RESUMEN
Si bien la antropología y el turismo no siempre han tenido una relación feliz, la antropología del turismo ha alcanzado la mayoría de edad, y esto en diferentes tradiciones académicas. Desde hace medio siglo, este subcampo de la antropología desempeñó un papel importante en el establecimiento de los estudios de turismo. Aquí trazo esta historia, analizando el influyente papel en los volúmenes editados de Hosts and Guests para dar forma a la relación entre la antropología y el turismo. Me acerco a cómo algunas ideas novedosas no fueron recogidas, mientras que otras empezaron a llevar sus propias vidas. Este ejercicio nos ayuda a comprender mejor la posición actual de la antropología del turismo dentro de los estudios de antropología y turismo, así como a identificar las direcciones futuras. Esto incluye el reconocimiento de que no hay un solo canon, sino múltiples antropologías del turismo. La antropología como disciplina tiene importantes contribuciones que hacer al estudio del turismo. Ofrece un enfoque holístico para el análisis crítico del turismo a través de su marco comparativo y la capacidad de unir varias escalas, reconociendo la interconexión intercultural de los ámbitos económico, ambiental y social. La pregunta que pide una respuesta es cómo los antropólogos deben tratar la implicación de la disciplina en el turismo contemporáneo alrededor del globo.
Palabras clave: Estudios de turismo; Teoría; Historia; Intermediación cultural; Imaginarios; Movilidad.
ABSTRACT
While anthropology and tourism have not always enjoyed a happy relation, the anthropology of tourism has come of age, and this in different academic traditions. Having been around for half a century, this subfield of anthropology played a substantial role in the establishment of tourism studies. I trace this history here by analysing the influential role of the Hosts and Guests edited volumes in shaping the relationship between anthropology and tourism. I zoom in on how some novel ideas were not picked up while others started leading their own lives. This exercise helps us to better understand the current position of the anthropology of tourism within anthropology and tourism studies and to identify future directions. This includes a recognition that there is no single canon but, instead, multiple anthropologies of tourism. Anthropology as a discipline has important contributions to make to the study of tourism. It offers a holistic approach to the critical analysis of tourism through its comparative framework and the ability to bring various scales together, by recognizing the cross-cultural interconnectedness of economic, environmental and social domains. The question that begs an answer is how anthropologists should deal with the discipline’s implication in contemporary tourism around the globe.
Keywords: Tourism Studies; Theory; History; Cultural Brokerage; Imaginaries; Mobility.
Si bien la antropología y el turismo no siempre han disfrutado de una relación feliz, la antropología del turismo ciertamente ha alcanzado la mayoría de edad, y esto en diferentes tradiciones académicas. Este subcampo de la antropología, que existe desde hace medio siglo, desempeñó un papel importante en el establecimiento de los estudios de turismo como un nuevo campo de investigación. En este breve artículo, trazo esta historia analizando el influyente papel de los volúmenes editados de Hosts and Guests, para dar forma a la compleja relación entre antropología y turismo. Me detengo en cómo algunas ideas novedosas presentadas en estos libros no fueron recogidas mientras que otras empezaron a vivir sus propias vidas. Este ejercicio nos ayuda a comprender mejor la posición actual de la antropología del turismo dentro de los estudios de antropología y turismo y, lo que es más importante, a identificar las futuras direcciones hacia las que puede dirigirse la antropología del turismo. Esto incluye, entre otras cosas, el reconocimiento urgente de que no existe un canon único, sino la coexistencia de múltiples antropologías del turismo. Aunque no existe una perspectiva única aceptada, la antropología como disciplina tiene importantes contribuciones que hacer al estudio del turismo. Ofrece un enfoque holístico para el análisis crítico del objeto de estudio a través de su marco comparativo y la capacidad de unir varias escalas, reconociendo la interconexión intercultural de los ámbitos económico, ambiental y social. La pregunta difícil que pide una respuesta es cómo los antropólogos deben tratar la profunda implicación de la disciplina en el turismo contemporáneo en todo el mundo.
La década de 1970 ha sido descrita como un «pivote de cambio» en la historia del mundo.
