Disparidades. Revista de Antropología 76 (2)
julio-diciembre 2021, e021
eISSN: 2659-6881
https://doi.org/10.3989/dra.2021.021

VULNERABILIDAD SOCIOCULTURAL EN CONTEXTOS DE CRIANZA: RETOS TEÓRICOS Y PROPUESTA ANALÍTICA*Este artículo es resultado del proyecto de investigación I+D Crianza, desamparo y vulnerabilidad sociocultural. Análisis situacional y propuestas de intervención (CSO2017-83101-C2-1-R), financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. IPs: Jorge Grau y Anna Piella

SOCIOCULTURAL VULNERABILITY IN PARENTING CONTEXTS. THEORETICAL CHALLENGES AND ANALYTICAL PROPOSAL

Jorge Grau Rebollo

Departamento de Antropología Social y Cultural. Universitat Autònoma de Barcelona

https://orcid.org/0000-0003-2709-8696

Anna Piella Vila

Departamento de Antropología Social y Cultural. Universitat Autònoma de Barcelona

https://orcid.org/0000-0002-4517-9556

Aurora González Echevarría

Departamento de Antropología Social y Cultural. Universitat Autònoma de Barcelona

https://orcid.org/0000-0001-6172-3956

María Valdés Gázquez

Departamento de Antropología Social y Cultural. Universitat Autònoma de Barcelona

https://orcid.org/0000-0001-6526-761X

RESUMEN

La naturaleza multidimensional de la vulnerabilidad sociocultural, unida al carácter sectorial de la mayoría de los estudios realizados hasta el momento, dificulta enormemente una aproximación verdaderamente comprehensiva a los contextos de crianza vulnerable, en buena medida debido a la carencia de una delimitación analítica precisa que articule los diversos tipos y niveles de vulnerabilidad que convergen en dicho ámbito.

En este artículo nos proponemos identificar los principales retos de carácter teórico y metodológico a los que nos enfrentamos en la investigación antropológica sobre este fenómeno. Para ello comenzamos por ofrecer un panorama de las aproximaciones al estudio de la vulnerabilidad en Antropología y otras Ciencias Sociales del que se deducen tales retos. A partir de esta revisión bibliográfica, de los resultados del proyecto anterior del grupo de investigación y de los trabajos etnográficos en curso, hacemos una propuesta analítica que constituye un marco genérico pensado para que futuras investigaciones etnográficas puedan aproximarse de forma más integrada al campo, facilitando una identificación más adecuada de riesgos, recursos de afrontamiento y líneas efectivas de ayuda a población vulnerable.

PALABRAS CLAVE: 
Vulnerabilidad sociocultural; Crianza; Infancia; Contextos y Situaciones de vulnerabilidad.
ABSTRACT

The multi-dimensional nature of sociocultural vulnerability, along with the sectoral nature of most academic studies carried out so far makes a truly comprehensive ethnographic approach to vulnerable parenting contexts seriously difficult, largely due to the lack of a precise analytical definition which may allow to articulate the various types and levels of vulnerability that converge in that area.

In this paper we try to identify major theoretical and methodological challenges in the anthropological research on this phenomenon. Thus, we begin by offering an overview of the approaches to the study of vulnerability in Anthropology and other Social Sciences from which such challenges are deduced. Based on this bibliographic review, the results of a previous study carried out by our research group and the ethnographic works in progress, we propose an analytical proposal thought as a generic framework to allow future research to more articulately approach ethnographic fieldwork, thus facilitating a more adequate identification of risks, coping resources and effective lines of support to vulnerable population.

KEYWORDS: 
Sociocultural Vulnerability; Parenting; Childhood; Contexts and Situations of Vulnerability.

Recibido: 30 de octubre de 2019; Aprobado: 29 de noviembre de 2020.

Cómo citar este artículo / Citation: Grau Rebollo, Jorge, Anna Piella Vila, Aurora González Echevarría y María Valdés Gázquez. 2021. “Vulnerabilidad sociocultural en contextos de crianza: retos teóricos y propuesta analítica”. Disparidades. Revista de Antropología 76(2): e021. doi: <https://doi.org/10.3989/dra.2021.021>.

CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN

 

Una rápida revisión a las métricas de publicación científica en los últimos 20 años revela que el interés por el estudio de situaciones y condiciones de vulnerabilidad en entornos socioculturales ha ido ganando peso en el panorama académico y, específicamente, ha experimentado un claro ascenso en la última década. Si tomamos a Scopus1Véase <https://www.scopus.com, una «[B]ase de datos propiedad de la empresa Elsevier que contiene 18.000 revistas publicadas por más de 5000 editores internacionales» <https://www.fecyt.es/es/recurso/scopus>. como botón de muestra, en el conjunto de disciplinas científicas con publicaciones indexadas en su repositorio el término «vulnerability» aparece en títulos, resúmenes o palabras clave un total de 19283 veces en el decenio 1997-2007, elevándose esa cifra a 66305 en el período 2008-2020, lo que supone un incremento del 243,85% 2 En lo que refiere a la producción de tesis doctorales, en el período 2008/2009 - 2018/2019 se han defendido en España 124 tesis doctorales que incluyen en su título la palabra «vulnerabilidad», frente a sólo 44 en el período 1997/1998 - 2007/2008, es decir: un incremento del: 181,82%.
Si cerramos aún más el foco en el ámbito disciplinar de la Antropología Social y Cultural, fijándonos en la divulgación científica en congresos durante los últimos 5 años, observamos que entre 2014 y 2016 un total de 9 comunicaciones y 1 simposio incluyeron la palabra «vulnerabilidad», mientras que entre 2017 y 2018 lo hicieron 20 comunicaciones y 4 simposios: un incremento del 122,22% en comunicaciones y un 300% en simposios. (Datos basados en títulos de comunicaciones y simposios presentados a los congresos de Antropología de la FAAEE, AIBR y EASA durante el mencionado período).
.

Parece, pues, evidente que la atención hacia la vulnerabilidad ha ganado un peso considerable en el panorama académico, como también lo ha hecho en el mediático (Grau Rebollo 2020), viéndose arrastrada también al epicentro del debate político (Bankoff y Frerks 2013Bankoff, Greg y Georg Frerks. 2013. Mapping Vulnerability: Disasters, Development and People. Londres: Routledge.). Una revisión detenida de la bibliografía generada en la última década apunta hacia los efectos de la gran crisis financiera y económica que estalló en 2008 como detonante último de esta situación (Laparra y Pérez Eransus 2012Laparra, Miguel y Begoña Pérez Eransus (eds.). 2012. Crisis y fractura social en Europa Causas y efectos en España. Barcelona: La Caixa, Área de Becas y Estudios Sociales, Obra Social.; Navarro y Clua-Losada 2012Navarro, Vicenç y Mónica Clua-Losada. 2012. El impacto de la crisis en las familias y en la infancia: observatorio social de España. Barcelona: Ariel.; Tezanos et al. 2013Tezanos, José Félix, Eva Sotomayor, Rosario Sánchez Morales et al. 2013. En los bordes de la pobreza: las familias vulnerables en contextos de crisis. Madrid: Biblioteca Nueva. ). A grandes rasgos, esto ha obedecido fundamentalmente al aumento exponencial de la exposición a situaciones de fragilidad debido a la diversificación de contextos en los cuales la precarización laboral y la erosión de redes formales e informales de apoyo han reducido y debilitado los mecanismos de afrontamiento, convergiendo en una tormenta perfecta de indefensión: deterioro de ingresos directos, con la consiguiente dificultad de acceso a recursos materiales básicos, y merma de la capacidad pública de provisión en esas áreas a causa de fuertes reducciones presupuestarias (Fernández García y Andrés Cabello 2017Fernández García, Tomás y Sergio Andrés Cabello. 2017. «El estado de bienestar en España en un escenario de crisis sistémica». Sistema: Revista de Ciencias Sociales 245: 3-16.).

Sin embargo, y pese a los mencionados incrementos, un examen atento de la literatura resultante arroja problemas teóricos y metodológicos relevantes en la aproximación académica al estudio de la vulnerabilidad, especialmente desde la perspectiva sociocultural. En primer lugar, la propia definición del término en su acepción teórica, más allá de su valor heurístico, revela un cierto carácter difuso. Dicha indefinición obedece, en nuestra opinión, a la confluencia de varios factores:

  1. La asociación reiterada de vulnerabilidad a condiciones objetivas de pobreza, precariedad material o exclusión social, conforme a tablas e indicadores como el umbral de pobreza o la renta per cápita. De este modo, tanto la pobreza como la exclusión social suelen abordarse desde supuestos (implícitos o explícitos) de exposición estructural o coyuntural al riesgo, que constituyen la naturaleza última de la condición vulnerable. De hecho, como se evidencia en numerosas publicaciones, esta asociación se proyecta sobre ámbitos sociales diversos y, a menudo, complementarios: salud, educación, acceso a la vivienda, etc. Aunque los perfiles implicados en pobreza y exclusión no necesariamente coinciden, con frecuencia aparecen estrechamente vinculados (Busso 2005Busso, Gustavo. 2005. «Pobreza, exclusión y vulnerabilidad social. Usos, limitaciones y potencialidades para el diseño de políticas de desarrollo y de población». VIII Jornadas Argentinas de Estudios de Población. Tandil: Buenos Aires.; Subirats et al. 2004Subirats, Joan, Clara Riba, Laura Giménez, Anna Obradors, Maria Giménez, Dídac Queralt, Patricio Bottos y Anna Rapoport. 2004. Pobreza y exclusión social: Un análisis de la realidad española y europea. Barcelona: Fundación La Caixa.; Martínez Veiga 1999Martínez Veiga, Ubaldo. 1999. Pobreza, segregación y exclusión espacial: la vivienda de los inmigrantes extranjeros en España. Barcelona: Icaria Editorial.).

  2. La complejidad de identificar contextos y perfiles que escapan a estos indicadores objetivos, por ejemplo, entre sectores de población que experimentan una devaluación de sus condiciones de vida que acentúa su percepción de vulnerabilidad -o incluso hace que aflore-, requiriéndose nuevos enfoques y conceptos que permitan aproximar esta realidad emergente en toda su complejidad.

  3. En esta misma línea, la carencia de elementos subjetivos de percepción de vulnerabilidad en la elaboración de dichos indicadores.

  4. El carácter acentuadamente contextual de las condiciones de precariedad y escenarios de exposición.

  5. La superposición analítica de dos niveles distintos, aunque complementarios: la determinación de riesgos y su consumación de facto; es decir: por un lado, la elucidación de elementos que, por concurrencia y en grado distinto, pueden acabar determinando la fragilidad a que se exponen determinados individuos y colectivos bajo ciertas condiciones, y, por otro, la situación en que dichos colectivos y personas se encuentran una vez han sucumbido a dichos elementos.

  6. El carácter multidimensional de todos estos riesgos, así como de las consecuencias de su impacto en amplios sectores sociales.

