Disparidades. Revista de Antropología 76 (2)
julio-diciembre 2021, e015c
eISSN: 2659-6881
https://doi.org/10.3989/dra.2021.015c

FRAGMENTOS PARA UNA ETNOGRAFÍA DE LAS RADIOS COMUNITARIAS E INDÍGENAS EN AMÉRICA LATINA

FRAGMENTS FOR AN ETHNOGRAPHY OF COMMUNITY AND INDIGENOUS RADIOS IN LATIN AMERICA

Francisco M. Gil García

Universidad Complutense de Madrid

https://orcid.org/0000-0003-2453-4544

Beatriz Pérez Galán

Universidad Nacional de Educación a Distancia

https://orcid.org/0000-0002-1563-3295

Pedro Pitarch

Universidad Complutense de Madrid

https://orcid.org/0000-0002-0692-4955

RESUMEN

En este artículo nos interesa resaltar la existencia de comunidades ampliadas a partir del uso social, político y cultural que los actores implicados en las radios comunitarias e indígenas de América Latina hacen de estos medios. Para ello recurrimos a la presentación de tres casos etnográficos. Desde Chiapas (México), nos fijamos en el proceso dialógico de la comunicación indígena y en el valor de la palabra para generar comunidad. Por otra parte, analizamos las distintas estrategias que en la búsqueda y expresión de las identidades siguen las radios indígenas y comunitarias en la Quebrada de Humahuaca y la Puna de Jujuy (Noroeste argentino). Por último, abordamos el cuestionamiento de las relaciones de género planteado por mujeres comunicadoras de Bolivia. En todos los casos, nuestro propósito es el de interpretar cómo la experiencia de la radio es capaz de crear nuevas comunidades.

PALABRAS CLAVES: 
Radios indígenas; Comunidad; Palabra; Política; Cultura.
ABSTRACT

In this paper we are interested in highlighting the existence of extended communities based on the social, political, and cultural use that the actors involved in community and indigenous radio stations in Latin America make of these media. For this, we resort to the presentation of three ethnographic cases. From Chiapas (Mexico), we look at the dialogic process of indigenous communication and the value of the word to generate community. On the other hand, we analyze the different strategies that indigenous and community radio stations follow in the search and expression of identities in the Quebrada de Humahuaca and the Puna de Jujuy (Argentine Northwest). Finally, we address the questioning of gender relations raised by female communicators from Bolivia. In all cases, our purpose is to interpret how the radio experience is capable of creating new communities.

KEYWORDS: 
Indigenous Radio; Community; Word; Politics; Culture.

Recibido: 21 de marzo de 2021; Aprobado: 11 de octubre de 2021.

Cómo citar este artículo / Citation: Gil García, Francisco M., Beatriz Pérez Galán y Pedro Pitarch. 2021. “Fragmentos para una etnografía de las radios comunitarias en América Latina”. Disparidades. Revista de Antropología 76(2): e015c. doi: <https://doi.org/10.3989/dra.2021.015c>.

CONTENIDO

Debido a la importancia que «la palabra» adquiere entre las poblaciones indígenas americanas (Pitarch 2020Pitarch, Pedro. 2020. «La palabra indígena en la época de su reproducción electrónica. Observaciones sobre la ontología de las radios en Chiapas». En Gemma Orobitg (coord.). Medios indígenas. Teorías y experiencias de la comunicación indígena en América Latina: 61-84. Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert. ), la radio quizás haya sido el medio de comunicación «más representativo de la cultura indígena» (Orobitg 2020Orobitg, Gemma. 2020. «Lógicas culturales de la comunicación indígena en América Latina: una introducción». En Gemma Orobitg (coord.). Medios indígenas. Teorías y experiencias de la comunicación indígena en América Latina: 9-34. Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert. ). Es por esta razón que, en lugar de asumir la radio como un mero paisaje de fondo que acompaña nuestros trabajos de campo, en este artículo nos proponemos, desde la etnografía, «seguir a la radio», a sus actores y sus formas de apropiación cultural, para reflexionar sobre los modos de hacer comunidad, de ser indígena y el papel que la oralidad juega en estas dinámicas.