Esto no fue diferente para la antropología y el turismo. Como Alex Golub argumenta
con audacia, «1974 es el año en que la antropología tomó la forma que tiene hoy en
día» ( Golub, Alex. 2014. «1974 as a Key Year in Anthropology». Savage Minds: Notes and Queries in Anthropology 6 mar. Disponible en: <
Si bien la antropología y el turismo no siempre han disfrutado de una relación feliz,
la antropología del turismo ciertamente ha alcanzado la mayoría de edad, y esto en
diferentes tradiciones académicas ( Salazar, Noel B. 2017. «Anthropologies of Tourism: What’s in a Name?»American Anthropologist 119(4): 723-747. doi: <
En este trabajo, discuto las múltiples direcciones en las que la antropología del turismo ha evolucionado desde Hosts and Guests y doy algunas sugerencias para futuras áreas de atención. Me enfoco en tres áreas principales de estudio: (1) intermediación (cultural), (2) imaginarios y (3) movilidades.
Hosts and Guests ( Smith, Valene L. (ed.). 1977. Hosts and Guests: The Anthropology of Tourism. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.Smith 1977) se dio a conocer en los estudios de turismo por el modelo conceptual al que se refiere el título. El marco toma el pacto premoderno de hospitalidad como paradigma para los intercambios turísticos, con «gente local» como anfitriones (dispuestos) y turistas como invitados (temporales). Hasta cierto punto, la relación anfitrión-huésped es lo que los antropólogos han documentado tradicionalmente en sus estudios etnográficos. En muchos relatos descriptivos sobre culturas de todo el mundo, se hace mucho hincapié en la importancia de la hospitalidad como forma de negociar el parentesco y la amistad. La hospitalidad, como forma cultural, se extiende también a los viajeros. Los antropólogos proyectaron estas observaciones sobre el turismo contemporáneo, en particular sobre la relación entre los turistas (generalmente de alto nivel) de los países occidentales y las comunidades frágiles de lo que entonces se conocía como el «Tercer Mundo». Este enfoque desplazó la atención de los estudios turísticos del turista hacia los aspectos relacionales más amplios del turismo y el cambio sociocultural.
El acercamiento a los anfitriones y huéspedes reveló que la relación entre los turistas y las personas que viven en los destinos es muy asimétrica en términos de poder, ya que son estos últimos los que tienen que soportar la carga de la adaptación económica, social y cultural ( Nash, Dennison. 1977. «Tourism as a Form of Imperialism», en Valene L. Smith (ed.), Hosts and Guests: The Anthropology of Tourism: 33-47. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.Nash 1977). Además, la relación entre el anfitrión y el huésped se situaba en un marco general que consideraba el turismo en términos de mercantilización cultural (reconociendo así el carácter cada vez más comercializado de la hospitalidad). La idea general del argumento era sugerir que las culturas se han convertido en mercancías para la venta, como un paquete para ser comprado por los turistas. En la mayoría de los estudios de casos, se hizo hincapié en el tipo y el alcance de los efectos socioculturales, y no en las reacciones posteriores de las comunidades locales ante esos efectos.
El así denominado paradigma del anfitrión-huésped (host-guest) ha sido criticado por no cumplir con el desafío de explicar todas las formas de turismo y por no abordar plenamente las complejas interacciones entre las sociedades «desarrolladas» y las comunidades «en desarrollo». Los críticos argumentan que las interacciones comercializadas, comunes en el turismo, contravienen el viejo pacto de hospitalidad y que la relación forjada entre los turistas y la población local en el mercado económico se parece más a una relación marxista de consumidores y productores. Al mismo tiempo, el encuentro turístico está dictado por un discurso que busca invisibilizar la naturaleza comercial básica de la interacción. Además, los turistas no afectan directamente a una comunidad, sino que los anfitriones y los huéspedes, más los inevitables intermediarios, forman juntos un subsistema de hospitalidad y viajes ( Van Beek, Walter y Annette Schmidt (eds.). 2012. African Hosts and their Guests: Cultural Dynamics of Tourism. Martlesham: James Currey.van Beek y Schmidt 2012).
Hosts and Guests sí identificó a los agentes de turismo, tales como «gobiernos, transportistas y operadores turísticos» ( Smith, Valene L. (ed.). 1977. Hosts and Guests: The Anthropology of Tourism. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.Smith 1977: 13), pero su papel crucial sólo se mencionó de pasada. Valene Smith notó cómo «los agentes culturales han convertido el “rincón oculto” del mundo de los antropólogos en un punto focal para el turismo étnico» ( Smith, Valene L. (ed.). 1977. Hosts and Guests: The Anthropology of Tourism. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.1977: 49). Un poco visionario, Dennison Nash escribió que «los mediadores, que han sido llamados “agentes culturales” (cultural brokers), juegan un papel cada vez más importante a medida que avanza la diferenciación social. Por lo tanto, cualquier análisis de las relaciones entre el turista y el anfitrión, probablemente requerirá la consideración de algún grupo de turistas extranjeros y de los agentes y organizaciones que median en sus relaciones con los anfitriones» ( Nash, Dennison. 1977. «Tourism as a Form of Imperialism», en Valene L. Smith (ed.), Hosts and Guests: The Anthropology of Tourism: 33-47. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.Nash 1977: 41).