  7. La dificultad de elaborar indicadores precisos que conjuguen adecuadamente la diversidad inherente a las situaciones de riesgo con la precisión de contextos específicos de exposición.

En definitiva, aunque la pobreza es uno de los principales factores desencadenantes de la vulnerabilidad y la exposición estructural o coyuntural al riesgo, reducir los índices de vulnerabilidad a los de pobreza:

  • Supone la superposición analítica de dos niveles distintos, aunque complementarios: la determinación de riesgos y su consumación de facto.

  • Excluye los elementos subjetivos de percepción de vulnerabilidad.

  • Encubre la complejidad de identificar contextos y perfiles que escapan a estos indicadores objetivos.

El carácter acentuadamente contextual de las condiciones de precariedad y de los escenarios de exposición y el carácter multidimensional de todos estos riesgos, así como de las consecuencias de su impacto en amplios sectores sociales, hace necesario elaborar indicadores precisos que conjuguen adecuadamente la diversidad inherente a las situaciones de riesgo con la precisión de contextos.

Otras dificultades surgen de la emergencia de nuevos grupos sociales potencialmente vulnerables como resultado directo de nuevas formas de convivencia y relacionalidad familiar3Entendemos por familia el «enclave social básico a nivel relacional que constituye el ámbito principal para la crianza y enculturación de menores y en el que se generan las relaciones primarias de parentesco» (Grau Rebollo 2018) que no necesariamente coincide con el conjunto de parientes que comparten una misma residencia (unidad doméstica), ni se asimila a una conformación concreta de la misma (e. g. familia nuclear)., así como de la conveniencia de conocer con más detalle la situación de colectivos y personas que no se encuentran en situaciones tradicionalmente consideradas de riesgo en el ámbito del cuidado, pero que pueden estar en situaciones vulnerables, particularmente en escenarios de crianza, atendiendo al carácter especialmente sensible de la infancia y de los hogares con hijos (Clua-Losada y Sesé 2012Clua-Losada, Mónica y Albert Sesé. 2012. «Situación y respuestas desde las administraciones públicas y el tercer sector a la infancia en riesgo de esclusión social a partir de la crisis». En Vicenç Navarro y Mónica Clua-Losada (eds.), El impacto de la crisis en las familias y en la infancia: 139-202. Barcelona: Ariel.; Fernandes-Alcantara 2011Fernandes-Alcantara, Adrienne. 2011. «Vulnerable Youth: Background and Policies». En Dierk Neumann (Ed.), Vulnerable and Disconnected Youth: Background and Policies: 161-221. Nueva York: Congressional Research Service. Nova Science Publishers, Inc. ; Ferriss 2006Ferriss, Abbott L. 2006. «Social Structure and Child Poverty». Social Indicators Research 78(3): 453-472. doi: <https://doi.org/10.1007/s11205-005-1606-7>.; McDonald et al. 2009McDonald, Lynn, Tammy Conrad, Anna Fairtlough et al. 2009. «An Evaluation of a Groupwork Intervention for Teenage Mothers and Their Families». Child and Family Social Work 14(1): 45-57. doi: <https://doi.org/10.1111/j.1365-2206.2008.00580.x>.).

Nuestro objetivo en este artículo es doble: por un lado, determinar los principales retos teóricos a los que se enfrenta la investigación antropológica sobre vulnerabilidad sociocultural en contextos de crianza y, por otro, articular una propuesta analítica genérica que contemple el ensamblaje de agentes y escenarios relevantes a partir de los cuales los trabajos de campo específicos puedan alumbrar con mayor precisión tanto la condición específica de la vulnerabilidad en ese contexto como la existencia de eventuales recursos y estrategias de afrontamiento asociadas a la crianza. Partimos para ello de una revisión bibliográfica de las fuentes más relevantes para el ámbito abordado, de una conceptualización transdisciplinar de la parentalidad, y del apoyo empírico proporcionado por diversos trabajos de campo en marcha desde el seno del proyecto ejecutados conjuntamente por investigadores/as de diversos ámbitos: Antropología Social y Cultural, Antropología Física, Comunicación Audiovisual, Trabajo Social y Psicología.

Pero para ello es necesario detenerse antes en el camino recorrido por investigaciones precedentes en el ámbito que nos ocupa.

2. APROXIMACIONES AL ESTUDIO DE LA(S) VULNERABILIDAD(ES) EN ANTROPOLOGÍA Y CIENCIAS SOCIALES

 

Un factor común a buena parte de la literatura que aborda la vulnerabilidad social desde una perspectiva social y cultural estriba en el reconocimiento de su carácter complejo y multidimensional por cuanto «[…] se define siempre en relación con algún tipo de amenaza, sean eventos de origen físico como sequías, terremotos, inundaciones o enfermedades, o amenazas antropogénicas como contaminación, accidentes, hambrunas o pérdida del empleo» (Ruiz Rivera 2012: 63Ruiz Rivera, Naxheli. 2012. «La definición y medición de la vulnerabilidad social. Un enfoque normativo». Investigaciones Geográficas (Mx) 77: 63-74.). Esta exposición al riesgo puede darse por una concurrencia de factores personales, contextuales (asociados al caso concreto) o sistémicos (e. g. crisis financieras, catástrofes naturales, etc.) y su abordaje requiere la consideración de estos distintos niveles de aproximación al problema.

Es en esta línea que Gustavo Busso, señala que:

La noción de vulnerabilidad es entendida como un proceso multidimensional que confluye en el riesgo o probabilidad del individuo, hogar o comunidad de ser herido, lesionado o dañado ante cambios o permanencia de situaciones externas y/o internas. La vulnerabilidad social de sujetos y colectivos de población se expresa de varias formas, ya sea como fragilidad e indefensión ante cambios originados en el entorno, como desamparo institucional desde el Estado que no contribuye a fortalecer ni cuida sistemáticamente de sus ciudadanos; como debilidad interna para afrontar concretamente los cambios necesarios del individuo u hogar para aprovechar el conjunto de oportunidades que se le presenta; como inseguridad permanente que paraliza, incapacita y desmotiva la posibilidad de pensar estrategias y actuar a futuro para lograr mejores niveles de bienestar. (2001: 8Busso, Gustavo. 2001. «Vulnerabilidad social: nociones e implicancias de políticas para Latinoamérica a inicios del siglo XXI». En Las diferentes expresiones de la vulnerabilidad social en América Latina y el Caribe: 39. Santiago de Chile: Naciones Unidas - Comisión Económica para América Latina y El Caribe - Cepal. )

En la determinación del carácter coyuntural o estructural de esta exposición, Nicolas Sirven señala que: «[…] un enfoque interesante consiste en utilizar una definición operativa del concepto que pueda aplicarse a diversos temas de análisis en varias disciplinas (economía, sociología, ciencias naturales, etc.)» (2007: 17Sirven, Nicolas. 2007. «De la pauvreté à la vulnérabilité: Évolutions conceptuelles et méthodologiques». Mondes en d{é}veloppement 35(4): 9-24. doi: <https://doi.org/10.3917/med.140.0009>.). Para ello, subraya la multiplicidad de métodos de evaluación del grado de vulnerabilidad4Entre los que se cuenta incluso una función definida por White et al. (2004) y que establece que la vulnerabilidad es el resultado de dividir la exposición entre la capacidad de reacción?; estos métodos suelen reducirla a entornos de pobreza y privación material., haciéndose eco de la naturaleza gradacional del concepto, así como de su carácter relativo. En este sentido, ya los trabajos de Amartya Sen (1992)Sen, Amartya. 1992. Inequality Reexamined. Nueva York; Oxford: Russell Sage Foundation, Clarendon Press. o Caroline Moser (1998)Moser, Caroline. 1998. «Reassessing Urban Poverty Reduction Strategies: the Asset Vulnerability Framework». World Development 26(1): 1-19. apuntan hacia un conglomerado de posibles limitaciones en el acceso a activos sociales (tanto bienes como servicios) y que pueden debilitar la capacidad de afrontamiento de población potencialmente vulnerable ante dificultades de orden diverso, especialmente entre las capas económicamente más deprimidas de la sociedad (González, Ortecho y Molinatti 2013González, Leandro, Mariana Ortecho y Florencia Molinatti. 2013. «Desde la vulnerabilidad a la movilidad social, con una mirada decolonial». Estudios 30: 177-196.).

Dando un paso más allá en este sentido, estudios como el de Singh, Eghdami, y Singh (2014)Singh, Sapam, Mohammed Eghdami y Sarbjeet Singh. 2014. «The Concept of Social Vulnerability: A Review from Disasters Perspectives». International Journal of Interdisciplinary and Multidiscipli nary Studies 1(6): 71-82. doi: <http://www.ijims.com/uploads/2a1a7b4810a19951ea42z10.pdf>. no refieren la vulnerabilidad como un factor objetivo sino más bien como un componente interno de riesgo: «En otras palabras, la vulnerabilidad representa la susceptibilidad o predisposición física, económica, política o social de una comunidad a sufrir daños ante un fenómeno desestabilizador de origen natural o antropogénico» (2014: 71Singh, Sapam, Mohammed Eghdami y Sarbjeet Singh. 2014. «The Concept of Social Vulnerability: A Review from Disasters Perspectives». International Journal of Interdisciplinary and Multidiscipli nary Studies 1(6): 71-82. doi: <http://www.ijims.com/uploads/2a1a7b4810a19951ea42z10.pdf>.). De este modo, nos encontramos ante un concepto no solo multidimensional, sino también multifactorial que distingue, de un lado, factores sociales estructurales y necesidades específicamente familiares -a determinar en cada caso- (Pérez de Armiño 2006Pérez de Armiño, Karlos. 2006. «Vulnerabilidad». Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo. <http://www.dicc.hegoa.ehu.es/listar/mostrar/228>. Fecha de acceso 23 de febrero de 2017.) y, de otro, riesgos exógenos a la persona y capacidad endógena de afrontamiento (Sánchez-González y Egea-Jiménez 2011: 158Sánchez-González, Diego y Carmen Egea-Jiménez. 2011. «Enfoque de vulnerabilidad social para investigar las desventajas socioambientales: Su aplicación en el estudio de los adultos mayores». Papeles de población 17(69): 151-185. <http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-74252011000300006>.). De la forma en que se encuentre cada persona o colectivo en cada contexto en concreto resultará, pues, la determinación de su grado de vulnerabilidad. Así, recientemente la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se ha referido a los grados de vulnerabilidad en los siguientes términos:

En este contexto, la vulnerabilidad puede definirse como la capacidad disminuida de una persona o un grupo de personas para anticiparse, hacer frente y resistir a los efectos de un peligro natural o causado por la actividad humana, y para recuperarse de los mismos. Es un concepto relativo y dinámico. La vulnerabilidad casi siempre se asocia con la pobreza, pero también son vulnerables las personas que viven en aislamiento, inseguridad e indefensión ante riesgos, traumas o presiones […] La exposición de las personas a riesgos varía en función de su grupo social, sexo, origen étnico u otra identidad, edad y otros factores. Por otra parte, la vulnerabilidad puede adoptar diferentes formas. (2017Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. 2017. «¿Qué es la vulnerabilidad?». IFRC. <http://www.ifrc.org/es/introduccion/disaster-management/sobre-desastres/que-es-un-desastre/que-es-la-vulnerabilidad/>. Fecha de acceso 23 de febrero de 2017.)5<https://www.ifrc.org/es/introduccion/disaster-management/sobre-desastres/que-es-un-desastre/que-es-la-vulnerabilidad>.