Siguiendo a Ginzburg (2002)Ginsburg, Faye D. 2002. «Screen memories: resignifiying the traditional in indigenous media». En Faye D. Ginsburg, Lila Abu-Lughod y Brian Larkin (eds.), Media worlds. Anthropology on new terrain: 39-57. Berkeley: University of California Press., Mora (2015)Mora, Pablo. 2015. «Lo propio y lo ajeno». En Pablo Mora (ed.), Poéticas de la resistencia. El video indígena en Colombia: 15-45. Bogotá: Cinemateca. y Salazar (2002)Salazar, Juan F. 2002. «Activismo indígena en América Latina: estrategias para una construcción cultural de las tecnologías de información y comunicación». Journal of Iberian and Latin American Research 8(2): 61-80. en sus trabajos sobre la apropiación de los medios y las nuevas tecnologías de la comunicación por parte de los pueblos indígenas, en este trabajo asumimos la radio indígena como una arena política y cultural integral que, por un lado permite interpretar las relaciones de esta población con otros actores de carácter local, regional, nacional y transnacional (O´Connor 2006O´Connor, Alan. 2006. The voice of the mountains. Radio and anthropology. Nueva York: University Press of America.); por otro, promueve el agenciamiento político a nivel individual y colectivo (Mora 2015Mora, Pablo. 2015. «Lo propio y lo ajeno». En Pablo Mora (ed.), Poéticas de la resistencia. El video indígena en Colombia: 15-45. Bogotá: Cinemateca.; Nava y Figuereido 2020Nava, Elena y Guilherme G. de Figueiredo (comps.). 2020.Tejiendo desde la contrahegemonía. Medios, redes y TIC en América Latina. México: UNAM.; Pérez 2020Pérez Galán, Beatriz. 2020. «“Comunicamos para la vida”. Género y Medios de comunicación indígenas en Bolivia». En Gemma Orobitg (coord.). Medios indígenas. Teorías y experiencias de la comunicación indígena en América Latina: 115-148. Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert.; Salazar 2002Salazar, Juan F. 2002. «Activismo indígena en América Latina: estrategias para una construcción cultural de las tecnologías de información y comunicación». Journal of Iberian and Latin American Research 8(2): 61-80.); y simultáneamente, contribuye de forma sustancial a la producción y recreación de un sentimiento de pertenencia étnica y cultural en la construcción de las identidades étnico-culturales, de un modo de ser y sentirse indígena hoy (Gil 2020aGil García, Francisco M. 2020a. «Definir el medio. Radios comunitarias e indígenas en la Quebrada de Humahuaca y la Puna de Jujuy, noroeste argentino». En Gemma Orobitg (coord.), Medios indígenas. Teorías y experiencias de la comunicación indígena en América Latina: 149-180. Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert.; Muñoz 2020Muñoz Morán, Óscar 2020. «Ocupando espacios con palabras. Comunicadores populares en Bolivia». En Gemma Orobitg (coord.), Medios indígenas. Teorías y experiencias de la comunicación indígena en América Latina: 85-114. Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert. ). En último extremo, la radio comunitaria e indígena promueve la experimentación social, produciendo nuevos modelos para significar el mundo y, potencialmente, transformar la sociedad (Orobitg 2020Orobitg, Gemma. 2020. «Lógicas culturales de la comunicación indígena en América Latina: una introducción». En Gemma Orobitg (coord.). Medios indígenas. Teorías y experiencias de la comunicación indígena en América Latina: 9-34. Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert. ) 1Radio «popular», «ciudadana», «comunitaria», o «de los pueblos originarios» son algunos de los términos que se usan indistintamente para referirse al tercer sector de la radiodifusión en América Latina. Conscientes de la enorme diversidad social y cultural que encierran estos paisajes, las radios comunitarias-indígenas a las que nos referimos en este texto son, de forma general, aquellas que se distinguen de los medios masivos y comerciales en cuatro aspectos. Primero, por dirigirse principalmente a una audiencia que se auto-reconoce indígena o de ascendencia indígena. Segundo, porque una parte variable de su programación se realiza en lenguas indígenas. Tercero, porque una parte del staff encargado de las tareas de locución, realización técnica, programación, producción e incluso de sostenimiento económico del medio, se considera indígena. Y por último, porque se trata de espacios sociales de encuentro e interacción extraordinariamente vivos en los que confluyen diariamente multitud de personas con diferentes propósitos. En este texto, nuestro interés por la radio comunitaria e indígena en América Latina se centra en abordar los usos sociales, políticos y culturales que hacen de este medio los pueblos indígenas..

Partimos de la idea de que la etnografía de las radios nos acerca en los modos de ser indígena en América. En concreto, mediante el estudio de casos provenientes de Argentina, Bolivia y México, nos proponemos reflexionar sobre cómo el concepto tradicional de «la comunidad» en Antropología se ve, una vez más, superado por los usos que los pueblos y comunidades indígenas hacen de las radios. En este sentido, entendemos que las radios indígenas y comunitarias no están destinadas tanto a reforzar esa comunidad cotidiana, como a fundar nuevas comunidades, nuevas colectividades.

Con matices según el medio, el protagonista o la referencia del acontecimiento comunicativo tiende a ser «la comunidad», sirviendo así las radios de pulsómetro de las relaciones sociales. La cuestión pasa, sin embargo, por tratar de definir cómo se entiende desde distintos medios esta idea, algo en lo cual inciden notablemente la «mediación» de los medios -vinculada a la construcción del acontecimiento mismo-, y la representación que de la cuestión identitaria se hace desde esos medios. Porque para muchos, la idea de una comunicación indígena está atravesada por el concepto de «comunicación con identidad». Y es desde este planteamiento que los medios indígenas producen sus propios acontecimientos a escala local y regional, pero también amplifican acontecimientos del ámbito provincial y nacional desde su propia perspectiva, generalmente buscando una vinculación con lo local/regional. En cualquier caso, afianzando un discurso propio fundamentado desde lo cultural o lo político. Desde referentes culturales, para potenciar, defender, valorizar lo propio en términos de pertenencia a la colectividad; desde referentes políticos, para generar una diferenciación marcadamente combativa, reivindicativa, o de denuncia. El caso es que un mismo acontecimiento podrá tener múltiples presentaciones y representaciones según el medio que lo produzca o recree. Así, los usos indígenas de la radio son, simultáneamente y sin contradicción, políticos (la radio como instrumento de organización, denuncia y reclamo de derechos colectivos e individuales, muchas veces atravesados por discursos de la dominación, la desigualdad -de género, procedencia y clase social-, el expolio y la descolonización); educativos (la radio como escuela para la alfabetización y formación); culturales (promocionando el uso y conocimiento de lenguas indígenas, y costumbres y formas de organización tradicionales); de información, ocio y entretenimiento (adaptando viejos formatos y géneros radiofónicos muy populares -como, por ejemplo, las radionovelas- a nuevos medios de comunicación masiva como Internet y las redes sociales).