A pesar del llamamiento inicial de Philip McKean ( McKean, Philip F. 1976. «An Anthropological Analysis of the Culture-brokers of Bali:
Guides, Tourists and Balinese». Paper presented at the Joint UNESCO/BRD Seminar on the Social and Cultural Impacts of Tourism, Washington D.C. 1976) para que se prestara una atención etnográfica detallada al espíritu empresarial
y a la intermediación en el turismo, no muchos académicos pusieron atención en la
categoría «intermediación». Esto es importante, ya que cualquier análisis de las relaciones
entre el anfitrión y el huésped requiere la consideración de los numerosos agentes
y organizaciones que intervienen en el turismo: funcionarios gubernamentales, planificadores,
agentes de viajes, guías turísticos y escritores de viajes ( Chambers, Erve. 2000. Native tours: The Anthropology of Travel and Tourism. Prospect Heights: Waveland Press.Chambers 2000: 30). Según Malcolm Crick, dos características del encuentro turístico se prestan particularmente
a la intermediación: (1) los encuentros turísticos tienden a ser superficiales y transitorios;
y (2) la mayoría de las relaciones entre los locales y los turistas son decididamente
asimétricas ( Crick, Malcolm. 1994. Resplendent Sites, Discordant Voices: Sri Lankans and International Tourism. Langhorne: Harwood Academic Publishers.1994: 162-163). Kathleen Adams ( Adams, Kathleen M. 1984. «Come to Tana Toraja, “Land of the Heavenly Kings”: Travel
Agents as Brokers in Ethnicity». Annals of Tourism Research 11(3): 469-485. doi: <
Los estudiosos del turismo del siglo XXI defienden la necesidad de considerar el papel
de los intermediarios como un elemento central para el desarrollo y la promoción del
turismo contemporáneo ( Chambers, Erve. 2000. Native tours: The Anthropology of Travel and Tourism. Prospect Heights: Waveland Press.Chambers 2000: 11). En línea con Clifford Geertz y Eric Wolf, Cynthia Werner ve a los mediadores como
agentes del cambio social, describiéndolos como «agentes primarios del turismo» ( Werner, Cynthia. 2003. «The New Silk Road: Mediators and Tourism Development in Central
Asia». Ethnology 42(2): 141-161. doi: <
En mi propio trabajo ( Salazar, Noel B. 2010. Envisioning Eden: Mobilizing Imaginaries in Tourism and Beyond. Oxford: Berghahn.Salazar 2010), he desentrañado el papel crucial de los guías turísticos locales en la mediación
de la experiencia turística. Se necesita un trabajo etnográfico más fundamentado en
esta área porque abordar el turismo a través de sus intermediarios es una excelente
manera de desenmarañar sus mecanismos internos, circuitos y estructuras de poder ( Salazar, Noel B. 2006. «Antropología del turismo en países en desarrollo: Análisis
crítico de las culturas, poderes e identidades generados por el turismo». Tabula Rasa: Revista de Humanidades 5: 99-128. doi: <
Aunque el foco de atención de Hosts and Guests fue el encuentro turístico, se prestó poca atención a los imaginarios que dan forma
a esa reunión, creando a menudo expectativas poco realistas ( Skinner, Jonathan y Dimitrios Theodossopoulos (eds.). 2011. Great Expectations: Imagination and Anticipation in Tourism. Oxford: Berghahn.Skinner y Theodossopoulos 2011). Nash, sin embargo, insinuó el poder de los imaginarios (al menos desde el lado
de los proveedores de turismo) cuando escribió: «No hace muchos años, Puerto Vallarta
era un pueblito de pescadores relativamente aislado y somnoliento, pero se convirtió
en la respuesta a algunos sueños turísticos metropolitanos que involucraban el sol,
el mar y un paisaje pintoresco y virgen habitado por un pueblo amigable y tranquilo»
( Nash, Dennison. 1977. «Tourism as a Form of Imperialism», en Valene L. Smith (ed.),
Hosts and Guests: The Anthropology of Tourism: 33-47. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.1977: 38). Aunque las diversas formas en que el turismo crea imágenes exotizadas del «Otro»
han sido bien estudiadas en la antropología del turismo ( Adams, Kathleen M. 2004. «The Genesis of Touristic Imagery: Politics and Poetics in
the Creation of a Remote Indonesian Island Destination». Tourist Studies 4(2): 115-135. doi: <
Sin duda alguna, el turismo global es el negocio por excelencia de la proyección de
la diferencia y el vehículo interpretativo de la Otredad (ahora con muchos pueblos hábilmente presentándose a sí mismos como un Otro). Esto
implica la constante (re)producción de estereotipos y categorías de diferencias étnicas
y culturales en todo el mundo ( Salazar, Noel B. 2005. «Más allá de la globalización: La “glocalización” del turismo».