Sería, pues, esperable que un fenómeno complejo y multidimensional se abordara desde perspectivas disciplinares distintas, aunque complementarias, que permitiesen ofrecer una mirada integral del problema. Sin embargo, predominan en la literatura especializada estudios sectoriales que desarrollan investigaciones detalladas que enfatizan, según el caso, aspectos médicos, económicos, mediáticos o sociales en base a indicadores no siempre coincidentes entre esta diversidad de estudios. Sin ánimo de llevar a cabo una revisión exhaustiva de las fuentes especializadas al respecto, sí conviene examinar algunas de las publicaciones más relevantes en el ámbito de la vulnerabilidad social realizadas desde las Ciencias Sociales, especialmente en lo que refiere a entornos de crianza.

Sin duda, la Economía es una de las áreas donde el interés por la vulnerabilidad (entendida generalmente en un sentido muy próximo a la pobreza) se ha hecho más patente. En este campo podemos encontrar desde aportaciones de referencia a propósito de la desigualdad (Sen 1992Sen, Amartya. 1992. Inequality Reexamined. Nueva York; Oxford: Russell Sage Foundation, Clarendon Press.; Sen y Brundtland 1999Sen, Amartia y Gro Harlem Brundtland. 1999. Romper el ciclo de la pobreza Invertir en la infancia. <https://www.oei.es/historico/inicial/articulos/invertir_infancia.pdf>.), hasta la propuesta de depuración de indicadores precisos de pobreza, pasando por estudios sobre la feminización de la misma, la incidencia de la crisis en la exclusión social familiar, la economía de la salud o los cuidados (Carrasco, Borderías y Torns 2011Carrasco, Cristina, Cristina Borderías y Teresa Torns (eds.). 2011. El trabajo de cuidados. Historia, teoría y políticas. Madrid: Los Libros de la Catarata.). Se ha puesto especial interés en esta disciplina en la definición de perfiles de pobreza atendiendo a su perdurabilidad, fijándose en hogares en función del perfil de sustentador principal y la presencia de menores en el hogar (Cantó, Gradín y del Río 2012Cantó, Olga, Carlos Gradín y Coral del Río. 2012. «Pobreza Crónica, Transitoria y Recurrente en España». Revista de Economia Aplicada 20(58): 69-94.). Entre los colectivos más afectados se ha señalado a población inmigrante (Mahía y De Arce 2014Mahía, Ramón y Rafael De Arce. 2014. Pobreza de la población extranjera en España.Anuario CIDOB de la Inmigración. Barcelona. <https://www.raco.cat/index.php/AnuarioCIDOBInmigracion/article/view/287325. Acceso el 29 de octubre de 2019>.) y a familias monoparentales (Ayala Cañón 2014Ayala Cañón, Luis. 2014. Desigualdad y pobreza en España en el largo plazo. VII Informe sobre exclusión y desarrollo social en España. Madrid: Fundación FOESSA.; Ayllón 2009Ayllón, Sara. 2009. «Poverty and Living Arrangements Among Youth in Spain, 1980-2005». Demographic Research, 20(17), 403-434. doi: <https://dx.doi.org/10.4054/DemRes.2009.20.17>., 2015Ayllón, Sara. 2015. Infància, pobresa i crisi econòmica. Barcelona: Obra Social «La Caixa». ). Con todo, algunos autores consideran que el concepto de vulnerabilidad no está bien desarrollado en el terreno económico debido al interés predominante en la métrica de indicadores en términos básicamente monetarios (Alwang et al. 2001Alwang, Jeffrey, Paul Siegel y Steen Jorgensen.2001. Vulnerability: a View from Different Disciplines. Social Protection Unit Human Development Network The World Bank, Washington, D.C. <http://siteresources.worldbank.org/SOCIALPROTECTION/Resources/SP-Discussion-papers/Social-Risk-Management-DP/0115.pdf>. Fecha de acceso: 29 oct. 2019.) y alertan respecto a la dificultad de establecer mediciones precisas del bienestar social (Peña-Trapero 2009Peña-Trapero, Bernardo. 2009. «La medición del Bienestar Social: una revisión crítica». Estudios de Economía Aplicada 27(2): 299-324.).

Desde la Sociología se ha generado un corpus considerable de estudios e informes que relacionan estrechamente vulnerabilidad y pobreza (Tezanos et al. 2013Tezanos, José Félix, Eva Sotomayor, Rosario Sánchez Morales et al. 2013. En los bordes de la pobreza: las familias vulnerables en contextos de crisis. Madrid: Biblioteca Nueva. ), profundizando en la solidaridad familiar (Meil 2011Meil, Gerardo. 2011. «Individualización y solidaridad familiar». Colección Estudios Sociales 32. Barcelona: Obra Social la Caixa, ) y subrayando el papel de las redes sociales en el sostenimiento del bienestar en contextos de desigualdad (DiMaggio y Garip 2012DiMaggio, Paul y Filiz Garip. 2012. «Network Effects and Social Inequality». Annual Review of Sociology, 38: 93-118. doi: <https://doi.org/10.1146/annurev.soc.012809.102545>.).Algunas investigaciones apuntan explícitamente al riesgo de exclusión social como un factor decisivo en la conformación identitaria de la población en edad juvenil (Brunet, Pizzi y Valls Fonayet 2013Brunet, Ignasi, Alejandro Pizzi y Francesc Valls Fonayet. 2013. «Condiciones de vida y construcción de identidades juveniles. El caso de los jóvenes pobres y excluidos en España». Revista mexicana de sociología 75(4), 647-674.), lo que sigue poniendo el foco en la centralidad de la familia como institución social básica (Sales, Villareal y Pallàs 2018Sales, Albert, Josep Villareal y Emi Pallàs. 2018. Estrategia de inclusión y de reducción de las desigualdades sociales de Barcelona. Barcelona. <http://www.bcn.cat/barcelonainclusiva/ca/2018/6/estrategia_inclusion_2017-2027_es.pdf>. Fecha de acceso: 29 oct. 2019.) y sitúa la evitación del riesgo -en la medida de lo posible- como una estrategia fundamental de protección ante las situaciones de precariedad (Serracant 2015Serracant, Pau. 2015. «The Impact of the Economic Crisis on Youth Trajectories: A Case Study from Southern Europe». Young 23(1): 39-58. doi: <https://doi.org/10.1177/1103308814557398>.). La juventud es, indudablemente, uno de los sectores que más atención ha recibido a la hora de considerar los impactos de situaciones de crisis entre colectivos sociales (Valls Fonayet 2015Valls Fonayet, Francesc. 2015. «El impacto de la crisis entre los jóvenes en España». Revista de Estudios Sociales 54: 134-149.), junto con infancia y hogares con menores dependientes (Navarro y Clua-Losada 2012Navarro, Vicenç y Mónica Clua-Losada. 2012. El impacto de la crisis en las familias y en la infancia: observatorio social de España. Barcelona: Ariel.).

Otras disciplinas del ámbito de las Ciencias Sociales han hecho también de la vulnerabilidad un asunto de interés investigador. La Ciencia Política, por ejemplo, ha abordado las consecuencias sociales y políticas de la crisis tanto a nivel general como entre sectores específicos -familia, infancia y hogares con hijos (Sarasa y Luppi 2012Sarasa, Sebastián y Francesca Luppi. 2012. «Crisis económica y pobreza infantil en algunos países de la Unión Europea». En Vicenç Navarro y Mónica Clua-Losada (eds.), El impacto de la crisis en las familias y en la infancia: 17-55. Barcelona: Ariel.). La Geografía Social y Humana, por su parte, ha aportado, entre otros aspectos, reflexiones conceptuales y metodológicas sobre la vulnerabilidad social y sus implicaciones para las personas de más edad (Sánchez-González y Egea-Jiménez 2011Sánchez-González, Diego y Carmen Egea-Jiménez. 2011. «Enfoque de vulnerabilidad social para investigar las desventajas socioambientales: Su aplicación en el estudio de los adultos mayores». Papeles de población 17(69): 151-185. <http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-74252011000300006>.). Desde la Pedagogía, se ha incidido tanto en el rol de las redes en colectivos de jóvenes inmigrantes (Sánchez y Sandín 2013Sánchez, Angelina y María Paz Sandín. (2013). «Joves immigrants i persistència acadèmica: què ens diuen les seves xarxes personals?». Temps d’Educació 44: 177-190.), como en el apoyo social en las medidas de protección a la infancia (Fuentes-Peláez et al. 2014Fuentes-Peláez, Nuria, Mª Àngels Balsells, Josefina Fernández et al. 2014. «The Social Support in Kinship Foster Care: a Way to Enhance Resilience». Child and Family Social Work. doi: <https://doi.org/10.1111/cfs.12182>.). La Psicología ha puesto sobre la mesa contribuciones destacadas relativas a situaciones de cuidados de menores con diversidad funcional, familias multiproblemáticas o la centralidad de las redes sociales (Schrag y Schmidt-Tieszen 2014Schrag, Allison y Ada Schmidt-Tieszen. 2014. «Social Support Networks of Single Young Mothers». Child and Adolescent Social Work Journal 31(4): 315-327. doi: <https://doi.org/10.1007/s10560-013-0324-2>.), y desde el Trabajo Social, se ha incidido en los riesgos que las crisis económicas y financieras comportan en términos de fractura social (Laparra, Pérez Eransus y Lasheras Ruiz 2012Laparra, Miguel, Begoña Pérez Eransus y Rubén Lasheras Ruiz. 2012. Crisi i fractura social a Europa : causes i efectes a Espanya. Obra Social «La Caixa». <https://obrasociallacaixa.org/documents/10280/240906/vol35_ca.pdf/bef4e9ac-7d9a-48b2-8e5a-29b543a0df42>. Fecha de acceso 29 de octubre de 2019.), o en el rol de los sistemas de protección social ante la nueva pobreza (Matías-Solanilla 2015Matías-Solanilla, Antonio. 2015. «La nueva pobreza y su respuesta desde los sistemas de protección en España. Retos y alternativas del Ingreso Aragonés de Inserción. Análisis de un territorio». Trabajo Social Global-Global Social Work. <http://revistaseug.ugr.es/index.php/tsg/article/view/3119>.).