Desde los contenidos y los discursos generados en torno a cualquier acontecimiento mediático, y a cómo estos apelen a criterios de orden político y cultural, así como de identidad étnica, comunitaria, regional, y de género, en la (auto) definición de las radios indígenas se impone también su consideración por parte de la audiencia, siendo esta la que, en última instancia otorgue al medio su carta de naturaleza. En este sentido, lo que sugerimos en este artículo es que la apropiación y uso que los grupos indígenas hacen de los medios (y especialmente de la radio) nos permite apostar por el hecho de que lo representativo de la cultura indígena no son las comunidades corporativas cerradas o tradicionales, sino más bien un tipo de comunidad ampliada, con fronteras difusas, expandida más allá de lo étnico o lo local, que resultan incluso de relaciones y dinámicas coyunturales de un momento particular (Gil 2020bGil García, Francisco M. 2020b. «Etnografías deslocalizadas. Repensando la comunidad desde la antropología de los medios de comunicación indígena». Revista Española de Antropología Americana 50: 253-264.; Pitarch 2020Pitarch, Pedro. 2020. «La palabra indígena en la época de su reproducción electrónica. Observaciones sobre la ontología de las radios en Chiapas». En Gemma Orobitg (coord.). Medios indígenas. Teorías y experiencias de la comunicación indígena en América Latina: 61-84. Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert. ).

Considerando estos planteamientos, presentamos a continuación tres acercamientos que remiten a escenarios geográficamente distintos, a distinta escala y formulados desde lugares de enunciación que reflejan la diversidad de experiencias de radios comunitarias en América Latina. Ya sea aportando una reflexión más amplia o incidiendo en aspectos particulares, los tres casos de estudio reflejan cómo las radios indígenas y comunitarias «crean» otros formatos y otras formas de expresión de comunidad. Poniendo el foco etnográfico sobre poblaciones mayas de Chiapas (México), se analizará el papel de la palabra indígena para proponer una ontología de las radios y las razones por las cuales este medio de comunicación ha alcanzado especial predominancia en los escenarios mediáticos amerindios. Desde la dicotomía que se produce entre radios indígenas y comunitarias en la Quebrada de Humahuaca y la Puna de Jujuy (Argentina) se discutirá el concepto de comunidad desde la importancia que los medios conceden a lo político o lo cultural, y a la medida del debate local en torno al sentimiento de representación e identificación que estas radios, cada una a su manera, despiertan en sus audiencias. Por último, sin perder de vista esta doble vertiente de lo político y lo cultural, definiremos el papel jugado por las mujeres comunicadoras en las radios indígenas en Bolivia, prestando especial atención a cómo contribuye a cuestionar los roles tradicionales de género y a la defensa de la diferencia cultural y de sus derechos como mujeres y como indígenas al mismo tiempo.

COMUNIDADES UNIDAS POR LA PALABRA (CHIAPAS, MÉXICO)

 

Quizá una de las características más notables de las radiodifusoras indígenas en Chiapas es que están dirigidas a fundar una sociedad cuyos miembros se encuentran unidos virtualmente por «la palabra». En la mayor parte de los casos los miembros no se conocen visualmente, no se ven entre sí, pero sí se escuchan. Y esta presencia auditiva posee rasgos sensoriales extremadamente valorados desde un punto de vista indígena porque señala una relación de intimidad, una proximidad de naturaleza moral e imaginativa distinta de la convivencia cotidiana. El papel que posee en el mundo indígena la palabra hace posible que hablar y escuchar sin la participación de otros sentidos -separándose de ellos- precipite un tipo de vida en el cual el resto de la existencia se convierte, por así decir, en el telón de fondo sobre el que se desarrolla la figura de una existencia diferente. El lenguaje domina la escena. Se trata de un tipo de presencia que confiere sentido sin recurrir a una referencia externa.

Sería útil, pues, pensar en cada radiodifusora indígena no solo como un medio técnico de comunicación con una audiencia, sino como una sociedad donde sus miembros cobran existencia -coexisten- en cuanto se presentan verbalmente, esto es, son lo que son en la medida en que su palabra tiene una presencia específica; quizá no tanto una persona, cuanto una voz.