Política y Sociedad 42(1): 135-149.Salazar 2005). Las imágenes y discursos seductores sobre pueblos y lugares son tan predominantes
que sin ellos no habría turismo, si es que lo hay. Podemos conceptualizar tales imaginarios
como ensamblajes representativos transmitidos socialmente, que interactúan con las
imaginaciones personales de los individuos y se utilizan como dispositivos de creación
de significados y de configuración del mundo ( Salazar, Noel B. 2012. «Tourism Imaginaries: A Conceptual Approach». Annals of Tourism Research 39(2): 863-882. doi: <
Como señala Paige West en su discusión sobre el turismo científico en Papúa Nueva
Guinea, la gente «quiere un nativo “auténtico” que viva en una naturaleza “auténtica”
e “intacta”, y quiere que el nativo se ajuste a los estereotipos de los pueblos “nativos”
a los que ha estado expuesto en las clases de antropología de pregrado, en programas
de televisión, en revistas y en películas» ( West, Paige. 2008. «Tourism as Science and Science as Tourism: Environment, Society,
Self, and Other in Papua New Guinea». Current Anthropology 49(4): 597-626. doi: <
Los antropólogos se enfrentan a una percepción popular de su trabajo como una reconfirmación
de las «esencias eternas» de los pueblos y culturas que estudian. La antropología
ha estado históricamente implicada en las construcciones occidentales de la alteridad.
Irónicamente, las imágenes e ideas (coloniales) de la cultura como homogénea, limitada
e inmutable están siendo recicladas ahora por personas que «abrazan y promueven imágenes
de sí mismas como célebres Otros, sujetos de libros de investigadores extranjeros»
( Adams, Kathleen M. 2004. «The Genesis of Touristic Imagery: Politics and Poetics in
the Creation of a Remote Indonesian Island Destination». Tourist Studies 4(2): 115-135. doi: <
El turismo necesita de alguna manera de la antropología para seguir representando
el pasado imaginado como presente (etnográfico) de una manera legítima. Sin embargo,
recurrir a los imaginarios etnológicos permite la visibilidad global, tanto como encarcela
a la gente en representaciones arcaicas y problemáticas. Irónicamente, el turismo
se basa en la historia de la investigación antropológica, que a su vez ha sido crucial
para el desarrollo del turismo (cultural). Esto pone de relieve el complejo escenario
en el que los imaginarios de la diferencia son (auto)producidos recursivamente. Los
antropólogos tienen dificultades para aceptar que las personas que estudian y han
llegado a comprender «activamente el primitivismo del mercado y han absorbido muchos
de sus principios en su propio tejido de creencias» ( Kaspin, Deborah. 1997. «On Ethnographic Authority and the Tourist Trade: Anthropology
in the House of Mirrors». Anthropological Quarterly 70(2): 53-57. doi: <
Los imaginarios turísticos son potentes impulsores de la inmovilización y el cambio
sociocultural y ambiental, así como elementos esenciales en el proceso de formación
de la identidad, la creación de lugares y la invención perpetua de la cultura ( Adams, Kathleen M. 2004. «The Genesis of Touristic Imagery: Politics and Poetics in
the Creation of a Remote Indonesian Island Destination». Tourist Studies 4(2): 115-135. doi: <
Aunque los Hosts and Guests sí mencionan la «movilidad ociosa» ( Smith, Valene L. (ed.). 1977. Hosts and Guests: The Anthropology of Tourism. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.Smith 1977: 2) y el hecho de que «el turismo como forma de movilidad sugiere que existen razones culturalmente sancionadas para dejar el hogar y viajar» ( Smith, Valene L. (ed.). 1977. Hosts and Guests: The Anthropology of Tourism. