen acciones de vigilancia de la salud del trabajador artesanal a través de revisiones médicas ocupacionales y el reconocimiento de las enfermedades relacionadas con esta ocupación.

9

Los primeros estudios epidemiológicos, clínicos y etnográficos señalan la necesidad de visualizar esta realidad social para contribuir a la aplicación de programas adecuados de detección de riesgos y atención a los problemas de salud de este colectivo ( Pena, Martins y Rego 2013 Pena, Paulo Gilvane Lopes, Vera Martins y Rita de Cássia Franco Rêgo. 2013. «Por uma política para a saúde do trabalhador não assalariado: o caso dos pescadores artesanais e das marisqueiras». Revista Brasileira de Saúde Ocupacional, 38(127): 57-68.). El equipo de investigación liderado por Paulo Pena y Rita Rego, ambos profesores de medicina de la Facultad de Medicina de la UFBA, aportan resultados relevantes con la finalidad de potenciar que el SUS y la Red Nacional de Salud del Trabajador diseñen acciones de vigilancia de la salud del trabajador artesanal a través de revisiones médicas ocupacionales y el reconocimiento de las enfermedades relacionadas con esta ocupación.

10

Comunidades afrodescendientes remanescentes cuyos derechos a la territorialidad y acceso a políticas afirmativas fueron reconocidos por el artículo 68 de la Constitución Federal del Brasil de 1988. La organización responsable por el proceso de reconocimiento jurídico de identificación es la Fundação Cultural Palmares ( Larrea-Killinger y Ruíz-Peinado, 2004 Larrea-Killinger, Cristina y José Luis Ruíz-Peinado. 2004. «Memoria y território quilombola em Brasil». Quaderns de l’Institut Català d’Antropologia. Sèrie monogràfics: Nacions versus Estats, 20: 191-216. ).

11

Los salarios mínimos mensuales estaban en 510 reales en 2010, 788 reales en 2015, 937 reales en 2017 y 1045 reales en 2020 (consultado en < https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Salario_m%C3%ADnimo_en_Brasil >). En el año 2010, la renta media mensual de los mariscadores de CQ era entre 100 y 250 reales. Transcurridos 10 años, en CP un mariscador gana de sueldo medio entre 800 y 900 reales y una mariscadora entre 600 y 700 reales.

12

La Bolsa Família, transferencia de renta del Gobierno Federal,y el Cheque solidário distribuido por el ayuntamiento de Cairu como compensación a causa de la explotación de la planta marítima de gas natural. Este último beneficio se dejó de recibir el año 2015.

13

Existen otros datos publicados. Por ejemplo, el Ministério de Desenvolvimento Agrário (MDA, 2010) publicó a partir de datos de FUNASA (Fundação Nacional de Saúde) que la Vila de Monte Alegre, comunidad quilombola certificada el 12 de mayo de 2006 tenía una población de doscientos cincuenta habitantes distribuidos en veintisiete familias. El Sistema de Atención Básica (SIAB) agrupaba esta y otra comunidad en un censo único y cifraba la totalidad de habitantes en cuatrocientas cuarenta personas distribuidas en ciento veinticuatro familias ( Cunha 2013 Cunha, Gabriel Muricy. 2013. Prevalência da Infecção por Entereoparasitas e sua relação com as condições socioeconômicas e ambientais em comunidades extrativistas do município de Cairu- Bahia. Salvador: UFBA. Dissertação de mestrado do Programa de Saúde, Ambiente e Trabalho.).

14

El régimen de propiedad es herencia de la etapa colonial, Históricamente fue un territorio cuyo régimen de hacienda se basaba principalmente en la producción de azúcar y más tarde de cacao.

15

Conjunto de conocimientos y prácticas relacionadas con la extracción de moluscos y mariscos en manglares que se transmiten generacionalmente a nivel familiar y cultural, así como su preparación, excluyendo la pesca de camarones por arrastre y cualquier actividad de cultivo, como por ejemplo el de ostras y camarones (maricultura).

16

En otros trabajos etnográficos ubicados en la Ilha de Maré, cerca de la ciudad de Salvador, se ha observado que es la mariscadora la que lleva a cabo todo el trabajo productivo, desde ir al manglar hasta transportar los mariscos, limpiarlos, precocinarlos, desmenuzar su carne y venderlos ( Freitas et al 2012 Freitas, Maria do Carmo Soares, Maria Cecilia de Souza Minayo, Paulo Gilvane Lopes Pena y Neuza María Miranda dos Santos. 2012. «Un ambiente enfermo: significados de la contaminación industrial en la Isla de Maré, Bahía, Brasil». Desacatos, 39(12): 73-88. ). En la comunidad pesquera es mariscador o mariscadora quien se involucra en esta actividad. Tanto quien va al manglar como quien extrae la carne se identifican del mismo modo.