En lo que se refiere a la Antropología Social y Cultural, se ha puesto el acento en la construcción social del riesgo asociada a condiciones de desigualdad que acaban generando situaciones específicas de vulnerabilidad (García Acosta 2005García Acosta, Virginia. 2005. «El riesgo como construcción social y la construcción social de riesgos». Desacatos 19: 11-24.), concepto que arraiga a partir de estudios de impacto y evaluación de desastres sobre colectivos, generalmente desfavorecidos y con escasos o insuficientes recursos materiales y sociales. Partiendo de esta consideración sociocultural de la evaluación de riesgos, encontramos aproximaciones al estudio de la vulnerabilidad en diferentes contextos sociales: pobreza (Martínez Veiga 2004Martínez Veiga, Ubaldo. 2004. Trabajadores invisibles: precariedad, rotación y pobreza de la inmigración en España. Madrid: Libros de la Catarata.; Monreal Requena 2014Monreal Requena, Pilar. 2014. «Pobreza y exclusión social en Madrid: viejos temas y nuevas propuestas». AIBR: Revista de Antropología Iberoamericana 9(2): 163-182.), trabajo sexual (Acién González y Checa 2011Acién González, Eestefanía y Francisco Checa. 2011. «La actualidad del abordaje de la trata de personas para la prostitución forzada en España. El Plan Integral y sus implicaciones para trabajadoras del sexo inmigradas». Gazeta de antropología 27(1), Artículo 08.), migración y atención sanitaria (Comelles y Bernal 2007Comelles, Josep Maria y Mariola Bernal. 2007. «El hecho migratorio y la vulnerabilidad del sistema sanitario en España». Humanitas: Humanidades Médicas 13: 1-25.), las adopciones internacionales y los proyectos de maternidad en solitario por parte de madres solteras por elección (Rivas y Jociles 2009Rivas, Ana María y María Isabel Jociles. 2009. «Entre el empoderamiento y la vulnerabilidad: la monoparentalidad como proyecto familiar de las MSPE por reproducción asistida y adopción internacional». Revista de Antropología Social 18: 127-170.), el envejecimiento y los cuidados en situaciones de dependencia (Cherri 2015Cherri, Chiara. 2015. «Dependencia y autonomía: una aproximación antropológica desde el cuidado de los mayores». Athenea Digital. Revista de pensamiento e investigación social 15(2): 111-140.; Comas d’Argemir 2015Comas d’Argemir, Dolors. 2015. «Los cuidados de larga duración y el cuarto pilar del sistema de bienestar». Revista de Antropología Social 24: 375-404. doi: <https://doi.org/10.5209/rev_raso.2015.v24.50663>.), el papel de las redes de apoyo en diversos ámbitos sociales (Mestres et al. 2012Mestres, Silvia, José Luis Molina, Sarah Hoeksma et al. 2012. «Bulgarian Migrants in Spain: Social Networks, Patterns of Transnationality, Community Dynamics and Cultural Change in Catalonia (Northeastern Spain)». Southeastern Europe, 36(2): 208-236. ), o el rol de las instituciones sin ánimo de lucro en la atención a colectivos especialmente damnificados por las consecuencias de crisis financieras y deterioro de las condiciones de vida (Grau Rebollo et al. 2019).

Si nos fijamos específicamente en la infancia, es apreciable que desde las Ciencias Sociales -aunque no sólo- se ha puesto en los últimos años un especial acento en el impacto de la vulnerabilidad sobre este colectivo y existen, en esta línea, numerosos estudios sobre pobreza infantil (Castro y Seiz 2014Castro, Teresa y Marta Seiz. 2014. La transformación de las familias en España desde una perspectiva socio-demográfica. Madrid.; Guillén et al. 2012Guillén, Ana Marta, Emmanuele Pavolini, David Luque et al. 2012. «El papel de las políticas sociales para paliar las necesidades generadas por la crisis». En Manuel Laparra y Begoña Pérez (eds.), Crisis y fractura social en Europa. Causas y efectos en España: 139-176. Barcelona: Obra Social la Caixa, Colección Estudios Sociales, no 35.; Laparra y Pérez Eransus 2012Laparra, Miguel y Begoña Pérez Eransus (eds.). 2012. Crisis y fractura social en Europa Causas y efectos en España. Barcelona: La Caixa, Área de Becas y Estudios Sociales, Obra Social.). Sin embargo, ha pasado más desapercibida una situación de mayor calado, aunque de poca visibilización en la agenda social (Fernández del Valle et al. 2008Fernández del Valle, Jorge, Mónica López, Carme Montserrat et al. (2008). El acogimiento familiar en España. Una evaluación de resultados. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Subdirección General de Información Administrativa y Publicaciones. <http://www.observatoriodelainfancia.msssi.gob.es/documentos/AcogimientofamiliaEspana.pdf>.) hasta muy recientemente (BOE, 2015aBOE. Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio, de modificación del sistema de protección de la infancia y la adolescencia (2015). Madrid. <https://www.boe.es/eli/es/lo/2015/07/22/8>. Fecha de acceso: 29 oct. 2019. y 2015bBOE. Ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia (2015). Madrid.): la de aquella parte de la infancia que se considera, no coyuntural, sino estructuralmente vulnerable. La misma idea de «infancia» surge en la cultura occidental en el siglo XVIII y, en concreto, la idea de una «infancia vulnerable», necesitada de protección y gobernabilidad a través de la educación y la atención especializada, se construye a partir del siglo XX (Marre 2013Marre, Diana. 2013. «De infancias, niños y niñas». En Valeria Llobet (ed.), Pensar la infancia desde América Latina: un estado de la cuestión: 9-26. Buenos Aires: CLACSO.). En las sociedades contemporáneas, nos encontramos con niños, niñas y adolescentes que viven bajo el sistema de protección del menor; esto es, menores que por diferentes razones están institucionalizados o siendo destinatarios de los programas o de algunas prestaciones del dicho sistema: adopción, acogimiento o diversas medidas judiciales. Lo que se ha entendido como «sistema de protección del menor» implica un diseño exprofeso para ellos y ellas que parte de su identificación como vulnerables. Tal consideración les hace ser receptores de servicios y prestaciones que no son extensibles al resto de menores.

El conjunto de estas investigaciones establece claramente los efectos erosivos que tiene sobre el bienestar la combinación de precariedad (sobre todo material, pero también emocional), un contexto económico recesivo y la escasez de apoyos efectivos (estructuras formales e informales). Sin embargo, estos estudios constatan también lagunas significativas que debemos tener en cuenta para una aproximación más comprensiva e integral al fenómeno y que podríamos englobar en cuatro grandes bloques:

  1. En primer lugar, la necesidad de incluir en las investigaciones aquellos sectores de población que, aun encontrándose por encima de los indicadores objetivos de pobreza o exclusión social, experimentan una devaluación de sus condiciones de vida que acentúa su percepción de vulnerabilidad o hace que aflore, requiriéndose nuevos enfoques y conceptos que permitan aproximar esta realidad emergente en toda su complejidad (Tezanos et al. 2013: 34Tezanos, José Félix, Eva Sotomayor, Rosario Sánchez Morales et al. 2013. En los bordes de la pobreza: las familias vulnerables en contextos de crisis. Madrid: Biblioteca Nueva. ).

  2. En segundo lugar, la importancia de refinar el utillaje conceptual, particularmente las definiciones de vulnerabilidad sociocultural y de crianza, así como los instrumentos metodológicos de medición (indicadores) de vulnerabilidad -como, por ejemplo, el grado de extensión e intensidad de las redes de apoyo, el índice de apoyo bruto y el efectivo6Los índices bruto y efectivo de apoyo refieren a una cuantificación del apoyo social que tiene en cuenta el total de alteri nominados por un Ego concreto como proveedores de ayuda, ponderado por indicadores como su proximidad a dicho Ego (Grau Rebollo y Molina 2019; Gottlieb y Bergen 2010)., etc. -.

  3. En tercer lugar, la urgencia de encarar la problemática de la vulnerabilidad social desde una perspectiva multidimensional y que tenga en cuenta el papel de recursos personales de apoyo en contextos históricos y económicos en los cuales la capacidad paliativa del Estado mediante transferencias sociales es muy limitada. En este sentido, es fundamental conocer a fondo el rol provisor de las redes informales de cuidado en contextos de vulnerabilidad, tanto desde una perspectiva instrumental como emocional (Sánchez y Sandín 2013Sánchez, Angelina y María Paz Sandín. (2013). «Joves immigrants i persistència acadèmica: què ens diuen les seves xarxes personals?». Temps d’Educació 44: 177-190.).

  4. Y en cuarto lugar, la emergencia de nuevos grupos sociales potencialmente vulnerables como resultado directo de nuevas formas de convivencia y relacionalidad familiar (Caum 2009Caum Julio, Carme. 2009. Estudi multivariant de l’exclusió social a la població de Càritas (Barcelona). Universitat Politècnica de Catalunya. <http://hdl.handle.net/2099.1/8606>.), así como la conveniencia de conocer con más detalle la situación de colectivos y personas que no se encuentran en situaciones tradicionalmente consideradas de riesgo en el ámbito del cuidado, pero que pueden estar en situaciones vulnerables; todo ello hace necesario el conocimiento de formas de fragilidad que escapen a las tradicionalmente mejor conocidas.

De este modo, dentro del espectro de vulnerabilidad en el período de crianza, encontramos diversos ámbitos en los que sus consecuencias son especialmente perniciosas y requieren atención urgente, tanto para paliar en la medida de lo posible estos efectos como para adoptar medidas de carácter proactivo orientadas a la prevención de situaciones de riesgo:

  1. Cuidados parentales extendidos más allá de los progenitores biológicos o incluso de la familia nuclear. Debemos para ello atender al rol que desempeñan figuras familiares y extrafamiliares ubicadas en distintos niveles de ampliación del parentesco en la paliación de los efectos debilitadores del bienestar, sobre todo en contextos de crisis y postcrisis.

  2. Protección a la infancia en todas aquellas áreas en las que la administración debe intervenir para garantizar la protección del menor y la adecuada cobertura de todas sus necesidades básicas (acogimientos, tutelas ex lege, adopciones, etc.).

  3. Acceso al sistema sanitario, especialmente en lo referente a las medidas para superar la desigualdad en el acceso y uso de los servicios sanitarios de la biomedicina en situaciones de vulnerabilidad social y cultural, así como en períodos identificados como especialmente sensibles (gestación y crianza).

  4. Mejora de la educación, particularmente en lo referente a incentivar la participación y promoción escolar de niños y niñas con el fin de atenuar las desigualdades de carácter social y económico.

No obstante, para acometer estas tareas es imprescindible trabajar con una acotación conceptual y metodológica del problema que deslinde el cuidado y apoyo mutuo en general del apoyo mutuo y del cuidado en el ámbito específico de la crianza. La naturaleza multidimensional de la vulnerabilidad, tal y como ha sido expuesta por la literatura revisada, reclama la reconsideración de los límites teóricos de conceptos clave como «crianza» o «vulnerabilidad», entre otros, en diversos ámbitos disciplinarios, incluyendo la Antropología Social y Cultural.