Estas comunidades unidas por la palabra no son, sin embargo, colectivos unívocos en las que unos locutores se dirigen a una audiencia. Sin duda, el peso principal recae sobre el locutor o los locutores que representan por así decir el foco virtual, pero los oyentes también intervienen activamente. En ocasiones acuden a la emisora, aunque en la actualidad lo más común es que se comuniquen por medio del teléfono celular para informar de algo, solicitar una canción, dar testimonio religioso, moral, personal, etc. La respuesta a través de los celulares es de hecho lo que permite, junto con la procedencia de las pequeñas aportaciones económicas, reconocer la extensión del dominio de la emisora; un dominio no geográfico, sino ontológico. Probablemente, este circuito de doble sentido es un aspecto esencial de las radios indígenas: el permanente diálogo entre locutores y auditores, de tal modo que la participación se convierte en un discurso reversible con un formato dialógico. Desde este punto de vista, la comunicación de la radio adopta las formas verbales indígenas tradicionales.

El hecho decisivo aquí, sin embargo, es que los límites de estas comunidades radiofónicas no coinciden con los límites de las comunidades «reales» de la vida ordinaria. Se trata de un dominio distinto que redistribuye las «clases» sociales -geográficas, lingüísticas, étnicas, profesionales u otras- de un modo diferente. Lo que define la pertenencia a estas comunidades virtuales no es necesariamente ser indígena, o de tal municipio o aldea, de la tierra fría o caliente, hablar tzotzil, tzeltal, chol, tojolabal o español, ser urbano o rural, dedicarse a trabajar en la milpa o en el transporte. Esta disolución o reorganización afecta también a las filiaciones religiosas: los oyentes de un predicador radial comúnmente pertenecen a Iglesias distintas, y pueden llegar a reunir en ocasiones evangélicos y católicos. Lo que estamos sugiriendo, en definitiva, es que la radio indígena no está destinada tanto a reforzar «la comunidad» cotidiana, como a fundar nuevas comunidades, nuevas colectividades.

Las comunidades radiofónicas, por tanto, erosionan las categorías estipuladas de identificación (indígena, chol, zinacanteco), así como las divisiones administrativas municipales, regionales, estatales o nacionales. Y tampoco la frontera internacional entre Chiapas y Guatemala tiene ningún valor: radios libres guatemaltecas se escuchan en Chiapas sin distinción. En su lugar, las radiodifusoras realinean el sentimiento de pertenencia en función de otros intereses o afinidades, afinidades electivas y no dadas. La impresión es que este sentimiento de pertenencia se define en términos de una «comunidad moral»: aquello que justifica la pertenencia a una radioemisora /sociedad son argumentos compartidos de carácter ético.

También son argumentos afectivos. Los locutores radiofónicos y los oyentes que se comunican con ellos -la palabra radiada en su conjunto- se expresan en un registro sentimental, donde se ríe y se llora abiertamente, se declaran estados afectivos, tristeza, amor, furia, nostalgia y otros; se suplica, se lamenta, se confiesa; se muestra simpatía, piedad o desvelo por los afligidos y enfermos. Es el lenguaje del «corazón»: un lenguaje en buena medida excepcional en el mundo indígena y, cabe decir, bastante estereotipado en su expresión. La omnipresencia de la música y la letra de las canciones es en sí misma un medio para la obtención de respuestas emocionales. Las canciones suelen estar dedicadas a seres queridos, amados, recordados, extrañados, aunque estos no siempre escuchen la emisora, lo cual lleva a pensar que lo importante no es tanto informar de ese sentimiento a la otra persona, como exponerlo públicamente mostrándose afectado

Más aún, el propio discurso radiofónico gira en torno a estos estados «internos». De hecho, cuando se habla en lenguas indígenas en la radio se recurre a menudo al léxico sentimental del español porque las lenguas indígenas carecen de referente o emplean un tipo de expresión más extensa e imprecisa. Este recurso al lenguaje sentimental es tanto más llamativo cuanto que el discurso tradicional indígena está presidido por la contención afectiva y la misma condición humana debe caracterizarse por la supresión o dominio de las emociones. Lo que ocurre, sin embargo, es que el complejo habla-escucha y su centralidad en la creación de nuevos vínculos que, a su vez, configuran nuevas comunidades, se modulan a partir de la experiencia de la radio.

RADIOS CONSTRUYENDO IDENTIDAD (NOROESTE ARGENTINO)

 

Desde finales de los años 1990 y primeros 2000, la Quebrada de Humahuaca y la Puna de Jujuy se han convertido en un escenario de emergencia indígena y revitalización cultural en el que confluyen procesos identitarios, de etnogénesis, de recreación de la tradición, de reclamos territoriales y de pugnas por intereses económicos. En este contexto, distintos movimientos, organizaciones e instituciones comenzaron a expandir su actividad a los medios de comunicación local o regional, contribuyendo a la construcción, expresión y legitimación de dichos procesos. Se fue componiendo así un entorno mediático dominado por radios alternativas (indígenas, comunitarias con y sin licencia, populares, cooperativas, socioeducativas, libres, estudiantiles), entre las cuales algunas se integran en redes (inter)nacionales de comunicación alternativa/comunitaria, y unas pocas se vinculan explícitamente con movimientos indígenas o campesinos.