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.Smith 1977: 15), el énfasis principal de las diversas contribuciones se centró en el encuentro turístico en el destino. Aunque importante, este enfoque dejó fuera de la vista las muchas movilidades relacionadas con el turismo (aparte de los turistas que viajan). Para comprender por qué los antropólogos descuidaron esto durante tanto tiempo, es útil recordar cómo Claude Lévi-Strauss precedió a sus Tristes Tropiques ( Lévi-Strauss, Claude. 1961. Tristes Tropiques. Trad. J. Russell. Nueva York: Criterion Books.1961) con la abjuración ‘Odio viajar y a los viajeros’. Lévi-Strauss creía que las experiencias de viaje no tienen cabida en el trabajo de los antropólogos. Los viajes sólo sirven como un método para reunir el material etnográfico necesario. En otras palabras, para él los viajeros-turistas y los antropólogos son opuestos. El trabajo de campo etnográfico tradicional traza sus límites con el turismo precisamente en que para los primeros es punto de residencian frente al paso por él de los segundos: el trabajador de campo permanece después de que el turista se ha ido (o, idealmente, antes de que el turista haya llegado) ( Shepherd, Robert J. 2001. Suspect Others: Tourism and Development in the Field of Anthropology. Ph. D. Dissertation, Department of Anthropology. Fairfax: George Mason University. Shepherd 2001: 11).
James Clifford ( Clifford, James. 1997. Routes: Travel and Translation in the Late Twentieth Century. Cambridge: Harvard University Press.1997) fue uno de los primeros en abogar por los viajes como una forma de hacer etnografía,
argumentando que los antropólogos necesitan dejar atrás su preocupación por descubrir
las «raíces» de las formas e identidades socioculturales y en su lugar trazar las
«rutas» que las (re)producen. La creciente atención prestada a las diversas formas
de movilidad ha sido beneficiosa para la antropología del turismo ( Singh, Sagar. 2014. «Anthropology, Tourism and Mobility: New Directions for Research».
Eastern Anthropologist 67(1-2): 39-60. Singh 2014). Como concepto polimórfico, la movilidad nos invita a renovar nuestras teorías,
especialmente en temas convencionales como la cultura, la identidad y las relaciones
translocales ( Salazar, Noel B. 2018. Momentous Mobilities: Anthropological Musings on the Meanings of Travel. Oxford: Berghahn.Salazar 2018). No sólo los turistas son móviles, sino también los proveedores de servicios turísticos
y los residentes locales. Ya en la década de 1990, Lynn Meisch ( Meisch, Lynn A. 1995. «Gringas and Otavalenos: Changing Tourist Relations». Annals of Tourism Research 22(2), 441-462. doi: <
No sólo la gente se mueve en el turismo, sino también los objetos (por ejemplo, los souvenirs), el capital turístico (por ejemplo, los muy solicitados dólares del turismo) y los imaginarios (véase más arriba). Aunque el estudio del turismo, un objeto de estudio inusualmente móvil, a veces obliga a los antropólogos a realizar un trabajo de campo «rápido y sucio», la mayor parte de la antropología del turismo todavía no ha llegado al detalle etnográfico. El movimiento entre lugares es inherente a la etnografía, aunque sólo recientemente se ha convertido en un sitio común para el trabajo de campo. Mientras que las nociones de cultura y su relación con el lugar han sido revisadas dramáticamente en antropología, los métodos etnográficos han sido más lentos en ponerse al día con los cambiantes objetos de estudio. El principal desafío es metodológico: ¿cómo estudiar las movilidades turísticas reconociendo la pérdida de profundidad etnográfica?
Dado que la etnografía se basaba tradicionalmente en un enfoque más bien sedentario, con una tendencia a privilegiar las relaciones cara a cara, la residencia permanente y las fronteras fijas, al tiempo que pasaba por alto las interacciones, los movimientos, las conexiones y la conectividad mediadas, era necesario adaptar las técnicas etnográficas para que fueran de utilidad en la investigación sobre las movilidades.