3. VULNERABILIDAD EN CONTEXTOS DE CRIANZA. PROPUESTA ANALÍTICA

 

El punto de partida de nuestra propuesta analítica para estudiar los ámbitos de vulnerabilidad en contextos de crianza se encuadra en el dominio teórico de la antropología del parentesco, entendiendo como tal el constituido por:

En esta línea, entendemos por crianza el conjunto de fenómenos socioculturales que estructuran y encauzan la enculturación de los/as niños/as hasta su madurez social, cubriendo sus necesidades vitales básicas, y que comprenden ideas, normas y prácticas respecto a su manutención, protección y bienestar físico y psicológico, así como el acompañamiento de su inserción social en la comunidad humana de la que son miembros mediante la provisión y regulación de los códigos culturales necesarios para ello. Es en este espacio de provisión en el cual las consecuencias de la exposición a riesgos de orden diverso pueden ser devastadoras.

Por otra parte, entendemos la vulnerabilidad como una condición adquirida o percibida de indefensión o exposición a riesgos de orden diverso e intensidad variable frente a los cuales se precisan recursos endógenos y exógenos de afrontamiento. Desde una perspectiva sociocultural, entre los elementos que pueden influir en esta condición se encuentran factores de adscripción étnica, grupo social, estatus sociodemográfico, edad, género, nivel de instrucción, inserción laboral y perspectivas de sostenimiento y/o mejora en el empleo, así como el nivel y estabilidad de los ingresos, el lugar de residencia, o la existencia y solidez de redes personales de apoyo. Adicionalmente, elementos (permanentes o transitorios) como la condición física o el estado psíquico se sobreponen a los ítems anteriormente enunciados, ofreciendo un panorama más complejo (pero seguramente más preciso) de la diversidad de escenarios en que puede desencadenarse la condición de vulnerable.

Así, en contextos de crianza nos encontraríamos con cuatro tipos distintos de vulnerabilidad (biológica, psíquica, social y simbólica), que inciden tanto en la crianza -entendida en la línea de la definición apuntada en el inicio de este apartado?, como en otros niveles distintos (aunque íntimamente conectados), como son: (a) el proceso procreativo, (b) la adscripción de niños y niñas a grupos sociales básicos, (c) las representaciones socioculturales que vertebran estos procesos y (d) las relaciones, sentimientos culturalmente pautados y representaciones que los acompañan.

Desarrollamos a continuación distintos tipos de vulnerabilidad que afectan a agentes (personas implicadas, sean menores o adultos) y estructuras parentales (familiares o instituciones) que se manifiestan en contextos de crianza, con la idea de proporcionar un marco de análisis que permita la identificación de situaciones de riesgo y faciliten su afrontamiento.

Antes de adentrarnos específicamente en las situaciones de manifiesta vulnerabilidad social, consideramos importante señalar que los aspectos socioculturales están intrínsecamente asociados tanto a cuestiones del entorno físico y biológico, como a las características y posibilidades psíquicas, así como al marco simbólico en el que se inscriben. Por ello es necesario atender también a las vulnerabilidades que suponen estos entornos en los contextos de crianza.

3.1. VULNERABILIDAD BIOLÓGICA

 

Si nos situamos en el ámbito concreto de la vulnerabilidad biológica (tabla 1) desde la perspectiva de los propios niños y niñas, las primeras consideraciones se dirigen hacia cuestiones de salud e higiene como las condiciones de malnutrición, los diferentes niveles de diversidad funcional y la circunstancia de padecer cualquier tipo de enfermedad. Así, la falta de hábitos higiénicos o preventivos adecuados, la carencia o insuficiencia de vacunas y la calidad de la alimentación pueden marcar vulnerabilidad sanitaria individual y comunitaria. También tendrán su impronta biológica los nacimientos prematuros. Gracias a los recientes avances médicos, la mayoría de los bebés prematuros sobreviven, sin embargo, siguen teniendo más riesgos de sufrir complicaciones y requieren cuidados intensivos específicos.

medium/medium-DRA-76-02-e021-gt1.png
TABLA 1.  Vulnerabilidad biológica en la crianza. Fuente: elaboración propia a partir de datos obtenidos durante la investigación).

Desde la perspectiva de los entornos habitacionales consideramos que forman parte de la vulnerabilidad biológica las viviendas inadecuadas y los entornos hostiles, así como las situaciones derivadas de la dificultad de acceso a la vivienda o el no disponer de un hogar adecuado suponen condiciones físicas que pueden dificultar el desarrollo de la crianza. Entre estos contextos hostiles incluiríamos situaciones propiamente físicas como la contaminación y los ruidos, además de situaciones sociales como la violencia, la inseguridad y las dificultades de acceso a los servicios de salud; indudablemente, todos ellos tienen efectos biológicos en las personas involucradas en la crianza.

Y, finalmente, en relación con los cuidadores se deben tener en cuenta aquellas circunstancias de incapacidad que no permiten actuar o conducir la propia vida ni la de otros, sin olvidar que muchos malestares no dejan de ser respuestas adaptativas a situaciones de precariedad y que, al ser etiquetados como patológicos, encubren a través de la medicalización y la gestión de las emociones el sufrimiento que está generando el sistema productivo.

3.2. VULNERABILIDAD PSÍQUICA

 

En el ámbito de la vulnerabilidad psíquica (tabla 2) y desde la perspectiva de los niños y niñas, las situaciones a considerar son las características físicas e intelectuales y los comportamientos sociales discordantes, así como las enfermedades y la diversidad funcional.

medium/medium-DRA-76-02-e021-gt2.png
TABLA 2.  Vulnerabilidad psíquica en la crianza. Fuente: elaboración propia a partir de datos obtenidos durante la investigación.

Desde la posición de las/os cuidadoras/es, destacaríamos la falta de autoestima y la pérdida de roles sociales (por ejemplo, hombres que sienten que no pueden desempeñar el papel sustentador), mientras que en el ámbito psíquico tendrían cabida también los nacimientos prematuros que sitúan tanto a los bebés cómo a sus progenitores y cuidadores en situación psíquica vulnerable.

3.3. VULNERABILIDAD SOCIAL

 

Aunque subrayemos la importancia de la vulnerabilidad física y psíquica como factores importantes de riesgo en la crianza, desde nuestra perspectiva disciplinar la vulnerabilidad social (tabla 3) ocupa un espacio privilegiado, que hemos dividido en los aspectos más personales y los que se vinculan a los tipos de familia y a las situaciones familiares

medium/medium-DRA-76-02-e021-gt3.png
TABLA 3.  Vulnerabilidad social en la crianza: niños y cuidadores. Fuente: elaboración propia a partir de datos obtenidos durante la investigación.

Desde la perspectiva que toma en cuenta como agentes a niños y niñas, destaca la falta de tiempo y de dedicación de los cuidadores por distintos motivos (generalmente a causa de una situación laboral precaria que requiere de la combinación de múltiples trabajos y extensos horarios laborales):

A modo de ejemplo, el pluriempleo de los adultos o compartir piso con otros núcleos implica para los menores un menor espacio de desarrollo o la convivencia con distintos adultos, dandolugar a un clima de inestabilidad familiar, de pérdida de referentes, confusión de roles o menor acompañamiento parental. (Fundación FOESSA 2017: 25Fundación FOESSA. 2017. Desprotección Social y Estrategias Familiares. Madrid: Cáritas Española. <http://www.pensamientocritico.org/foessa1017.pdf>. Fecha de acceso: 29. Oct. 2019.)

La dificultad de acceso y continuidad en la asistencia a la escuela sitúa también a los menores en una posición de desventaja respecto a sus posibilidades de inserción sociolaboral en el futuro y de posible fracaso escolar. La necesidad familiar de la participación de los menores en el mercado laboral (es decir: el trabajo infantil), es otra de las situaciones desencadenantes de vulnerabilidad social de niños y niñas, así como tener que dedicar tiempo a tareas domésticas u otras actividades que proporcionan ingresos a las familias. Estos escenarios pueden colocar a los menores en situaciones de aislamiento social respecto a sus pares, con el agravante de características que incorporen un componente étnico, de clase o diversidad funcional (véase, por ejemplo, Fundación FOESSA 2017Fundación FOESSA. 2017. Desprotección Social y Estrategias Familiares. Madrid: Cáritas Española. <http://www.pensamientocritico.org/foessa1017.pdf>. Fecha de acceso: 29. Oct. 2019.).

Cierta forma de aislamiento puede llegar también por relaciones escasas con adultos o por convivencia con modelos inadecuados que pueden llevar a una distorsión de los roles atribuidos, ya sea por sobreprotección, ya sea por infantilización permanente en el trato, ya sea por conductas consideradas desviadas por parte de los adultos (adicciones o abuso en el consumo de alcohol u otras drogas, comportamiento agresivo, descuidado o desequilibrado), o por forzar la adjudicación de roles de adultos a los menores.

El sistema sociocultural de cada contexto puede también acarrear vulnerabilidad hacia los menores. Así, el modelo atribuido de sexo/género propio de cada cultura conlleva desigualdades debido a las distintas oportunidades para niñas y niños y, en una situación extrema, la violencia de género en el ámbito doméstico y familiar constituye una clara amenaza al bienestar del menor. Finalmente, también mencionar que ciertas circunstancias sociales como las de mujeres recluidas en prisión con hijos a cargo, el ejercicio de la prostitución, en general, o las situaciones de ilegalidad o alegalidad de mujeres y hombres con descendencia, pueden tener efectos, a veces irreversibles, en el proceso de crianza de los menores.

Centrándonos ahora en la figura de las y los cuidadores, es importante considerar en primer término las situaciones de las personas que, por razones económicas y/o de inseguridad laboral, no pueden emprender proyectos de vida orientada a la parentalidad, una de las causas del invierno demográfico europeo. Entre los cuidadores, uno de los factores de riesgo a subrayar es el déficit de competencias de crianza, que puede darse por la ruptura de procesos de transmisión, bien sea por ausencia o por falta de alternativas, o incluso por falta de acompañamiento en las tareas parentales.

Otro factor relevante es el contexto laboral, que constituye sin duda uno de los espacios donde se manifiesta con mayor virulencia la precariedad a distintos niveles. No siempre el nivel de formación garantiza mayor promoción. Esta pérdida de la función productora genera un sentimiento de frustración en las personas que dejan de verse útiles para la sociedad (una idea que se fundamenta en la creencia del trabajo como fuente de realización y felicidad). Las reformas laborales de las últimas décadas y las políticas sociales del Estado del Bienestar constituyen las principales causas de la precariedad laboral que pueden tener consecuencias personales por incremento del miedo y falta de seguridad.

Por otra parte, la cultura del consumo genera una insatisfacción permanente y suele percibirse como responsabilidad individual, generando un aumento de la sensación de fracaso personal. También es importante señalar la necesidad de reconocimiento, respaldo institucional y protección a la salud para aquellas personas que ejercen roles parentales de crianza. El acceso a prestaciones sociales teniendo menores a cargo, ya sea por una necesidad puntual o de forma sostenida, puede conllevar cierta valoración socialmente estigmatizada. En este sentido es necesario prestar atención a la eventual presencia de aporofobia y otros estigmas sociales por parte de personal sanitario, de sus implicaciones en la asistencia y en el estado de salud de las poblaciones. Debemos también estar alerta ante entornos en los que la crianza se lleva a cabo en situaciones de fuerte consideración social negativa o desviada, como serían la maternidad en prisión y la vinculación entre maternidad y prostitución.