La Ley de Medios (2009; en suspenso desde 2016) dividió el espectro radiotelevisivo argentino a partes iguales en sectores público, privado/comercial y comunitario. Pero esta tripartición pronto generó agrios debates y fuertes tensiones mediáticas, sociales e identitarias, y causó una fractura entre radios indígenas y radios comunitarias2Un análisis de la incidencia de la Ley de Medios sobre los medios indígenas argentinos en general, y sobre las radios indígenas y comunitarias del Noroeste en particular, puede encontrarse en Doyle (2018), Milana y Villagra (2018) y Siares y Belotti (2018)..

Aunque diversas asociaciones indígenas trataron en un primer momento de forzar un reconocimiento específico para los medios indígenas, su proyecto nunca prosperó. Desde instancias legislativas se propuso integrarlos dentro de los medios comunitarios, oferta que los interlocutores indígenas rechazaron al considerar que así perderían su propia voz3Un recorrido por el debate sobre los medios indígenas argentinos y sus diferentes estrategias discursivas puede encontrarse en Doyle (2013)., y argumentando que, aunque sus formas de vida sean comunitarias, las radios deben de ser indígenas, con una identidad fortalecida y una convicción de lucha.

Hasta fines de 2015 fueron muchas las radios comunitarias que obtuvieron una licencia estatal. Sin embargo, algunas dejaron de emitir al poco tiempo; el mismo Estado que les dio equipos y cursos de capacitación las abandonó a su suerte, y los problemas técnicos hicieron el resto. Por el contrario, las radios indígenas nunca obtuvieron licencia, sino autorización vitalicia para emitir, generalmente acompañada de subsidios. Con todo, un alto porcentaje también acabó sucumbiendo ante problemas técnicos, o enredándose en tensiones políticas; algunas ni siquiera salieron al aire.

Hubo radios indígenas que apostaron por su licitación como medios comunitarios: entre otras, Radio Pachakuti de Abra Pampa, primera radio indígena del país, o Radio Wiphala de Volcán, primera radio indígena de la Quebrada de Humahuaca. Muchos vieron en esta maniobra una traición política, negando a quienes estaban detrás de estos medios la condición de comunicadores indígenas al argumentar que no hacían verdadera «comunicación con identidad». Una idea de identidad que redirige al concepto de comunidad, y que abre una discusión fundamentada en la mediación de los medios -vinculada a la construcción del acontecimiento-, y la representación que en ellos se hace de lo indígena/comunitario.

Los protagonistas del acontecimiento local son personajes destacados de la comunidad, vecinos, jóvenes, grupos de madres, estudiantes, puesteros del mercado, representantes de la cultura local, distintos colectivos gremiales, gestores municipales, el intendente, turistas, los hippies de la plaza, las comunidades indígenas, etc. Y entre ellos se generan relaciones de identificación o de diferenciación/exclusión, ya sea bajo el signo de lo político o de la cultura. Por otra parte, la referencia del acontecimiento tiende a ser «la comunidad», sirviendo así las radios de pulsómetro de las relaciones sociales. Pero si las radios comunitarias buscan referentes culturales desde los cuales potenciar, defender y valorizar lo propio en términos de pertenencia a la colectividad, los medios indígenas se centran en referentes políticos desde los cuales generar una diferenciación marcadamente combativa, reivindicativa o de denuncia exclusiva de su comunidad indígena. Así, un mismo acontecimiento tendrá múltiples presentaciones y representaciones según el medio que lo produzca o amplifique.

En general, las relaciones entre la comunidad local y las comunidades indígenas no son fáciles, y esta tensión se plasma en los medios. Tal es así que entre muchos comunicadores comunitarios se afianza la idea de que los reclamos indígenas representan una traba en la consolidación de la identidad local predominante; por eso cada medio ha afianzado un discurso especializado. Los medios indígenas insisten en el discurso político de la dominación, el expolio y la descolonización. Los medios comunitarios, aunque no son ajenos a los conflictos políticos locales y nacionales, se centran en un discurso cultural que defiende lo local para reforzar su construcción de una comunidad local constituida por identidades diversas.

Igualmente, más allá de las licencias legales, o de la (auto) definición del medio, en el etiquetado de las radios como indígenas o comunitarias se impone también su consideración por parte de la audiencia. Se atiende a los contenidos y al discurso generados en torno al acontecimiento, y a cómo éstos apelen a criterios de identidad étnica, comunitaria o regional. Será en estos juegos discursivos que los medios indígenas pierdan calado y proyección social en beneficio de los comunitarios, que muchas veces reformulan los acontecimientos producidos por los primeros con el objetivo de amplificarlos para movilizar a la comunidad local y generar opinión a través de otros medios (i.e. WhatsApp o prensa provincial).