La estrategia de «seguir» lo que está en movimiento ha demostrado ser una estrategia productiva para perseguir diversas preocupaciones empíricas y teóricas. Se puede hacer de dos maneras principales. El investigador puede viajar al lado de lo que se mueve. Alternativamente, puede basarse en observaciones, entrevistas, mapeos y otros rastros para capturar las complejas movilidades del objeto de estudio en movimiento. En este último caso, el seguimiento requiere movilidades imaginativas y atención metodológica y analítica tanto como viajes físicos. Aunque este enfoque puede perder algunos detalles de las movilidades involucradas, por varias razones prácticas puede proporcionar una buena opción cuando no es posible o deseable ser co-móvil. Julia Harrison ( Harrison, Julia D. 2003. Being a Tourist: Finding Meaning in Pleasure Travel. Vancouver: UBC Press.2003), por ejemplo, descubrió que su deseo de entrevistar a turistas canadienses en Hawái estaba limitado por su renuencia a renunciar a su tiempo libre, y en su lugar optó por centrarse en la integración de las experiencias de viaje en la vida diaria de los turistas que habían regresado a casa. Susan Frohlick ( Frohlick, Susan. 2006. «Rendering and Gendering Mobile Subjects: Placing Ourselves between Local Ethnography and Global Worlds», en S. Coleman y P. Collins (eds.), Locating the Field: Space, Place and Context in Anthropology: 87-104. Oxford: Berg.2006) ha cuestionado las nociones de metodología multilocal como una cuestión de seguir sistemáticamente la circulación de personas, objetos o prácticas dentro de los mundos globalizados. En su análisis, más que simplemente seguir a los informantes móviles, estos últimos la siguen (o se topan con ella) en contextos distintos a su campo convencional, lo que la lleva a desarrollar una comprensión muy nueva de ellos.
Estudiar la movilidad permaneciendo en su lugar, por así decirlo, «ofrece un tipo
de perspectiva que se refiere más a la organización social de la movilidad que a circuitos
particulares, más a un sistema que a un lugar de origen o a un destino específico»
( Lindquist, Johan A. 2009. The Anxieties of Mobility: Migration and Tourism in the Indonesian Borderlands. Honolulu: University of Hawai’i Press.Lindquist 2009: 10). Gran parte de la etnografía de las movilidades se ha localizado en lugares de paso,
puntos de transferencia, donde las poblaciones y los objetos están temporalmente contenidos
y dispuestos en estaciones, salas de espera y sistemas de equipaje. La infraestructura
de la movilidad, por lo tanto, se considera cada vez más como «el lugar ideal donde
un antropólogo puede percibir, estudiar e incluso tocar las diversas formaciones socioculturales
dinámicas, transnacionales y fluidas, literalmente en construcción, tanto desde abajo
como desde arriba, y en movimiento» ( Dalakoglou, Dimitris. 2010. «The Road: An Ethnography of the Albanian–Greek Cross-border
Motorway». American Ethnologist 37(1): 132-149. doi: <
Aunque no existe una perspectiva única aceptada, la antropología como disciplina tiene importantes contribuciones que ofrecer al estudio del turismo. Propone un enfoque holístico para el análisis crítico del turismo a través de su marco comparativo y la capacidad de unir varias escalas, reconociendo la interconexión intercultural de los ámbitos económico, ambiental y social. Sin embargo, si bien la antropología ha experimentado cambios significativos en el pensamiento desde que surgió como disciplina, las ideas de la etnología antigua -objetivar, reificar, homogeneizar y naturalizar a los pueblos- son ampliamente utilizadas por todo tipo de actores del sector turístico (empresas transnacionales, guías y libros de viajes, organismos gubernamentales, responsables de la formulación de políticas, proveedores de servicios turísticos, comunidades e individuos locales y los propios turistas), que apuestan por reivindicar la identidad y la pertenencia cultural imaginadas sobre la base de nociones firmes del lugar y la localidad. Irónicamente, esto sucede en un momento en que los propios antropólogos prefieren enfoques mucho más matizados, dando por sentado que las culturas y las sociedades no son entidades pasivas, limitadas y homogéneas.
Si bien la década de 1970 fue una época de gran innovación y consolidación en la antropología,
también fue la época en que los antropólogos se volvieron más hacia adentro ( Golub, Alex. 2014. «1974 as a Key Year in Anthropology». Savage Minds: Notes and Queries in Anthropology 6 mar. Disponible en: <
[*] |
Texto original en inglés, ha sido traducido por Agustín Santana. |
[1] |
Correo electrónico: noel.salazar@kuleuven.be. ORCID iD: <https://orcid.org/0000-0002-8346-2977>. |
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