Finalmente, un tema especialmente relevante para la antropología y desde una perspectiva propiamente transcultural, es la necesidad de tener en cuenta concepciones propias de culturas minoritarias que llevan a que algunas personas se consideren a sí mismas vulnerables o sean así consideradas por su grupo social o étnico por apartarse del orden social o simbólico.

La perspectiva familiar

 

Continuando con los escenarios de vulnerabilidad social en la crianza, pasamos a contemplarlos desde la perspectiva familiar (tabla 4). En el entorno parental familiar es donde se desarrollan la gran mayoría de relaciones básicas de crianza y donde la precariedad y las situaciones de riesgo afectan más directamente a las personas. Es por ello imprescindible tener en cuenta a las familias en las aproximaciones teóricas y empíricas con orientación a la intervención social.

medium/medium-DRA-76-02-e021-gt4.png
TABLA 4.  Crianza: familias vulnerables. Fuente: elaboración propia a partir de datos obtenidos durante la investigación.

Destacamos tres situaciones dignas de consideración especial y que expresan componentes culturales, demográficos y económicos. Por una parte, nos encontramos con las familias socioculturalmente vulnerables, entre las que destacan situaciones de parentalidad compartida y parentalidad en la distancia debido a contextos migratorios y de movilidad transnacional. En los casos de familias provenientes de zonas cultural y geográficamente muy diferentes es crucial conocer y analizar las relaciones de esas familias/personas con los servicios públicos de atención a la salud, así como con las escuelas públicas de su entorno. Y no se trata solo de tener en cuenta a las personas y familias recién llegadas, sino también de no dejar de lado a las que llevan ya un tiempo asentadas en la sociedad de destino y favorecer su inclusión.

Por otra parte, debemos prestar atención a las circunstancias demográficas que pueden incidir en las situaciones de vulnerabilidad social. Y, finalmente, un lugar destacado lo ocupan las familias directamente en riesgo de pobreza, que, como ya se ha dicho, constituyen una de las situaciones mejor estudiadas por la asociación establecida entre vulnerabilidad y precariedad económica7Que propongamos centrarnos en la vulnerabilidad social no significa no reconocer el papel determinante de las cuestiones económicas que puede expresarse en problemas habitacionales, problemas económicos y debilitamiento de las redes sociales de apoyo o dependencia de apoyo institucional..

3.4. VULNERABILIDAD SIMBÓLICA

 

Todos estos niveles de vulnerabilidad pueden acompañarse de dificultades de orden simbólico en las que, principalmente las personas cuidadoras, no estén en condiciones de poder expresar sus propias carencias o necesidades de crianza, ya sea por falta de dominio del lenguaje socialmente adecuado o por ineptitud personal para situarse frente a cuestiones de orden simbólico. Desconocer los matices lingüísticos y semánticos de un contexto social puede llevar a malentendidos y malas praxis, como sucede en los casos de migración a países de idiomas y valores culturales distintos. Así, la vulnerabilidad simbólica se identifica desde las diferencias culturales en las concepciones en torno a la salud y la enfermedad, cuidados de crianza; en torno a cuerpo y persona, y en torno a los roles de los agentes implicados en cuidados y crianza.

4. INTERACCIÓN ENTRE LOS ÁMBITOS Y LOS TIPOS DE VULNERABILIDAD RELATIVOS A LA CRIANZA

 

A pesar de presentar por separado las posibles situaciones de vulnerabilidad social vinculadas a contextos de crianza, distinguiendo las perspectivas de los menores, las de las personas cuidadoras y las de los entornos parentales, no debemos olvidar que las realidades socioculturales no están fragmentadas ni se expresan vivencialmente en compartimentos estancos. Igualmente, los distintos tipos de vulnerabilidad -social, biológica, psíquica y simbólica- pueden atribuirse a los grupos sociales señalados anteriormente y diferenciados por edad (menores), roles (cuidadores) y entornos parentales (familias). Se trata de una propuesta que, nos parece, facilita el análisis, aunque somos muy conscientes de que existen situaciones que pueden aparecer simultáneamente en los tres grupos. Así, por ejemplo, los efectos de la precariedad económica como determinante de vulnerabilidad son sobrellevados al mismo tiempo por niños y niñas, sus cuidadores y las familias en las que se inscriben; las situaciones que afectan a la salud, como enfermedades o diversidades funcionales varias que comportan además componentes biológicos y psíquicos, atañen a todas las personas implicadas en la crianza; y la migración, la prostitución o la prisión constituyen entornos sociales difíciles para una crianza en buenas condiciones, además de los elementos de estigmatización social añadidos.

De la misma manera que los tipos de vulnerabilidad, ya sea por factores sociales, biológicos, psíquicos o simbólicos, interseccionan con los diversos grupos sociales -menores, cuidadores y familias-, existen además íntimas conexiones con los distintos niveles de vulnerabilidad social estrechamente vinculados con la crianza y mencionados al inicio de este apartado: a) el proceso procreativo, b) la adscripción de niños y niñas a grupos sociales básicos, c) las representaciones socioculturales que vertebran estos procesos, y d) las relaciones, sentimientos culturalmente pautados y representaciones que se generan e instituyen a partir de los procesos de procreación, adscripción y crianza entre las personas implicadas en ellos y que se desarrollan a lo largo del tiempo.

De la misma manera que los tipos de vulnerabilidad, ya sea por factores sociales, biológicos, psíquicos o simbólicos, interseccionan con las diversas personas y grupos sociales implicados en la crianza -menores, cuidadores y familias-, también se dan en otros ámbitos del parentesco estrechamente vinculados con la crianza y mencionados al inicio de este apartado: proceso procreativo, adscripción de niños y niñas a grupos sociales básicos, representaciones socioculturales de los procesos de procreación, adscripción y crianza y relaciones y sentimientos culturalmente vinculados.

4.1. VULNERABILIDADES EN EL PROCESO PROCREATIVO

 

El proceso procreativo (tabla 5) incluye tanto las ideas respecto a la formación de los seres humanos, las ideas y prácticas relativas a la sexualidad reproductiva y a formas alternativas de procreación, como las normas y usos concernientes al embarazo, parto y período perinatal.

medium/medium-DRA-76-02-e021-gt5.png
TABLA 5.  Vulnerabilidades en el proceso procreativo. Fuente: elaboración propia a partir de datos obtenidos durante la investigación.

En este contexto, la vulnerabilidad biológica se puede manifestar en situaciones de reproducción asistida, vulnerabilidades de la madre y/o del feto durante el embarazo derivadas de pruebas diagnósticas y tratamientos, o en embarazos por violación. La vulnerabilidad psíquica es un riesgo en muchas situaciones que pueden dificultar el establecimiento de lazos satisfactorios de apego. En lo concerniente a la vulnerabilidad social vinculada al proceso procreativo, puede resultar en embarazos considerados de riesgo o en diversos tipos de violencia (obstétrica, sexual, de género, etc.). Una vez más, los distintos tipos de vulnerabilidad quedan interrelacionados en situaciones que conjugan componentes biológicos, psíquicos, sociales y simbólicos. Un buen ejemplo sería el caso de los bebés prematuros y su entorno, en el que las madres y padres, los propios bebés, los cuidadores y el grupo familiar están expuestos a distintos episodios y grados de vulnerabilidad.

En el ámbito simbólico señalaríamos especialmente cosmovisiones subalternas propias de las diferentes culturas que conllevan concepciones socioculturales diversas respecto a situaciones procreativas y prácticas culturalmente determinadas de manejo y trato desde el nacimiento que en ocasiones entran en conflicto con los cánones hegemónicos familiares, vecinales o del sistema de salud. También los valores hegemónicos y heteronormativos patriarcales que generan situaciones de desventaja social para amplios sectores de la población, entre ellos la estigmatizaciones de la monoparentalidad y la homoparentalidad.

Además, en el proceso procreativo los distintos tipos de vulnerabilidad quedan interrelacionados en situaciones que conjugan componentes biológicos, psíquicos, sociales y simbólicos.

4.2. VULNERABILIDAD EN LA ADSCRIPCIÓN DE MENORES

 

En el caso de la adscripción de los menores (tabla 6) cabe distinguir por una parte la vulnerabilidad en situaciones de parentalidades múltiples, conflictos y enajenaciones, de la vulnerabilidad en situaciones de institucionalización de los menores.

medium/medium-DRA-76-02-e021-gt6.png
Tabla 6.  Vulnerabilidades en la adscripción de los niños y niñas. Fuente: elaboración propia a partir de datos obtenidos durante la investigación.

En el primer escenario la vulnerabilidad se puede dar en situaciones como los procesos adoptivos, la patria potestad compartida y la custodia compartida en las familias reconstituidas, los entornos de las familias de acogida y en las posibles situaciones de desamparo institucional -ya sea provisional o permanente. En el escenario institucional, la vulnerabilidad afecta a menores en primera instancia, pero también a jóvenes no adscritos por ser mayores de edad que han dejado de estar institucionalizados/tutelados, así como a los adultos implicados. En el contexto de las instituciones es ineludible tener en cuenta también aquellas medidas de protección a la infancia que acaban generando vulnerabilidad secundaria, como los Centros Residenciales de Acción Educativa (CRAES), donde se llevan a cabo políticas de atención a la infancia.

4.3. REPRESENTACIONES QUE VERTEBRAN LOS PROCESOS DE PROCREACIÓN, ADSCRIPCIÓN Y CRIANZA

 

Es en este ámbito donde aparecen más claramente los aspectos simbólicos de la vulnerabilidad. Así, las estigmatizaciones sociales por la falta de hijos y/o nietos, por recurrir a la reproducción asistida o a las adopciones como vías alternativas a la reproducción biológica, o las diferencias en la conceptualización de los hijos, o las percepciones ante situaciones de ausencia de hijos o de padres debido a la migración, ponen de relieve valores culturales con peso simbólico en la reproducción y en la crianza, en cómo deben realizarse y en quién deben recaer, atribuyendo responsabilidades e incluso culpabilidades a personas y grupos específicos, cuando en realidad las respuestas se encuentran en las propias situaciones de vulnerabilidad.

4.4. VULNERABILIDAD VINCULADA A LAS RELACIONES Y SENTIMIENTOS CULTURALMENTE PAUTADOS QUE SE DESARROLLAN A LO LARGO DEL TIEMPO

 

Finalmente, en lo referente a las relaciones y sentimientos que se generan e instituyen a partir de los procesos de procreación, adscripción y crianza entre las personas implicadas en ellos, la vulnerabilidad social se articula a través de las distintas dificultades en las relaciones intrageneracionales e intergeneracionales que pueden darse entre los miembros de los grupos emparentados; las diferencias culturales en la extensión del concepto «familia» y en sus propios usos que pueden llevar a comportamientos de protección y de desprotección al mismo tiempo, o de cohesión y de enfrentamiento de lealtades; finalmente, aparece también en las cuestiones económicas que afectan a la transmisión del patrimonio y que a menudo activan las relaciones familiares, sus afectos y desafectos.