Cabría decir que las radios comunitarias -con o sin licencia- son aquellas se proyectan al servicio de la comunidad local. Sin embargo, a pesar de su licencia, algunas de ellas no son ni percibidas ni sentidas como tales; muy al contrario que otras que carecen de ese amparo legal. Por ejemplo, Radio Wiphala de Volcán es reconocida a la vez como comunitaria e indígena, pero todo el mundo la percibe como indígena. En Purmamarca, Radio Viltipoco se autodefine comunitaria, pero la comunidad le dio la espalda cuando en mayo de 2018 un dictamen judicial procedió a su cierre, aduciendo que siempre fue poco menos que un medio unipersonal, politizado y sin apertura a la diversidad de voces. A pesar de constituir un referente regional en radio comunitaria, la licencia de Radio Candela de Maimará es comercial. En Tilcara, La Caprichosa, con licencia de radio comunitaria, suele ser vista como una radio de/para gringos y hippies, a diferencia de Radio Azul, que no tiene licencia, pero a la cual todo el pueblo siente como verdaderamente comunitaria.

En resumen, el problema fundamental quedaría focalizado en si son radios en tal comunidad, o si son percibidas de la comunidad. Si son radios que hacen comunidad, o que más bien imaginan comunidad, insistiendo así en esa idea de la creación de nuevas comunidades a través de la experiencia de la radio que venimos presentando como pieza fundamental en el análisis de las radios indígenas y comunitarias.

LA VOZ DE LAS MUJERES INDÍGENAS EN LA RADIO (BOLIVIA)

 

En la actualidad algunos de los medios y procesos de comunicación indígena (radio, cine, TV) de América Latina con mayor repercusión a nivel internacional son liderados por mujeres (Pérez 2020Pérez Galán, Beatriz. 2020. «“Comunicamos para la vida”. Género y Medios de comunicación indígenas en Bolivia». En Gemma Orobitg (coord.). Medios indígenas. Teorías y experiencias de la comunicación indígena en América Latina: 115-148. Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert.). Esta situación contrasta con la escasa atención prestada en la literatura sobre medios indígenas al género, aspecto que suele aparecer relegado o, cuando menos, desligado de la identidad étnica y de la clase social.

En este apartado abordamos de modo sucinto algunas líneas para el debate sobre el papel que la radio desempeña en la vida de las mujeres comunicadoras como un espacio de experimentación social y agenciamiento a nivel individual y colectivo. Un espacio que mientras reproduce las mismas desigualdades y exclusiones para las mujeres comunes a otros ámbitos de participación política y liderazgo, por ejemplo: limitando su acceso, dificultando el desempeño de su trabajo, o naturalizando y desvalorizando sus aportaciones frente a las de los comunicadores varones (indígenas y no indígenas), al mismo tiempo contribuye al cuestionamiento de los roles tradicionales de género y a la defensa de la diferencia cultural y de sus derechos como mujeres y como indígenas.

Para contribuir a este debate el ejemplo etnográfico procede de Bolivia. Este país no solo es uno de los pioneros en el desarrollo de la comunicación comunitaria indígena -en especial de la radio en aymara- en América Latina sino uno en los más ha contribuido a la democratización y a la inclusión de los pueblos originarios. Desde las experiencias de las radios mineras y campesinas del norte de Potosí en el escenario precedente a la Reforma Agraria de 1952, la historia de este medio se entrelaza a las luchas sociales protagonizadas por la población indígena, campesina y chola4Cholo-chola es el término generalmente de carácter peyorativo utilizado en los países andinos para referirse a la población de procedencia indígena migrante a la ciudad. en las décadas de 1990 y 2000 que llevaron al gobierno a Evo Morales (2006-2019). En concreto, el trabajo de campo se realizó en tres radios ubicadas en zonas urbanas y rurales Bolivia5El trabajo de campo se desarrolló entre 2016 y 2018 en Radio Pío XII (emisoras de Cochabamba, y LLallagua y Pocoata en Potosí), en Radio San Gabriel (El Alto) y en Radio Lachiwana (Cochabamba). Las dos primeras son actores políticos reconocidos a nivel local, regional y nacional cuyos orígenes datan en los dos últimos casos de los años 50 y 60 del siglo XX inspiradas en el paradigma de la comunicación popular y referentes en el desarrollo de la radio comunitaria e indígena en Bolivia. Mientras, Radio Lachiwana, surge como resultado de la movilización popular de fines de los años 90 vinculada a la organización sindical campesina de Cochabamba..

Estas radios emiten en lenguas originarias una parte sustancial de su programación. Esta programación indígena se concentra en dos franjas: en la madrugada (de 4:30 a 8:00 am), y en la noche (de 21:00 hasta el cierre de emisión). Los contenidos abarcan un conjunto variado de temas abordados desde un enfoque local y con un tono frecuentemente reivindicativo entre los que se incluyen: medicina tradicional, agropecuaria, cuentos y leyendas, historia, avisos y comunicados, informativos, radionovelas y revistas. Estas últimas tratan de la actualidad política regional, nacional e internacional, de economía, los derechos de las mujeres, la infancia, y de los pueblos originarios y campesinos. Los fines de semana generalmente se reservan para la emisión de programas de entretenimiento, musicales y concursos, muy populares entre la población de ascendencia indígena y chola de provincias y de zonas urbano-marginales de migración, donde se ubica el grueso de la audiencia que tienen estas radios.