17

En el año 2010 una docena de cangrejos enteros se vendía por 15 reales en la estación de verano y entre 10 y 12 reales en invierno. Un kilo de cangrejo catado se vendía por 20 reales (se necesitan una docena de cangrejos para conseguir un kilo de catado). En 2015, en la comunidad pesquera el producto final variaba entre 27 y 30 reales. En el año 2017 ya se pagaban 30 reales por un kilo de catado. Pasados tres años, el precio de venta de un kg. de marisco oscilaba entre los 30 y 35 reales, mientras que para el de siri era de 30 reales y el de aratú 28. Cuando la mariscadora realiza este trabajo para otra persona que no es su marido recibe el crustáceo lavado y precocinado, siendo peor el precio que recibe como los 7 reales por kg. catado, En noviembre de 2020 el cambio euro-real brasileño-euro está en 6,3 reales 1 euro; en noviembre de 2017 estaba a 3,8 reales: en noviembre de 2015 a 4,08 reales; y en 2010 a 2,22 reales (evolución histórica de la conversión consultada en < https://br.investing.com/currencies/eur-brl-historical-data >).

18

Padecimiento tratado por medicina caseira (autoatención que consiste en reposo, rezos y manipulación del cuerpo), como la espinhela caída.

19

Padecimientos que se relacionan con los problemas de lumbago.

20

Las enfermedades infectocontagiosas han tendido a disminuir, según datos del año 2001 recogidos en Sistema de Informações de Agravos de Notificação (SINAN/SESAB-DICS), en la región del Baixo Sul. Las enfermedades prevalentes, por orden de importancia, son las enfermedades del aparato circulatorio y la diabetes mellitus tipo II ( Fischer 2007 Fischer, Fernando (org.). 2007. Baixo Sul da Bahia: uma proposta de desenvolvimento territorial. Salvador: Universidade Federal da Bahia, Centro Interdisciplinar de Desenvolvimento e Gestão Social. ). Según me confirmaron ambos equipos sanitarios de los centros de salud que atienden las comunidades analizadas, los problemas de hipertensión y diabetes son los más prevalentes.

21

Emocionalmente, uno de los problemas que más preocupa en las comunidades en las que se realizó el estudio es el nervoso. Contamos con diversos estudios antropológicos sobre este padecimiento en Brasil, entre los que destacan los trabajos de Rabelo y Souza (2003) Rabelo, Miriam e Iara Souza. 2003. «Temporality and experience: on the meaning of nervoso in the trajectory or urban working-class women in Northeast Brazil». Ethnography, 4(3): 333-361. , Scheper-Hughes (1997) Scheper-Hughes, Nancy. 1997. La muerte sin llanto. Violencia y vida cotidiana en Brasil. Barcelona: Ariel..

22

Esta dolencia, conocida también como derrame, y vinculada a los problemas de hipertensión, está extendiéndose cada vez más como una experiencia nueva en estas comunidades. La narrativa que da sentido a esta enfermedad es ambivalente y poco específica. Reconocida como un problema procedente del exterior, afecta a personas seniles que las devuelve al mundo de la infancia con la pérdida del habla e incluso el sentido. Al no poderse comunicar con el enfermo, sus familiares lo cuidan como a un bebé. El cuidado, y no la cura, es el principal foco de autoatención. Es una enfermedad que se reza, para poder devolver el habla, y se atiende a base de remedios tradicionales como la infusión de la planta llamada cravo de difunto y la infusión elaborada con el nido abandonado del pájaro garriça.

23

Este padecimiento popular es conocido como espinhela caída y solamente puede ser curado por un tipo de curandero conocido en esta región como reizador o reizadora ( Neiva 2011 Neiva, Anselmo de Souza. 2011. «Espinhela caída: um estudo de caso na cidade de Cotia, SP». Educação, Gestão e Sociedade: revista da Faculdade Eça de Queiros, 1(2). Diponible en < http://www.faceq.edu.br/regs >. Fecha de acceso: 15/09/2015.). En la comunidad quilombola y pesquera todavía hay personas que rezan este padecimiento. Existe el consenso de que si no es tratado a tiempo por el reizador o reizadora (rezas), y a base de medicina caseira (influsiones de amesca, reposo, emplastos) el trastorno podría agravarse y la xifoides desplazarse (arreia) hacia el hígado. Una vez apoyada en el hígado podría llegar a inflamarlo y, con el tiempo, rasgarlo con fuerza llegando a provocar heridas que producirían su perforación. Algunos curanderos consideran que la gastritis, la hepatitis y la tuberculosis son enfermedades ocasionadas por la presencia de sangre producida por ese tipo de perforación En ese último caso el afectado sería capaz de perder la vida. Relatos sobre muertes de espinhela caída se han contado en diversas ocasiones, destacando la incredulidad del afectado o la incompetencia médica por no saber reconocer este padecimiento.

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