5. CONSIDERACIONES FINALES

 

El estudio de la vulnerabilidad en la crianza arroja problemas teóricos y metodológicos de gran relevancia para la investigación etnográfica que abarcan desde la indefinición del concepto «vulnerable» hasta la correlación de los distintos factores, de diversa índole (físicos, psíquicos, simbólicos y sociales), que confluyen en los escenarios en que dicha vulnerabilidad envuelve a la crianza de niños y niñas. En este sentido, hemos propuesto en este artículo delimitar los principales retos teóricos a que nos enfrentamos, desde una perspectiva antropológica, a la hora de abordar investigaciones de esta naturaleza y que podríamos resumir en cuatro grandes ejes:

  • La naturaleza sectorial de la gran mayoría de estudios académicos que se han aproximado a esta cuestión.

  • La necesidad de articular nuevos enfoques teóricos y de alumbrar conceptos más afinados que, como sugieren Tezanos et al. (2013)Tezanos, José Félix, Eva Sotomayor, Rosario Sánchez Morales et al. 2013. En los bordes de la pobreza: las familias vulnerables en contextos de crisis. Madrid: Biblioteca Nueva. , den cuenta de la complejidad multidimensional de la vulnerabilidad sociocultural.

  • La urgencia de incorporar, en esta perspectiva multidimensional, tanto a los agentes (diversos) de apoyo, como a las situaciones (igualmente distintas) en que emerge y cristaliza la vulnerabilidad: cuidados parentales extendidos, medidas de protección infantil, acceso al sistema sanitario y/o educativo. Esta mirada más comprehensiva permitiría, por ejemplo, determinar mejor los recursos de afrontamiento necesarios en cada caso y en función de la multiplicidad de ítems que convergen en la delimitación del mismo.

  • La ausencia de una definición analítica que recoja este carácter comprehensivo del fenómeno y que tenga en cuenta los diferentes tipos de vulnerabilidad, así como cada una de las dimensiones constituyentes de la crianza.

Precisamente, este ha sido nuestro segundo objetivo en este texto: depurar una propuesta genérica de definición analítica que permita integrar los diferentes tipos de vulnerabilidad desde una perspectiva múltiple (biológica, social, psíquica y simbólica), ordenando y articulando agentes efectivos (y potenciales) de apoyo, así como los escenarios en los que encontramos personas vulnerables en entornos de crianza.

Este abordaje del fenómeno desde una perspectiva bio-psico-social, puede permitir en el futuro que cada trabajo de campo específico pueda analizar, entre otros, factores de adscripción étnica, grupo social, género o redes informales de apoyo, en el contexto específico de la asociación concreta que establece cada uno de ellos (y en su articulación conjunta) con la vulnerabilidad, manteniendo en todo momento situados la interconexión entre aquellas cuatro tipologías y cada uno de los niveles de vulnerabilidad social estrechamente vinculados con la crianza (el proceso procreativo, la adscripción de niños y niñas a grupos sociales básicos, las representaciones socioculturales que vertebran estos procesos, y las relaciones, sentimientos y representaciones que en ellos se generan).

Esta propuesta permitiría también abordar de un modo más comprehensivo la multidimensionalidad inherente a la condición vulnerable. Desde la perspectiva conceptual, facilitaría la confluencia de saberes expertos sobre un ámbito frecuentemente abordado de manea sectorial, pero que necesita urgentemente una mayor y más eficiente articulación interdisciplinar. Desde una vertiente empírica, abre más el camino a trabajos de campo no solo multidisciplinares, sino genuinamente interdisciplinares por cuanto las investigaciones deben contemplar metodologías y estrategias que integren adecuadamente las distintas sinergias investigadoras.

Consideramos que no tener en cuenta esta perspectiva, con todos los elementos y circunstancias que la envuelven, nos acabaría abocando a una imagen incompleta de la realidad y comprometería seriamente la comprensión adecuada de cómo las condiciones de trabajo, la inexistencia de redes de apoyo, la falta de competencias parentales o los recursos (materiales o de otro tipo) disponibles, por ejemplo, pueden servirnos para iluminar la adecuada implementación de políticas públicas que puedan facilitar la superación de la condición vulnerable.

NOTAS

 
*

Este artículo es resultado del proyecto de investigación I+D Crianza, desamparo y vulnerabilidad sociocultural. Análisis situacional y propuestas de intervención (CSO2017-83101-C2-1-R), financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. IPs: Jorge Grau y Anna Piella

1

Véase <https://www.scopus.com, una «[B]ase de datos propiedad de la empresa Elsevier que contiene 18.000 revistas publicadas por más de 5000 editores internacionales» <https://www.fecyt.es/es/recurso/scopus>.

2

En lo que refiere a la producción de tesis doctorales, en el período 2008/2009 - 2018/2019 se han defendido en España 124 tesis doctorales que incluyen en su título la palabra «vulnerabilidad», frente a sólo 44 en el período 1997/1998 - 2007/2008, es decir: un incremento del: 181,82%.

Si cerramos aún más el foco en el ámbito disciplinar de la Antropología Social y Cultural, fijándonos en la divulgación científica en congresos durante los últimos 5 años, observamos que entre 2014 y 2016 un total de 9 comunicaciones y 1 simposio incluyeron la palabra «vulnerabilidad», mientras que entre 2017 y 2018 lo hicieron 20 comunicaciones y 4 simposios: un incremento del 122,22% en comunicaciones y un 300% en simposios. (Datos basados en títulos de comunicaciones y simposios presentados a los congresos de Antropología de la FAAEE, AIBR y EASA durante el mencionado período).

3

Entendemos por familia el «enclave social básico a nivel relacional que constituye el ámbito principal para la crianza y enculturación de menores y en el que se generan las relaciones primarias de parentesco» (Grau Rebollo 2018) que no necesariamente coincide con el conjunto de parientes que comparten una misma residencia (unidad doméstica), ni se asimila a una conformación concreta de la misma (e. g. familia nuclear).

4

Entre los que se cuenta incluso una función definida por White et al. (2004)White, P., Pelling, M., Sen, K., Seddon, D., Russell, S. y Few, R. 2004. Disaster Risk Reduction. A Development Concern. A Scoping Study on Links Between Disaster Risk Reduction, Poverty and Development. Norwich, UK. y que establece que la vulnerabilidad es el resultado de dividir la exposición entre la capacidad de reacción?; estos métodos suelen reducirla a entornos de pobreza y privación material.

5

<https://www.ifrc.org/es/introduccion/disaster-management/sobre-desastres/que-es-un-desastre/que-es-la-vulnerabilidad>.

6

Los índices bruto y efectivo de apoyo refieren a una cuantificación del apoyo social que tiene en cuenta el total de alteri nominados por un Ego concreto como proveedores de ayuda, ponderado por indicadores como su proximidad a dicho Ego (Grau Rebollo y Molina 2019; Gottlieb y Bergen 2010Gottlieb, Benjamin y Anne E. Bergen. 2010. «Social Support Concepts and Measures». Journal of Psychosomatic Research 69 (5): 511-520.).

7

Que propongamos centrarnos en la vulnerabilidad social no significa no reconocer el papel determinante de las cuestiones económicas que puede expresarse en problemas habitacionales, problemas económicos y debilitamiento de las redes sociales de apoyo o dependencia de apoyo institucional.

6. BIBLIOGRAFÍA CITADA:

 

Acién González, Eestefanía y Francisco Checa. 2011. «La actualidad del abordaje de la trata de personas para la prostitución forzada en España. El Plan Integral y sus implicaciones para trabajadoras del sexo inmigradas». Gazeta de antropología 27(1), Artículo 08.

Alwang, Jeffrey, Paul Siegel y Steen Jorgensen.2001. Vulnerability: a View from Different Disciplines. Social Protection Unit Human Development Network The World Bank, Washington, D.C. <http://siteresources.worldbank.org/SOCIALPROTECTION/Resources/SP-Discussion-papers/Social-Risk-Management-DP/0115.pdf>. Fecha de acceso: 29 oct. 2019.

Ayala Cañón, Luis. 2014. Desigualdad y pobreza en España en el largo plazo. VII Informe sobre exclusión y desarrollo social en España. Madrid: Fundación FOESSA.

Ayllón, Sara. 2009. «Poverty and Living Arrangements Among Youth in Spain, 1980-2005». Demographic Research, 20(17), 403-434. doi: <https://dx.doi.org/10.4054/DemRes.2009.20.17>.

Ayllón, Sara. 2015. Infància, pobresa i crisi econòmica. Barcelona: Obra Social «La Caixa».

Bankoff, Greg y Georg Frerks. 2013. Mapping Vulnerability: Disasters, Development and People. Londres: Routledge.

BOE. Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio, de modificación del sistema de protección de la infancia y la adolescencia (2015). Madrid. <https://www.boe.es/eli/es/lo/2015/07/22/8>. Fecha de acceso: 29 oct. 2019.

BOE. Ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia (2015). Madrid.

Brunet, Ignasi, Alejandro Pizzi y Francesc Valls Fonayet. 2013. «Condiciones de vida y construcción de identidades juveniles. El caso de los jóvenes pobres y excluidos en España». Revista mexicana de sociología 75(4), 647-674.

Busso, Gustavo. 2001. «Vulnerabilidad social: nociones e implicancias de políticas para Latinoamérica a inicios del siglo XXI». En Las diferentes expresiones de la vulnerabilidad social en América Latina y el Caribe: 39. Santiago de Chile: Naciones Unidas - Comisión Económica para América Latina y El Caribe - Cepal.

Busso, Gustavo. 2005. «Pobreza, exclusión y vulnerabilidad social. Usos, limitaciones y potencialidades para el diseño de políticas de desarrollo y de población». VIII Jornadas Argentinas de Estudios de Población. Tandil: Buenos Aires.

Cantó, Olga, Carlos Gradín y Coral del Río. 2012. «Pobreza Crónica, Transitoria y Recurrente en España». Revista de Economia Aplicada 20(58): 69-94.

Carrasco, Cristina, Cristina Borderías y Teresa Torns (eds.). 2011. El trabajo de cuidados. Historia, teoría y políticas. Madrid: Los Libros de la Catarata.

Castro, Teresa y Marta Seiz. 2014. La transformación de las familias en España desde una perspectiva socio-demográfica. Madrid.

Caum Julio, Carme. 2009. Estudi multivariant de l’exclusió social a la població de Càritas (Barcelona). Universitat Politècnica de Catalunya. <http://hdl.handle.net/2099.1/8606>.