Si bien esta programación es conducida indistintamente por comunicadores y comunicadoras indígenas (titulados o no, contratados y voluntarios), su participación es desigual. Las dificultades de acceso a la formación, la discriminación y la violencia de género son algunos de los obstáculos comunes que observan para conciliar el triple rol productivo, reproductivo y de representación política y explican la división de género que se superpone a la división étnica. Esto se refleja en las violencias múltiples que relatan en las entrevistas derivadas de su condición de mujeres, madres, cholas, e indígenas; en el tipo de vinculación contractual con el medio, más precaria en general que la de sus colegas varones, lo que les obliga a desempeñar otros trabajos para completar ingresos como campesinas, artesanas, limpiadoras, cocineras; y por una trayectoria personal como líderes en otras organizaciones sociales y comunitarias que se ve frecuentemente interrumpida o abandonada ante las dificultades de la conciliación.

No obstante, a diferencia de otros medios audiovisuales como la TV o el cine donde la presencia de las comunicadoras indígenas es todavía más infrecuente y está muy condicionada por criterios de belleza racializada (cholas jóvenes y guapas convertidas en emblemas de autenticidad cultural indígena), la radio proporciona un espacio de experimentación social y agenciamiento más inclusivo, cotidiano y directo para que «la voz de las mujeres», como representantes de sus comunidades, sea escuchada y puesta en valor. Ese reconocimiento social, unido al alto grado de exposición pública que supone este medio, se concreta en varios niveles que dan cuenta del impacto individual y colectivo de este medio en la vida de las mujeres e informan sobre una manera singular de practicar la comunicación.

Desde esta perspectiva, la radio habría permitido a las comunicadoras desarrollar un nivel de autoconsciencia colectiva y de defensa de los derechos económicos, sociales y culturales como indígenas. Como ellas mismas lo expresan: «democratizar la palabra», «visibilizar nuestras luchas», «fortalecer nuestra identidad como pueblos originarios». Y al mismo tiempo, como mujeres. Los títulos de los programas conducidos por estas mujeres resultan elocuentes respecto a la oportunidad y el desafío que supone para ellas romper el silencio y construir a través de la palabra hablada nuevas formas de auto-representación distintas a las hegemónicas -masculinas-: «Si nos permiten hablar», «La palabra es de ustedes», «Yo siempre te he oído, ahora te toca escucharme a ti».

«Hacemos el programa Si nos permiten hablar. Mire, es que a nosotras las mujeres nos han callado muchas veces, siempre lo hacen. Por eso es el nombre que le hemos puesto a nuestra revista y ahí hacemos justo este análisis. Tomamos temas como es la violencia de la mujer, la ley 348, ¿cuántos tipos de violencias hay? Y tratamos de que la ciudadanía nos escuche en ese tema. Abordamos temas que nos interesan a nosotras las mujeres y también a los hombres. Esta radio se tiene que caracterizar porque defiende los derechos de las mujeres, especialmente, no solamente de las campesinas, porque sabemos que en todo Bolivia, tanto en el área urbana como en el área rural, se sigue repitiendo la violencia hacia la mujer ¿no?». (Sandra Cossio, comunicadora quechua)

Este uso político del medio se refleja, a su vez, en la selección y en el tratamiento de los temas. Estos temas incluyen desde los propiamente relacionados con los derechos de las mujeres (maternidad, discriminación, salud sexual y reproductiva, violencia de género), hasta otros de interés más general (el precio de la canasta básica, los abusos de las autoridades, la educación, el medio ambiente, la política nacional e internacional, las fiestas). Todos abordados desde un enfoque integral que comienza en el propio cuerpo de las mujeres, se extiende al entorno grupal y familiar y se realiza en la tierra-territorio como metáfora de vida y de identidad colectiva.

«La mujer siempre tenemos una mirada amplia, siempre estamos pensando en los hijos, pensamos en lo económico, pensamos también en la formación, en la educación. Pensamos siempre que va a hacer mañana, que están los hijos, que está la producción. O sea que siempre estamos igual que la tierra que cuanto más unido da siempre todo el fruto. (...) La comunicación indígena sabe a tierra y territorio. Cuando hablamos de tierra y territorio está todo inmerso. No hablar de la tierra y territorio es no hablar de nada». (Susana Paqare, comunicadora quechua, Radio Lachiwana)

Por último, esa forma singular e incluyente de narrar (se) queda patente por último en el propio sentido de la comunicación que practican estas mujeres y a quienes se dirigen. La programación indígena conducida por estas comunicadoras se dirige tanto hacia afuera de la comunidad (en el objetivo de denunciar sus luchas y conseguir objetivos para sí y para el grupo), como hacia adentro (construyendo y proyectando sentido de pertenencia colectiva). De este modo, haciendo uso de la palabra en el espacio público que provee este medio, las comunicadoras indígenas negocian permanentemente entre lo local y lo global, entre lo propio y lo apropiado, y entre las desigualdades estructurales marcadas por el género, la clase social y la pertenencia colectiva- y la capacidad de agencia.

CONCLUSIONES

 

Los casos etnográficamente presentados de radios indígenas y comunitarias nos muestran que se han convertido en espacios privilegiados de expresiones propias, donde se difuminan algunas de las fronteras comúnmente admitidas por la antropología. A partir de estas nuevas comunidades radiofónicas, en este texto hemos puesto de manifiesto procesos diversos de creación y experiencia de vínculos de pertenencia colectiva a través de este medio, que operan tanto a nivel local como y supralocal. Como se deduce de los casos presentados en este texto, la radiodifusión indígena constituye una experiencia heterogénea en cuanto a sus objetivos, motivaciones, expresiones e implicaciones sociales, que muchas veces tiene que ver con los orígenes de cada uno de estos medios (ya estén respaldados por programas gubernamentales, proyectos de cooperación, organizaciones sindicales, iglesias de distinta confesión, movimientos sociales, o movimientos indígenas).

Los modos indígenas de escuchar -y muy especialmente de hablar-, así como el tratamiento de la palabra, producen nuevas comunidades, donde las categorías de pertenencia colectiva -étnica y de género, según los casos analizados- son puestas en cuestión para crear otras, todavía imprecisas y abiertas a la continua actualización, generando un proceso dialógico en el cual se anula la diferencia entre emisor y receptor. De ahí que, desde la palabra, «la radio crea comunidad». En este sentido, las tres etnografías traídas a colación sugieren que las categorías clásicas de pertenencia colectiva y las relaciones de poder que las atraviesan (indígena-no indígena, rural-urbano, género, clase social), se negocian y se replantean a través de estos medios. Así, ser radios indígenas, comunitarias, populares, etc., carece de importancia, pues todas ellas se convierten en medios de expresión de formas de ser, pero, sobre todo, en formas de superar lo que se es. Desde esta perspectiva, las radios indígenas se dibujan como espacios de construcción y experimentación social, a partir de los cuales los pueblos y comunidades indígenas en América Latina articulan nuevas propuestas étnicas, políticas, culturales y de género para repensarse como miembros de una colectividad; y desde los cuales, al mismo tiempo, se articulan realidades ontológicas, étnicas, políticas y culturales en continua transformación.

NOTAS

 
1

Radio «popular», «ciudadana», «comunitaria», o «de los pueblos originarios» son algunos de los términos que se usan indistintamente para referirse al tercer sector de la radiodifusión en América Latina. Conscientes de la enorme diversidad social y cultural que encierran estos paisajes, las radios comunitarias-indígenas a las que nos referimos en este texto son, de forma general, aquellas que se distinguen de los medios masivos y comerciales en cuatro aspectos. Primero, por dirigirse principalmente a una audiencia que se auto-reconoce indígena o de ascendencia indígena. Segundo, porque una parte variable de su programación se realiza en lenguas indígenas. Tercero, porque una parte del staff encargado de las tareas de locución, realización técnica, programación, producción e incluso de sostenimiento económico del medio, se considera indígena. Y por último, porque se trata de espacios sociales de encuentro e interacción extraordinariamente vivos en los que confluyen diariamente multitud de personas con diferentes propósitos. En este texto, nuestro interés por la radio comunitaria e indígena en América Latina se centra en abordar los usos sociales, políticos y culturales que hacen de este medio los pueblos indígenas.

2

Un análisis de la incidencia de la Ley de Medios sobre los medios indígenas argentinos en general, y sobre las radios indígenas y comunitarias del Noroeste en particular, puede encontrarse en Doyle (2018)Doyle, María Magdalena. 2018. «Acceso y participación de los pueblos indígenas en el sistema de medios de Argentina». Anuario Electrónico de Estudios en Comunicación Social «Disertaciones» 11(2): 30-49. , Milana y Villagra (2018)Milana, María Paula y Emilia Villagra. 2018. «Comunicación indígena en el noroeste argentino: el caso de la radio FM OCAN (Salta, Argentina)». Anuario Electrónico de Estudios en Comunicación Social «Disertaciones» 11(2): 128-142. y Siares y Belotti (2018)Siares, Emilse y Francesca Belotti. 2018. «Los medios indígenas en Argentina: caracterización y desafíos a partir de la experiencia de dos radios kollas». Anuario Electrónico de Estudios en Comunicación Social «Disertaciones» 11(2): 86-103..

3

Un recorrido por el debate sobre los medios indígenas argentinos y sus diferentes estrategias discursivas puede encontrarse en Doyle (2013)Doyle, María Magdalena. 2013. «Los medios masivos de comunicación en las luchas de los Pueblos indígenas. Abordajes desde los estudios sobre comunicación». Estudios 30: 107-122..

4

Cholo-chola es el término generalmente de carácter peyorativo utilizado en los países andinos para referirse a la población de procedencia indígena migrante a la ciudad.

5

El trabajo de campo se desarrolló entre 2016 y 2018 en Radio Pío XII (emisoras de Cochabamba, y LLallagua y Pocoata en Potosí), en Radio San Gabriel (El Alto) y en Radio Lachiwana (Cochabamba). Las dos primeras son actores políticos reconocidos a nivel local, regional y nacional cuyos orígenes datan en los dos últimos casos de los años 50 y 60 del siglo XX inspiradas en el paradigma de la comunicación popular y referentes en el desarrollo de la radio comunitaria e indígena en Bolivia. Mientras, Radio Lachiwana, surge como resultado de la movilización popular de fines de los años 90 vinculada a la organización sindical campesina de Cochabamba.

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