Cherri, Chiara. 2015. «Dependencia y autonomía: una aproximación antropológica desde el cuidado de los mayores». Athenea Digital. Revista de pensamiento e investigación social 15(2): 111-140.

Clua-Losada, Mónica y Albert Sesé. 2012. «Situación y respuestas desde las administraciones públicas y el tercer sector a la infancia en riesgo de esclusión social a partir de la crisis». En Vicenç Navarro y Mónica Clua-Losada (eds.), El impacto de la crisis en las familias y en la infancia: 139-202. Barcelona: Ariel.

Comas d’Argemir, Dolors. 2015. «Los cuidados de larga duración y el cuarto pilar del sistema de bienestar». Revista de Antropología Social 24: 375-404. doi: <https://doi.org/10.5209/rev_raso.2015.v24.50663>.

Comelles, Josep Maria y Mariola Bernal. 2007. «El hecho migratorio y la vulnerabilidad del sistema sanitario en España». Humanitas: Humanidades Médicas 13: 1-25.

DiMaggio, Paul y Filiz Garip. 2012. «Network Effects and Social Inequality». Annual Review of Sociology, 38: 93-118. doi: <https://doi.org/10.1146/annurev.soc.012809.102545>.

Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. 2017. «¿Qué es la vulnerabilidad?». IFRC. <http://www.ifrc.org/es/introduccion/disaster-management/sobre-desastres/que-es-un-desastre/que-es-la-vulnerabilidad/>. Fecha de acceso 23 de febrero de 2017.

Fernandes-Alcantara, Adrienne. 2011. «Vulnerable Youth: Background and Policies». En Dierk Neumann (Ed.), Vulnerable and Disconnected Youth: Background and Policies: 161-221. Nueva York: Congressional Research Service. Nova Science Publishers, Inc.

Fernández del Valle, Jorge, Mónica López, Carme Montserrat et al. (2008). El acogimiento familiar en España. Una evaluación de resultados. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Subdirección General de Información Administrativa y Publicaciones. <http://www.observatoriodelainfancia.msssi.gob.es/documentos/AcogimientofamiliaEspana.pdf>.

Fernández García, Tomás y Sergio Andrés Cabello. 2017. «El estado de bienestar en España en un escenario de crisis sistémica». Sistema: Revista de Ciencias Sociales 245: 3-16.

Ferriss, Abbott L. 2006. «Social Structure and Child Poverty». Social Indicators Research 78(3): 453-472. doi: <https://doi.org/10.1007/s11205-005-1606-7>.

Fuentes-Peláez, Nuria, Mª Àngels Balsells, Josefina Fernández et al. 2014. «The Social Support in Kinship Foster Care: a Way to Enhance Resilience». Child and Family Social Work. doi: <https://doi.org/10.1111/cfs.12182>.

Fundación FOESSA. 2017. Desprotección Social y Estrategias Familiares. Madrid: Cáritas Española. <http://www.pensamientocritico.org/foessa1017.pdf>. Fecha de acceso: 29. Oct. 2019.

García Acosta, Virginia. 2005. «El riesgo como construcción social y la construcción social de riesgos». Desacatos 19: 11-24.

González, Leandro, Mariana Ortecho y Florencia Molinatti. 2013. «Desde la vulnerabilidad a la movilidad social, con una mirada decolonial». Estudios 30: 177-196.

Gottlieb, Benjamin y Anne E. Bergen. 2010. «Social Support Concepts and Measures». Journal of Psychosomatic Research 69 (5): 511-520.

Guillén, Ana Marta, Emmanuele Pavolini, David Luque et al. 2012. «El papel de las políticas sociales para paliar las necesidades generadas por la crisis». En Manuel Laparra y Begoña Pérez (eds.), Crisis y fractura social en Europa. Causas y efectos en España: 139-176. Barcelona: Obra Social la Caixa, Colección Estudios Sociales, no 35.

Laparra, Miguel y Begoña Pérez Eransus (eds.). 2012. Crisis y fractura social en Europa Causas y efectos en España. Barcelona: La Caixa, Área de Becas y Estudios Sociales, Obra Social.

Laparra, Miguel, Begoña Pérez Eransus y Rubén Lasheras Ruiz. 2012. Crisi i fractura social a Europa : causes i efectes a Espanya. Obra Social «La Caixa». <https://obrasociallacaixa.org/documents/10280/240906/vol35_ca.pdf/bef4e9ac-7d9a-48b2-8e5a-29b543a0df42>. Fecha de acceso 29 de octubre de 2019.

Mahía, Ramón y Rafael De Arce. 2014. Pobreza de la población extranjera en España.Anuario CIDOB de la Inmigración. Barcelona. <https://www.raco.cat/index.php/AnuarioCIDOBInmigracion/article/view/287325. Acceso el 29 de octubre de 2019>.

Marre, Diana. 2013. «De infancias, niños y niñas». En Valeria Llobet (ed.), Pensar la infancia desde América Latina: un estado de la cuestión: 9-26. Buenos Aires: CLACSO.

Martínez Veiga, Ubaldo. 1999. Pobreza, segregación y exclusión espacial: la vivienda de los inmigrantes extranjeros en España. Barcelona: Icaria Editorial.

Martínez Veiga, Ubaldo. 2004. Trabajadores invisibles: precariedad, rotación y pobreza de la inmigración en España. Madrid: Libros de la Catarata.

Matías-Solanilla, Antonio. 2015. «La nueva pobreza y su respuesta desde los sistemas de protección en España. Retos y alternativas del Ingreso Aragonés de Inserción. Análisis de un territorio». Trabajo Social Global-Global Social Work. <http://revistaseug.ugr.es/index.php/tsg/article/view/3119>.

McDonald, Lynn, Tammy Conrad, Anna Fairtlough et al. 2009. «An Evaluation of a Groupwork Intervention for Teenage Mothers and Their Families». Child and Family Social Work 14(1): 45-57. doi: <https://doi.org/10.1111/j.1365-2206.2008.00580.x>.

Meil, Gerardo. 2011. «Individualización y solidaridad familiar». Colección Estudios Sociales 32. Barcelona: Obra Social la Caixa,

Mestres, Silvia, José Luis Molina, Sarah Hoeksma et al. 2012. «Bulgarian Migrants in Spain: Social Networks, Patterns of Transnationality, Community Dynamics and Cultural Change in Catalonia (Northeastern Spain)». Southeastern Europe, 36(2): 208-236.

Monreal Requena, Pilar. 2014. «Pobreza y exclusión social en Madrid: viejos temas y nuevas propuestas». AIBR: Revista de Antropología Iberoamericana 9(2): 163-182.

Moser, Caroline. 1998. «Reassessing Urban Poverty Reduction Strategies: the Asset Vulnerability Framework». World Development 26(1): 1-19.

Navarro, Vicenç y Mónica Clua-Losada. 2012. El impacto de la crisis en las familias y en la infancia: observatorio social de España. Barcelona: Ariel.

Peña-Trapero, Bernardo. 2009. «La medición del Bienestar Social: una revisión crítica». Estudios de Economía Aplicada 27(2): 299-324.

Pérez de Armiño, Karlos. 2006. «Vulnerabilidad». Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo. <http://www.dicc.hegoa.ehu.es/listar/mostrar/228>. Fecha de acceso 23 de febrero de 2017.

Rivas, Ana María y María Isabel Jociles. 2009. «Entre el empoderamiento y la vulnerabilidad: la monoparentalidad como proyecto familiar de las MSPE por reproducción asistida y adopción internacional». Revista de Antropología Social 18: 127-170.

Ruiz Rivera, Naxheli. 2012. «La definición y medición de la vulnerabilidad social. Un enfoque normativo». Investigaciones Geográficas (Mx) 77: 63-74.

Sales, Albert, Josep Villareal y Emi Pallàs. 2018. Estrategia de inclusión y de reducción de las desigualdades sociales de Barcelona. Barcelona. <http://www.bcn.cat/barcelonainclusiva/ca/2018/6/estrategia_inclusion_2017-2027_es.pdf>. Fecha de acceso: 29 oct. 2019.

Sánchez-González, Diego y Carmen Egea-Jiménez. 2011. «Enfoque de vulnerabilidad social para investigar las desventajas socioambientales: Su aplicación en el estudio de los adultos mayores». Papeles de población 17(69): 151-185. <http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-74252011000300006>.

Sánchez, Angelina y María Paz Sandín. (2013). «Joves immigrants i persistència acadèmica: què ens diuen les seves xarxes personals?». Temps d’Educació 44: 177-190.

Sarasa, Sebastián y Francesca Luppi. 2012. «Crisis económica y pobreza infantil en algunos países de la Unión Europea». En Vicenç Navarro y Mónica Clua-Losada (eds.), El impacto de la crisis en las familias y en la infancia: 17-55. Barcelona: Ariel.

Schrag, Allison y Ada Schmidt-Tieszen. 2014. «Social Support Networks of Single Young Mothers». Child and Adolescent Social Work Journal 31(4): 315-327. doi: <https://doi.org/10.1007/s10560-013-0324-2>.

Sen, Amartya. 1992. Inequality Reexamined. Nueva York; Oxford: Russell Sage Foundation, Clarendon Press.

Sen, Amartia y Gro Harlem Brundtland. 1999. Romper el ciclo de la pobreza Invertir en la infancia. <https://www.oei.es/historico/inicial/articulos/invertir_infancia.pdf>.

Serracant, Pau. 2015. «The Impact of the Economic Crisis on Youth Trajectories: A Case Study from Southern Europe». Young 23(1): 39-58. doi: <https://doi.org/10.1177/1103308814557398>.

Singh, Sapam, Mohammed Eghdami y Sarbjeet Singh. 2014. «The Concept of Social Vulnerability: A Review from Disasters Perspectives». International Journal of Interdisciplinary and Multidiscipli nary Studies 1(6): 71-82. doi: <http://www.ijims.com/uploads/2a1a7b4810a19951ea42z10.pdf>.

Sirven, Nicolas. 2007. «De la pauvreté à la vulnérabilité: Évolutions conceptuelles et méthodologiques». Mondes en d{é}veloppement 35(4): 9-24. doi: <https://doi.org/10.3917/med.140.0009>.

Subirats, Joan, Clara Riba, Laura Giménez, Anna Obradors, Maria Giménez, Dídac Queralt, Patricio Bottos y Anna Rapoport. 2004. Pobreza y exclusión social: Un análisis de la realidad española y europea. Barcelona: Fundación La Caixa.

Tezanos, José Félix, Eva Sotomayor, Rosario Sánchez Morales et al. 2013. En los bordes de la pobreza: las familias vulnerables en contextos de crisis. Madrid: Biblioteca Nueva.

Valls Fonayet, Francesc. 2015. «El impacto de la crisis entre los jóvenes en España». Revista de Estudios Sociales 54: 134-149.

White, P., Pelling, M., Sen, K., Seddon, D., Russell, S. y Few, R. 2004. Disaster Risk Reduction. A Development Concern. A Scoping Study on Links Between Disaster Risk Reduction, Poverty and Development. Norwich, UK.